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Neymar, a su llegada a la Ciudad Deportiva. Foto: Quique García (Efe) | Vídeo: Atlas
Mercado de fichajes

Neymar pone rumbo al PSG

El delantero se despide de sus compañeros y comunica su marcha al Barça, que exige los 222 millones de su cláusula para dejarle salir

Óscar Bellot

Madrid

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Miércoles, 2 de agosto 2017

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La MSN tiene las horas contadas. El pulso entre Neymar y el Barça vivió este miércoles su penúltimo capítulo con la reunión en la que el futbolista comunicó al club su determinación de abandonar la entidad a la que llegó en 2013 para marcharse al París Saint-Germain. Lo hizo tras despedirse de los que hasta ahora eran sus compañeros de vestuario y conseguir que Ernesto Valverde le liberase del entrenamiento para resolver su futuro.

El brasileño, que el día anterior había retornado a la ciudad condal tras cumplimentar sus compromisos publicitarios en China, permaneció apenas media hora en la Ciudad Deportiva Joan Gamper. Posteriormente, acudió a las oficinas acompañado por su padre, figura capital en el desenlace del culebrón netamente futbolístico del verano, para transmitir su deseo de poner fin a su etapa como azulgrana. La directiva, que hace semanas acogió con incredulidad las informaciones que situaban al astro en el PSG, lleva días resignada a verle vistiendo la elástica del conjunto parisino, pero las formas empleadas para forzar su partida han escocido mucho, por lo que la respuesta fue tajante: si Neymar quiere jugar en la Ligue 1, tendrá que desembolsar los 222 millones de euros que estipula la cláusula de rescisión del contrato que firmó hace poco más de un año y que ampliaba su vinculación con el cuadro blaugrana hasta 2021 con una suculenta mejora de su salario, hasta los 25 millones anuales, y una prima para su padre y representante de 26 millones que éste debía haber percibido antes del pasado 31 de julio y que el club ha congelado ante la 'espantada' del delantero.

Neymar ha pasado ya este miércoles el reconocimiento médico en Oporto. Según informa el diario francés L'Equipe, Neymar acudió a la ciudad portuguesa para el pertinente examen médico, junto con el doctor del PSG, Eric Rolland, y Maxwell, coordinador de deportes del club, previo al inminente fichaje con el conjunto parisino.

Las cifras de la operación son mareantes. De rubricarse su fichaje por la entidad presidida por Nasser Al-Khelaïfi pero que en realidad es propiedad de Qatar Sports Investments, un fondo catarí fundado por el anterior emir de ese país, Hamad bin Khalifa Al-Thani, Neymar protagonizará el traspaso más caro de la historia. Su incorporación costaría más que la suma de las dos que hasta ahora encabezaban el ranking: la marcha de Paul Pogba de la Juventus al Manchester United, cifrada en 105 millones de euros, y el aterrizaje de Gareth Bale en el Real Madrid procedente del Tottenham a cambio de 101 millones. El brasileño, que se comprometería para las próximas cinco temporadas, percibiría unos 30 millones netos por cada una de ellas, y su padre se embolsaría más de 40 millones por mediar en el traspaso.

Efecto dominó

En un mercado convulsionado por la frugalidad de los clubes británicos al calor del suculento contrato televisivo para el periodo 2016-2019 que entró en vigor el pasado verano, el reclutamiento del habilidoso delantero por parte del PSG desencadenaría un efecto dominó. Las primeras fichas en caer las derribaría el Barça. Con la delicada tesorería saneada por el dinero catarí, y acuciado por la necesidad de calmar a una afición dolida con la salida de uno de sus grandes referentes, el conjunto presidido por Josep Maria Bartomeu tendría que acelerar los movimientos acometidos en las últimas semanas y decantarse por alguno de los futbolistas que ha situado en su órbita.

La ristra de millones que recibiría por Neymar colocaría a su alcance a la práctica totalidad de estrellas del fútbol mundial. Coutinho, por el que el Liverpool habría desechado ya una oferta que rondaría los 100 millones de euros; Griezmann, al que el Atlético blindó con una cláusula de 200 millones este verano para evitar su salida mientras estuviese vigente la sanción de la FIFA que le impide inscribir nuevos jugadores pero que se reducirá a la mitad el próximo mes de enero; o Dybala, compañero de selección de Messi y desde hace meses en la agenda del Barça pese a su reciente renovación con la Juventus, gustan en 'Can Barça'. Pero también estaría a tiro Kylian Mbappé, objeto de deseo de Real Madrid, Manchester City y el propio PSG, al que el Mónaco se resiste a dejar marchar por menos de 190 millones.

Otra opción sería repartir el pastel para reforzar otras posiciones en las que el cuadro de Valverde anda justo, caso del mediocampo, donde Verratti oposita desde el fin del curso pasado pero del que el cuadro parisino no quiere prescindir y que tampoco entraría como moneda de cambio ante la negativa blaugrana a negociar por Neymar. La experiencia vivida con el 'caso Figo' aconseja, en cualquier caso, prudencia. El portugués, como parece que hará Neymar, dejó el Barça dentro de una operación hostil que le llevó al Santiago Bernabéu. Dejó en caja 10.000 millones de las antiguas pesetas que la directiva que por entonces encabezaba Joan Gaspart invirtió en las adquisiciones de Overmars, Petit, Alfonso, Dani y Gerard ninguno de los cuales ofreció las prestaciones deseadas.

La intención del PSG es cerrar el fichaje de Neymar entre el jueves y el viernes, para así poder presentarlo antes del inicio de la Ligue 1 este fin de semana. El reciente campeón de la Supercopa francesa prepara un fastuoso acto para dar la bienvenida al delantero, que en París podrá escapar de la alargada sombra de Leo Messi, quien este miércoles se despidió del brasileño con un emotivo vídeo. El argentino aguarda ahora la llegada de otra estrella que cubra el vacío que dejará la marcha de Neymar en el poderoso tridente que conformaban con Luis Suárez.

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