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Los jugadores del Barça celebran el gol de Vermaelen.
Cada gol del Barça vale tres puntos
jornada 2

Cada gol del Barça vale tres puntos

Vermaelen da la victoria a los azulgrana, que llevan dos de dos en la Liga

cristian reino

Sábado, 29 de agosto 2015, 02:06

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El Barça no está para tirar cohetes en el arranque liguero, pero a falta de pan, buenas son tortas, y los hombres de Luis Enrique han conseguido solventar los dos primeros encuentros del campeonato, tirando más de oficio que de brillantez. El cuadro catalán lleva dos goles en dos partidos y suma seis puntos, por lo que ha rentabilizado al máximo sus tantos. Frente al Málaga, igual que en san Mamés, a los blaugranas les tocó sufrir y en esta ocasión el salvador fue un protagonista inesperado, Vermaelen, quien la temporada pasada estuvo inédito y en esta está aprovechando la baja por sanción de Piqué. El belga agarró un despeje de Kameni en el 72 y, cuando la grada ya se esperaba un pinchazo culé, desequilibró un choque que pudo haber sentenciado mucho antes Messi, aunque en esta ocasión chocó contra un muro camerunés, Kameni, un clásico de la Liga y el mejor este sábado sobre el terreno del Camp Nou.

Al Barça le costó abrir la lata, porque el meta africano tuvo una gran noche, pero también porque a los azulgrana les cuesta generar peligro, sobre todo cuando los dos equipos están igualados en el aspecto físico. Volvía Neymar y por tanto regresaba el tridente y el equipo blaugrana arrancó con una cierta alegría. Muy dinámico, con Neymar y Messi en las bandas, apoyados de cerca por los dos laterales, Alba y Sergi Roberto, ensanchando el campo todo lo que podían. Pero el Málaga cerraba casi con todos y los huecos escaseaban en el área andaluza. Solo cuando Suárez buscaba la espalda de los centrales o cuando Iniesta y Messi acertaban con un pase imprevisto, los azulgrana lograban espacios en la zaga de la Costa del Sol. Sin embargo, los hombres de Javi Gracia llegaban siempre a la ayuda del compañero y el muro numantino de los malagueños se hacía por momentos inexpugnable.

Con el agravante para los de Luis Enrique, que los andaluces no renunciaban a la contra, con Juan Carlos, Amrabat y Cop, que parecían balas. El Barça no podía despistarse, porque aunque el Málaga daba la impresión de ser un equipo que jugaba a cerrarse, sus salidas, cuando robaba eran muy rápidas. En una de ellas, erró Busquets en la medular y Juan Carlos, a la primera, buscó el golazo desde el centro del campo sobre el minuto 20. El balón salió rozando el larguero, con Bravo mirando sin opciones. El Barça, que tenía más el balón, no conseguía llegar con claridad a la meta de Kameni. Y casi lo hacía más a balón parado. Mascherano pudo abrir el marcador en la primera parte, pero el larguero lo impidió. En el 38, hubo un claro penalti de Torres, por tocar el balón con la mano, aunque el colegiado debió de interpretar que la falta fue involuntaria.

En la segunda vuelta, el panorama fue algo distinto. Las frescura física que exhibía el Málaga en la primera mitad, brilló por su ausencia tras el descanso, lo que aprovecharon Messi y Neymar para hacer mucho más daño. Por momentos, el partido se convirtió en un ida y vuelta, pero en el que los andaluces ya no bajaban en bloque. Iniesta cogió el mando y Messi buscó la portería, pero en esta ocasión se estrelló contra Kameni, que le amargó la noche al menos en tres claras oportunidades. El Barça asediaba por momentos el área rival, aunque a la zaga malagueña no se le veía que pasara muchos apuros. El de Luis Enrique salió del entuerto tras un saque de esquina. Centró Suárez desde la izquierda, Kameni despejó, y el balón le cayó a Vermaelen, quien desde el punto de penalti fusiló a puerta vacía. El belga salvaba a su equipo y de paso se redimía a sí mismo, después de un año lesionado, en el que se llegó a dudar si volvería a pisar un terreno de juego. Vermaelen disfrutó de su minuto de gloria, en el 72, y dio los tres puntos a su equipo. A partir de ahí, el Barça intentó dormir el partido. Lo logró, pero a punto estuvo de echarlo todo a perder, pues Charles tuvo el empate en sus botas en el 93. Alba, que minutos antes tenía que haber sido sustituido (al final quien dejó el campo fue Vermaelen, que iba sobrecargado), llegó un poco antes y evitó el empate seguro del brasileño.

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