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Gianluigi Buffon llora tras la eliminación de Italia. Alessandro Garofalo (Reuters)
Suecia escribe el drama de Italia
Repesca

Suecia escribe el drama de Italia

El triste combinado de Ventura se vio impotente para descerrajar a los nórdicos en San Siro y los 'azzurri' se quedan fuera del Mundial 60 años después

Ignacio Tylko

Madrid

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Lunes, 13 de noviembre 2017

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Debacle, desastre, drama, tragedia...Cualquier término se queda corto para describir el fracaso sin paliativos de Italia, un país con cuatro títulos universales en sus vitrinas, sólo superado por la pentacampeona Brasil, que no participará el próximo verano en la Copa del Mundo de Rusia. Tras no poder con España en la fase de grupos, le apeó Suecia, que hizo historia y vuelve a la élite tras perderse los dos últimos certámenes en Sudáfrica y Brasil.

Huérfana de juego, nerviosa, precipitada, sin fe y víctima de una pésima gestión de Giampiero Ventura desde el banquillo, Italia no pudo marcarle a la correosa Suecia tampoco en San Siro, lloró sus miserias y se quedará sin competir en un Mundial por primera vez desde Suecia'58, la edición que descubrió a Pelé con sólo 17 años.

Italia

Buffon; Barzagli, Bonucci, Chiellini; Candreva (Bernardeschi, min. 76), Florenzi, Jorginho, Parolo, Darmian (El Shaarawy, min. 63); Gabbiadini (Belotti, min. 63) e Immobile.

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Suecia

Olsen; Lustig, Lindelöf, Granqvist, Augustinsson; Claesson (Rohdén, min. 72); Johansson (Svensson, min. 19), Larsson, Forsberg; Toivonen (Theli, min. 57) y Berg.

  • árbitro Mateu Lahoz (España): Mostró amarilla a Chiellini, Johansson, Barzagli, Forsberg, Lustig, Thelin, Bernardeschi, Olsen.

  • incidencias Partido de vuelta de la repesca para el Mundial Rusia 2018, disputado en el San Siro de Milán ante 74.000 espectadores.

Han tenido que pasar nada menos que 60 años para que los 'azzurri' no jueguen la fase final del gran certamen futbolístico. Tras 14 ediciones seguidas compitiendo en Mundiales, Rusia echará de menos a este combinado siempre competitivo pero ahora plano, sin estrellas, sin jugadores capaces de decidir partidos, eliminatorias o finales.

Tampoco la Italia que venció a España en los octavos de final de la Eurocopa de Francia tenía grandes jugadores desequilibrantes, pero estaba mucho mejor trabajada por Antonio Conte. Nada que ver el hoy técnico del Chelsea con el inmovilista Ventura, al que se le expulsará del cargo por insistir en los tres centrales, prescindir de Insigne, no saber cambiar la dinámica del juego y, en definitiva, pasar a la historia por ser el seleccionador que no clasificó a Italia para un Mundial.

El duelo evidenció desde el principio los lastres que arrastraron a Italia a una situación extrema. La 'azzurra' es una selección competitiva pero sin magia. Le falta un 'fantasista' que surta de balones a los delanteros y más creación en el centro del campo. También pegada.

Ventura hizo caso omiso a las peticiones de casi todo el país, incluidos Pirlo y Sacchi, e insistió en el dibujo con tres centrales y en dejar como suplente a Insigne. Si había que morir, quería hacerlo el veterano técnico fiel a sus principios, sin someterse a recomendaciones más o menos ventajistas o desesperadas.

Tres cambios de hombres respecto al choque de ida en Solna pero idénticas trazas ante un rival limitado pero rocoso, bien organizado, experimentado y fuerte en los balones aéreos como el sueco. Máxima presión sobre todo para Jorginho, centrocampista de origen brasileño con el que no contó Ventura en la fase de clasificación y que en el día clave tenía la misión de reemplazar a De Rossi. Resultó intrascendente el jugador del Nápoles. Además, Florenzi sustituyó al sancionado Verratti y Gabbiadini entró en lugar de Belotti, si bien esta última modificación la deshizo Ventura a media hora del final.

Desde el principio, más nervios, imprecisiones y precipitaciones que combinaciones vistosas y profundas. Italia necesitaba elaborar más y emplearse con paciencia, pero insistió desde el principio en los balones largos. Fue mejorando a medida que discurría el primer tiempo y Jorginho, pero hizo justo el fútbol que deseaba Suecia, a la que no inquieta regalar al adversario la posesión de balón.

Chiellini y Barzagli quisieron marcar territorio desde el principio y vengar la fractura de los huesos propios de la nariz sufrida por Bonucci en Solna, pero Mateu les mostró pronto la tarjeta amarilla. Difícil arbitraje para el valenciano en un duelo con gran polémica. En el primer acto, los locales reclamaron tímidamente un penalti por derribo a Parolo y los escandivanos le pidieron con más vehemencia dos penas máximas por claras manos de Darmian y Barzagli.

Salvo un disparo muy intencionado de Claesson que no sorprendió al experimentado Buffon, Italia monopolizó las ocasiones yaa en el primer tiempo, aunque sólo en los últimos minutos acorraló a los suecos a base de paredes, triangulaciones y penetraciones por los costados.

Acusaron en esa fase los nórdicos el duro golpe moral que les supuso la lesión, aparentemente grave, sufrida por Johansson, autor del afortunado gol de la ida y ya el primer suplente en su demarcación. Pero se encomendaron al portero Olsen para mantener su portería a cero. Abortó una ocasión pintiparada de Immobile que luego desvió casi bajo palos Granqvist, y detuvo un disparo de Florenzi, que se internó bien pero debió pasar en lugar de querer ver puerta. Y vio el guardameta cómo un tiro a bocajarro de Candreva se marchó ligeramente alto, igual que un cabezazo de Bonucci, a la salida de una falta.

El desconsuelo de Buffon

No cambió la dinámica de esta final tras la reanudación. Intenso dominio transalpino, pero falta alarmante de ideas y de juego para descerrajar a los disciplinados soldados de Jan Andersson. Un remate acrobático de Florenzi, desviado, y un despeje fallido de Lustig que golpeó en la parte superior del travesaño, hicieron despertar a una afición que llenaba el Giuseppe Meazza, pero ya se temía lo peor.

Ventura, cariacontecido, realizó dos cambios a la vez, pero ni El Shaarawy, ni Belotti mejoraron las prestaciones. Tampoco Bernardeschi marcó diferencias después. Con esas trazas, los 'azzurri' se vieron abocados al desastre, a un drama que traerá consecuencias.

Ni los cinco minutos de prolongación concedidos por Mateu abrieron el camino del triunfo local. Italia sigue sin perder en San Siro tras 90 años y 43 partidos, pero eso ya es anecdótico. Buffon se quedó destrozado. Cumple 40 años en enero y no podrá jugar su sexto Mundial, que se dice pronto.

"No es por mí, que tarde o temprano tendría que dejar la selección. Hemos fallado y lo siento por nuestra gente", lloró el mítico portero de la Juventus tras consumarse la debacle.

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