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Los madridistas celebran uno de los goles al Bayern.

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Los madridistas celebran uno de los goles al Bayern. Afp
Semifinales | Ida

El Madrid vuelve a sacar oro de Múnich

Los goles de Marcelo y Marco Asensio encarrilan la eliminatoria el día en que Cristiano se quedó seco por primera vez en esta Champions

Óscar Bellot

Madrid

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Miércoles, 25 de abril 2018, 07:43

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Bayern de Múnich y Real Madrid pergeñarán este miércoles en el Allianz Arena el vigésimo quinto capítulo del clásico europeo por antonomasia. Un pulso entre dos colosos devenido en historia interminable plagada de gestas, trifulcas, polémicas arbitrales y vocingleros reproches mutuos para mayor júbilo del planeta futbolístico. Un mastodóntico best-seller que empezaron a escribir con renglones torcidos los merengues desde aquel primigenio enfrentamiento del 31 de marzo de 1976 en el que los germanos sacaron un valioso empate en el Santiago Bernabéu para certificar luego con una victoria en la vuelta el pase a la final que significaría su tercera Copa de Europa pero que ya bien avanzada la segunda década de la presente centuria presenta un global tremendamente equilibrado, aunque con la balanza inclinada en los últimos tiempos del lado de los blancos, que tumbaron a su enemigo camino de la 'octava', la 'novena', la 'décima' y la 'duodécima'. Una senda muy trillada que volverá a transitar de nuevo la escuadra de Chamartín con la esperanza de que resulte tan gloriosa rumbo ahora a la final de Kiev y a su tercera 'orejona' consecutiva que marcaría un hito cuyo último precedente lo registró precisamente el conjunto teutón allá por los años setenta del pasado siglo.

Llega el vigente campeón de Europa a la cita aupado por el descomunal Cristiano Ronaldo, que tras levitar en Turín para dibujar con una formidable chilena uno de los tantos más mejestuosos de la historia de la competición, ahuyentó en el Santiago Bernabéu el espectro de un descalabro histórico desde los once metros para certificar el epitafio de la Juventus. Acumula quince tantos en la presente edición de la Champions el luso, a dos tan sólo del récord que él mismo estableció en la campaña 2013-2014. Lleva 22 goles en sus doce últimos encuentros, en los que ha pulverizado de forma ininterrumpida el marco rival para igualar su mejor serie histórica con la casaca blanca, registrada en el curso 2014-2015. Y le ha endosado nueve al Bayern en sus seis duelos con el cuadro alemán, los cinco últimos en los cuartos de la pasada temporada, cuando encabezó primero con un doblete la remontada en el Allianz tras el tanto de Arturo Vidal para sellar luego el billete a semifinales en el coliseo de La Castellana con un 'hat-trick'. Es el terror de Europa el luso y el ogro del Bayern, que tiene en su figura uno de los principales, aunque no el único, elemento de preocupación.

Inquietan también a los teutones las rachas de Zinedine Zidane. Una contra el Bayern, al que apeó dos veces como futbolista del Real Madrid, otra como ayudante de Carlo Ancelotti y una más como primer entrenador; y otra en sus dos años y medio como técnico en la máxima competición continental, donde no sabe lo que es sucumbir en una eliminatoria. Reafirmado por el éxito de sus decisiones en el pulso de octavos con el PSG y posteriormente por el sólido partido que completó con el once de Cardiff en Turín, el galo ha dinamitado los escalafones del vestuario, dando paso a pujantes futbolistas como Marco Asensio o Lucas Vázquez en detrimento de estrellas que parecían intocables como Gareth Bale. Incluso Karim Benzema ha perdido sus prebendas y será suplente en el Allianz en beneficio del extremo de Curtis.

Heynckes como aval

Otrora bestia negra del ya doce veces rey de Europa, el Bayern se aferra a su gran estado de forma para intentar regresar a una final de la Champions que no pisa desde que se proclamase campeón en 2013. Cuenta para ello con un ingeniero de lujo, Jupp Heynckes. El viejo zorro salió de su retiro para rescatar a un Bayern que se consumía por la guerra entre pesos pesados del plantel con Carlo Ancelotti. Ironías del destino, puesto que el técnico de Mönchengladbach ya sufrió en sus carnes los desmanes de un vestuario plenipotenciario el curso en el que condujo al Real Madrid a la séptima Copa de Europa de su historia.

Desde su retorno, el Bayern sólo ha perdido dos partidos, ninguno de ellos en la Champions, beneficiado por el cambio de dibujo y la rehabilitación de futbolistas como James Rodríguez o Sven Ulreich, que se ha revelado como un sólido guardameta en ausencia de Manuel Neuer.

Ganada ya la Bundesliga por sexta vez consecutiva, el Bayern está a sólo cuatro partidos de amarrar otro triplete como aquel con el que se despidió Heynckes en su penúltima etapa en el banquillo bávaro, puesto que el 19 de mayo se las verá con el Eintracht en la final de la Copa de Alemania.

Cuenta Heynckes con las bajas de Arturo Vidal, Kingsley Coman, Manuel Neuer y David Alaba. El brasileño Rafinha cubrirá la vacante en el carril izquierdo del austríaco, que se resintió de sus problemas en el muslo. La interrogante del once del Bayern será la presencia de Thiago o James en la medular. Una decisión que dirá mucho sobre la propuesta del germano para tratar de superar a su exequipo.

Con tremendo sufrimiento tras una primera parte en la que estuvo contra las cuerdas, sacó oro el Real Madrid de su nueva visita al Allianz Arena, que volvió a rendir a base de orgullo y casta, como en sus dos últimas incursiones a un territorio antaño hostil pero en el que se mueve con paso firme en esta su tercera edad de oro. Un voleón de Marcelo y una contra letal urdida entre Marco Asensio y Lucas Vázquez que el balear culminó con su estreno goleador en esta Champions sirvieron para que el rey de Europa remontase la diana inicial de Kimmich y diese un paso más en pos de la final de Kiev.

