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Luis Suárez celebra su gol.
Bendito sufrimiento para un Barça que sigue líder
jornada 32

Bendito sufrimiento para un Barça que sigue líder

El Valencia, tras el gol en el minuto 1 de Luis Suárez, le dio un baño en la primera parte, pero Bravo paró un penalti a Parejo, entre otras ocasiones, y el equipo azulgrana acabó mejorando y sentenciando en el 93 gracias a Messi

P. Ríos

Sábado, 18 de abril 2015, 00:09

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Con un gol de Luis Suárez en el primer minuto y otro de Leo Messi en el último, el Barça se impuso a un gran Valencia y mantiene el liderato en su sprint final hacia un título de Liga que exigirá sufrimiento. Claudio Bravo, que detuvo un penalti a Dani Parejo en el minuto 10 e impidió el 1-1, fue el héroe de un equipo azulgrana que en la primera parte fue un muñeco en manos de la escuadra de Nuno, que mereció más. Luis Enrique acertó con el cambio en el descanso y el Barça, aunque sin alegrías y con otro paradón de Bravo, controló más la segunda parte.

Luis Enrique repitió la fórmula que le dio la victoria en el minuto 93 en Mestalla en la primera vuelta, con Mascherano y Sergio Busquets juntos en la media, el segundo de interior. Y la medida funcionó, por lo menos de inicio, en el segundo 55, antes del minuto de juego. El de Badia del Vallès estrenó su demarcación con un gran pase en profundidad a Messi a la espalda de Orban. Y el argentino asistió a Luis Suárez, que no perdonó en su semana grande.

El 1-0 madrugador fue la consecuencia de un partido muy abierto desde el pitido inicial, con el Valencia muy ambicioso y llegando al área azulgrana, pero dejando espacios atrás que aprovechó el Barça. Estaba claro que un planteamiento tan valiente del equipo de Nuno con 0-0, con una gran presión muy física y organizada, iba a tener continuidad con 1-0 en contra. Y así fue. Rodrigo, que casi empata en el minuto 3, tras sentar a Piqué, provocó en el 10 un penalti tan riguroso como innecesario del central en una zona del área sin peligro. Lo lanzó Dani Parejo y lo atajó Claudio Bravo.

El error no pasó factura al Valencia, muy superior en los primeros 20 minutos y mucho más entero físicamente, como había vaticinado Luis Enrique. Cada llegada del conjunto levantino era medio gol, con André Gomes en plan estelar. Otamendi rozó el 1-1, Paco Alcácer perdonó lo imperdonable, Barragán y Feghouli también crearon peligro. La presión visitante provocó pérdidas de balón infantiles en defensa de Alves, Piqué y Adriano (sustituto de inicio de un renqueante Alba). Era un milagro que el marcador señalara 1-0 en el 25', porque el baño del Valencia era monumental, incluso ganando la posesión de balón en el Camp Nou. Lo de Busquets de interior, aunque funcionó en ese inicio fulgurante, ya chirriaba por una cuestión de características físicas. Y se detectaba una evidente falta de chispa en los cracks que debían decantar la balanza: Messi, Suárez y Neymar. La falta de descanso tras la paliza física de París se notaba.

Pasada la media hora, Paco Alcácer, con un gran movimiento, remató al poste en otra clara ocasión del Valencia que ya convertía el sufrimiento del Barça en una agonía. La afición, que respondió a la llamada de Luis Enrique, animó en los peores momentos, pero con el paso de los minutos también se cansó de un fútbol tan pobre y de una respuesta física escasa. En el 40', en una acción aislada, tras una combinación rápida entre Suárez, Neymar y Xavi, Messi tuvo el 2-0 en sus botas, pero no acertó de forma incomprensible. Hubiera sido injusto en un partido que en el descanso podría tener un marcador de 1-3.

Luis Enrique intentó arreglar en el descanso tres desaguisados con sólo un cambio: Rakitic entró por Adriano, que con una amarilla era una colador en el lateral izquierdo, con lo que Mathieu pasó a la banda, Mascherano se colocó de central y Busquets se quedó de pivote con el croata de interior. Nuno siguió valiente dando entrada a Gayà por Orban en busca de más profundidad en la izquierda. El Barça fue más reconocible en la segunda parte, con más control y cediendo menos ocasiones. Incluso Neymar y Messi, aunque con tímidos remates, fueron los primeros en llegar a portería. Y en el 65', el '10' azulgrana lanzó una falta a la cruceta que pudo dar tranquilidad al equipo de Luis Enrique, quien buscó más intensidad con la entrada de Pedro por Luis Suárez, que se estaba dejando la piel intentando tapar las subidas de Gayà con Messi ya jugando por el centro, casi como un centrocampista para ayudar a tener más posesión.

El Valencia no había creado peligro en la segunda parte hasta que entró Negredo por Alcácer en el 75' en una apuesta de Nuno por un fútbol más directo. El primer balón que descolgó el ariete de las nubes lo cedió a Rodrigo, que obligó a Bravo a hacer otro paradón. En los últimos minutos, pese a la mejoría azulgrana y el apoyo de la afición, el sufrimiento reinó en el Camp Nou. Tras varias aproximaciones de Messi sin llegar a disparar, Pedro estuvo a punto de marcar el 2-0 en el 88', pero no era un día para un resultado tan holgado. El Barça entendió que no podía arriesgar y se dedicó a sacar los córners en corto, a arañar segundos de todas las acciones, con amarilla incluida para Bravo por perder tiempo. Jugó con oficio y sentenció en el 93', con el Valencia volcado en el área del Barça. Messi cazó una contra y, con suspense, superó a Diego Alves para lograr su gol 400 como azulgrana y asegurar el liderato una jornada más.

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