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Los jugadores celebran el primer gol.
El Madrid se desata antes del clásico
FÚTBOL | PRIMERA DIVISIÓN

El Madrid se desata antes del clásico

Cristiano firma el mejor comienzo, Medrán debuta e Isco conduce la exhibición de los blancos ante un blando y osado Levante

Ignacio Tylko

Sábado, 18 de octubre 2014, 00:12

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Carlo Ancelotti maneja de maravilla los códigos de los vestuarios. Parece un tipo de poco carácter, de esos técnicos que dan un paso atrás y dejan hacer a los jugadores, pero conoce bien el comportamiento de las estrellas porque casi siempre convivió con ellas dentro o fuera del campo. Tradicionalmente, los parones de selecciones suelen resultar fatales para los equipos grandes. Sus futbolistas se distraen con sus compatriotas, llegan cansados y descentrados y salen poco motivados en el duelo siguiente de Liga. Y más si enfrente está un rival de medio pelo como el Levante, el choque se juega en horario de sobremesa, la temperatura es veraniega y luce un sol de justicia.

Sin embargo, el Real Madrid salió a toda mecha en el Ciutat de Valencia, persuadido de que en este tipo de escenarios lo mejores es cerrar los partidos cuanto antes. Casi siempre había sufrido ante los granotas el equipo blanco, pero este Levante es diferente. No juega tan cerrado como el de Luis García Plaza o como el de JIM y ni por asomo es tan aguerrido como el de Joaquín Caparrós. Mendilibar es un entrenador osado al que le encanta que sus equipos adelanten la defensa casi hasta el centro del campo, aunque ello suponga poco menos que un suicidio ante jugadores tan veloces como Cristiano, con la movilidad de Chicharito y con la visión y los pases de James, Isco y Modric.

Sin necesidad de hacer un gran esfuerzo, sin Sergio Ramos, sin Benzema y con Bale reservado, el Madrid completó un partido brillante, no sufrió apenas en defensa y dejó patente que del centro del campo hacia adelante no tiene parangón en Europa, a excepción quizá del Barcelona y del Bayern. Fue un huracán que devastó al Levante. Cristiano protagonizará las portadas porque no para de marcar y va camino de pulverizar todos los registros, si Messi se lo permite, pero mención especial para Isco porque a su calidad añade ya personalidad y cierta continuidad. No es titular pero parece que se siente importante. Aporta más juego que Bale. Y_crecimiento exponencial de James.

Chicharito asoma

Cristiano está desatado en este arranque de curso. Disfrutó de dos ocasiones al principio que, sorprendentemente, desaprovechó. Puro espejismo. Primero se llenó de balón y tiró fuera tras un gran pase del centrocampista Croata y después tampoco estuvo atinado en un lanzamiento desde la frontal. Dos avisos antes de marcar de penalti, cometido por Juanfran por claro derribo a Chicharito, un lujo para este Real Madrid por que siempre se desmarca y la pide al espacio, no al pie. Mariño le adivinó la intención al portugués, pero el tiro iba demasiado fuerte.

La tarde ya tenía pinta de goleada, ya que los merengues manejaban el partido con suma solvencia aunque frenaron su ímpetu inicial y dejaron crecer ligeramente a los levantinistas. Mucho tuvo que ver el paupérrimo desempeño de Marcelo. Cuando un jugador no está enchufado, llega tarde y comete errores como el que casi le cuesta al brasileño marcar un gol en propia meta desde fuera del área. Más tarde. desatendió la vigilancia en un saque de esquina y el remate de Camarasa no fue gol porque lo salvó Modric bajo palos. Pero cuando los locales soñaban con empatar, les sentenció un cabezazo de Chicharito, que aprovecha con goles los minutos. Cabeceó a placer un centro maravilloso con rosca hacia adentro de James.

La cita estaba más que resuelta pero quedaba más espectáculo para la segunda mitad. Ya con los valencianos derrotados, Isco encontró su momento. Apareció cuatro veces seguidas para tirar un sombrero, fabricar un disparo de gol que salvó Mariño, el mejor de los locales, y dar dos pases magníficos. Luego, cerró su gran actuación con un gol espléndido. Inició el contragolpe, abrió, se vino al centro, miró hacia todos los lados y decidió lanzar a puerta antes de pisar el área. Antes, Modric se había ido tocado y Cristiano había firmado un gol maravilloso. Galopó, se marchó de dos vigilantes con suma facilidad y superó la salida del portero. Era el decimoquinto gol de Ronaldo en los ocho primeros partidos, un récord en el comienzo de Liga. De tan acostumbrados como estamos, las cifras del astro luso ya no llaman tanto la atención, a pesar de que con un gol menos en toda la temporada Amancio y Gárate llegaron a compartir un trofeo Pichichi en 1969. Sencillamente, brutal. Y un guiño a la cantera con el debut de Medrán, un mediocentro del que hablan maravillas.

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