Encarará la vuelta la escuadra de Chamartín con el mismo resultado que extrajo el curso pasado del estadio teutón, asaltado entonces con el doblete de Cristiano Ronaldo, seco por primera vez en esta Liga de Campeones en una ida de semifinales en la que, a falta de la cita de cada día del luso con el gol, encontró el equipo de Zinedine Zidane el tesoro en las botas de Marcelo, redimido gracias a su zurdazo del boquete que dejó en su carril para la estocada de Kimmich, y en las de Asensio, cuya entrada tras el descanso resultó aún más decisiva que la de la anterior campaña, cuando una asistencia suya propició uno de los tantos de Cristiano.

Buena renta para un equipo que emergió de las catacumbas en las que le tuvo el Bayern para rugir luego con la furia de un león y resistir en el tramo final las acometidas de un coloso herido que perdonó cuando pudo matar y que acabó sangrando con el par de dentelladas del ogro español. Ejercicio de supervivencia en el que sobresalió también la figura de Keylor Navas, decisivo con un par de intervenciones para frenar el ardor de los bávaros, agarrados a un irreductible Ribéry pero lastrados por la falta de tino de sus dos artilleros más demoledores: Müller, que marró una muy clara cuando moría la primera parte, y Lewandowski, que falló otra aún más prístina en los estertores de la segunda.

Bayern de Múnich

Ulreich, Kimmich, Boateng (Süle, min. 33), Hummels, Rafinha, Javi Martínez (Tolisso, min. 74), James, Robben (Thiago, min. 7), Müller, Ribéry y Lewandowski.

1

-

2

Real Madrid

Keylor Navas, Carvajal (Benzema, min. 66), Varane, Sergio Ramos, Marcelo, Casemiro (Kovacic, min. 82), Kroos, Modric, Isco (Marco Asensio, min. 46), Lucas Vázquez y Cristiano Ronaldo.

  • Goles: 1-0: min. 27, Kimmich. 1-1: min. 43, Marcelo. 1-2: min. 56, Marco Asensio.

  • Árbitro: Björn Kuipers (Holanda). Mostró amarilla a Ribéry, Casemiro y Thiago.

  • Incidencias: Partido de ida de semifinales de la Liga de Campeones disputado en el Allianz Arena. Robben, Boateng y Carvajal se retiraron lesionados.

Sólo tendrán que lamentar los merengues la lesión de Carvajal, pieza capital cuyo concurso en la vuelta peligra por un problema muscular. Herido regresa el de Leganés de una guerra contra el titán germano, que también tuvo sus bajas en las figuras de Robben y Boateng, ambos retirados en el primer periodo por sendos percances que podrían impedirles también estar en el Santiago Bernabéu.

Salieron muy vivos los locales, que habían partido con un 4-1-4-1 casi idéntico al esquema que planteó Zidane, que relegó al banquillo a Benzema en beneficio de Lucas Vázquez para dejar a Cristiano Ronaldo como único referente arriba y ganar solidez y profundidad por los costados. Notable puesta en escena que no impidió que el Real Madrid fuese entonándose a medida que pasaban los minutos. Aunque cuando mejor estaba la escuadra española, James se sacó un as de la manga. Metió el colombiano un pase en profundidad para Kimmich, al que Marcelo había dejado una autopista libre de peaje. Se lanzó en estampida el lateral, que pilló desprevenido a Keylor Navas al soltar un latigazo cuando el arquero aguardaba un centro. Muy permeable la zaga visitante, que sufría una enormidad con la guerra relámpago planteada por el conjunto germano. Fogonazos que pillaban casi siempre con la guardia baja al Madrid, desbordado por la verticalidad de su adversario.

Recordó Zidane en la víspera que tendrían que sufrir mucho para sacar réditos de su visita al Allianz. Supieron hacerlo, bien es cierto que con algo de fortuna, sus futbolistas, que pagaron con la misma moneda al Bayern cuando el primer tiempo agonizaba y los germanos les tenían sojuzgados. Salieron de la cueva para, tras amagar Cristiano con emular su chilena de Turín, ajusticiar Marcelo a Ulreich con un zurdazo. Tercera diana para el brasileño en esta Champions, tras la que sirvió para rubricar el 3-1 ante el PSG y el que cerró la cuenta en Turín.

Había pagado el Madrid en el primer tiempo la asimetría de sus bandas, donde Lucas Vázquez auxiliaba más por la derecha a Carvajal que Isco por la izquierda a Marcelo. Un carril este último más sensible dado que por allí percutía Kimmich, mucho más profundo en ataque que el contenido Rafinha. Lo vio claro Zidane, que tras mandar a calentar a Marco Asensio a la media hora, introdujo al balear por Isco tras el intermedio. Recordaba a buen seguro el galo que el zurdo ya lució el pasado curso en el Allianz, donde asistió en uno de los tantos con los que Cristiano dio la vuelta a un marcador que comenzó favoreciendo también al Bayern.

Fue aquella la auténtica presentación en sociedad a escala continental de Marco Asensio. Revolucionó ese choque y repitió en el de este miércoles, sacando oro de una grosera pérdida de Rafinha para dibujar una contra mortal en comandita con Lucas Vázquez que el gallego selló con asistencia para que el mallorquín certificase su primer tanto en esta Champions. Le sienta a las mil maravillas esta pareja al Real Madrid, que ha encontrado en su frescura la mejor medicina en el ocaso de un tridente del que sólo sobrevive el eterno Cristiano.

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