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Adán, durante el partido ante el Real Madrid.
Adán frustra al Madrid en el Villamarín
PRIMERA DIVISIÓN

Adán frustra al Madrid en el Villamarín

El exportero blanco evitó la victoria del equipo de Zidane en el estreno del francés a domicilio

Amador Gómez

Domingo, 24 de enero 2016, 02:43

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Tenía que ser quien fuera suplente de Casillas y titular efímero de José Mourinho, ahora capitán del Betis, quien se encargase de frustrar al Real Madrid en el Villamarín en el estreno de Zinedine Zidane a domicilio. Después de que el Madrid fuese a remolque durante 70 minutos y del polémico empate de Benzema, ya que James se encontraba en fuera de juego cuando recibió antes de asistir al francés, Adán se convirtió en pesadilla para los blancos, al evitar una victoria por la que el equipo de Zidane no dejó de pelear hasta el último minuto, y con buen fútbol en la recta final después de tanto atasco y confusión. Adán salvó tres goles en el segundo tiempo e impidió el triunfo madridista, que no encontró la claridad, la velocidad ni el buen juego hasta el segundo tiempo, cuando volvió a tirar de actitud y orgullo, aunque se quedó corto, porque el empate es insuficiente para soñar con la Liga.

Aunque tras el descanso sólo hubo un equipo, el blanco, salió bastante más enchufado que el Madrid en el inicio el Betis, valiente y al ataque en los primeros minutos ante un rival que era muy superior que sin embargo se vio muy pronto golpeado por una espectacular volea de Cejudo. El golazo llegó tras una internada de Rubén Castro que provocó un despeje de Keylor Navas y, tras un rechace, Cejudo se sacó una derechazo que limpió las telarañas de la escuadra y dio alas al conjunto verdiblanco y a su afición, que ya se había olvidado de que su equipo fuese por delante en el marcador. Al Real Madrid comenzaba casi desde el principio a remar contra corriente, pero no fue capaz de superar la presión, el sacrificio colectivo y el bajón físico del Betis hasta el ecuador del primer tiempo. El despliegue defensivo del equipo de Juan Merino durante más de veinte minutos maniató a un Real Madrid lastrado en la banda derecha del tridente ofensivo, con James desconectado, y también por la izquierda del medio campo, con Isco también muy apagado y sin atreverse a desequilibrar.

Las únicas asociaciones en ataque las ponía Benzema, moviéndose de lado a lado, entre líneas, e intentando jugar al primer toque, que era lo que necesitaba el Real Madrid para sorprender ante el orden bético. Cristiano Ronaldo tampoco estaba nada bien, y el equipo de Zidane acusaba la falta de movilidad y fluidez ofensiva, con el Betis destruyendo cualquier intentona visitante. Así, el conjunto sevillano apenas permitió más de una ocasión clara al Madrid, un remate lamentable de Cristiano con la derecha a la media hora, cuando los blancos ya habían tomado el control del juego, aunque se veían incapaces de reflejar su dominio en el marcador. Cierto es que el portugués también pudo ser objeto de un penalti al cuarto de hora, pero la pena máxima clara que se tragó Martínez Munuera fue el pisotón por detrás del inconsciente Petros a Benzema a diez minutos del descanso.

El penalti reclamado por el madridismo a Benzema no provocó sin embargo una reacción contundente del Real Madrid antes de la segunda mitad. Los blancos continuaron con su dominio estéril frente a un contrario notable en el aspecto defensivo. El Betis, tan echado entonces atrás, ya hacía mucho tiempo que había dejado de meter miedo a la contra, pero se encontraba relativamente cómodo atrás, mientras el Madrid se iba desesperando. Y no sólo porque las estrellas se dejaban ningún destello, sino porque Danilo era incapaz de dar un pase bueno desde la derecha y su centro del campo, pese a la clarividencia que pretendía imponer Modric -y no consiguió hasta el segundo tiempo-, tampoco funcionaba.

Pese a la ausencia de oportunidades de gol evidentes del Real Madrid, el Betis rezó porque llegase pronto el descanso, porque los blancos lo estuvieron rondando y, dada su calidad, cualquier despiste podía costar el empate. El Betis, sin embargo, se aprovechó de la precipitación de los blancos, mantuvo la paciencia, y su defensa consiguió que el equipo se fuese al intermedio con ventaja. El Villamarín se frotaba los ojos, aunque era consciente de que posiblemente le esperaba una agonía en la segunda parte. Como era previsible, el Madrid salió a elaborar y resolver lo antes posible, lanzado a por un empate que no llegó antes porque Adán fue un valladar. En sólo cinco minutos el exguardameta madridista evitó un gol de Benzema y otro de James, aunque realmente fue este, después de otro fallo suyo, quien perdonó lanzando al muñeco, al centro de la portería. Y cuando el Madrid mostraba pobre rendimiento físico, Benzema, tras posición antirreglamentaria de James, al menos salvó un punto. Y Adán, pletórico al final de nuevo ante James y ante Benzema, con una mano milagrosa, otro para el Betis.

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