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Tabárez durante una rueda de prensa con Uruguay. EFE
Tabárez, doce años de reconstrucción

Tabárez, doce años de reconstrucción

El seleccionador de Uruguay vivirá su cuarto Mundial tras haber devuelto a su país a la élite del fútbol internacional

jACOBO CASTRO

Madrid

Viernes, 15 de junio 2018, 08:22

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Le conocen como el 'Maestro'. Quizá esa sea la mejor presentación del entrenador más longevo de este Mundial. 71 años y una neuropatía crónica que le obliga a portar un bastón en cada partido y entrenamiento, no impiden a Óscar Washington Tabárez llevar casi doce años dirigiendo a la selección de su país y estar a punto de encarar su cuarto Mundial en el banquillo charrúa.

Y es que Tabárez ha devuelto a Uruguay a la élite. En 2006, cuando llegó, el fútbol uruguayo había tocado fondo. Jorge Fossati dejaba el banquillo después de que la selección se quedase fuera de la Copa del Mundo de Alemania. Era el tercer Mundial de cuatro que Uruguay no iba a jugar, algo que no había ocurrido jamás en su historia. Además la Copa América, tabla de salvación de la 'Celeste' cuando las cosas no iban bien en el Mundial, no volaba a tierras uruguayas desde hacía once años, cuando en 1995, Francescoli cerraba practicamente su círculo en la selección con un nuevo título.

Sin apenas referentes en el fútbol mundial, con una selección que no daba la talla, tocó reiniciarse. Fue entonces cuando Uruguay decidió recuperar a Tabárez. El entrenador uruguayo había pasado ya por el equipo nacional, entre 1988 y 1990, con buenos resultados, siendo subcampeón de la Copa América en el '89 y llegando a octavos de final en el Mundial del '90. Era el elegido para volver a empezar.

Su primer año al frente de la selección no dejó muchos cambios en el equipo, pero sí una clara apuesta por nombres como Godín, Forlán o Maxi Pereira en detrimento de otros como Recoba o Pablo García, que habían sido importantes en un tiempo anterior. Con esa primera apuesta, se logró un cuarto lugar en la Copa América de 2007. Fue el inicio de la vuelta al máximo nivel competitivo. Pero para estar arriba siempre hacen falta estrellas, y Tabárez encontró a dos chicos de apenas 20 años dispuestos a convertirse en ellas.

La dupla de 'alumnos'

Luis Suárez y Cavani fueron apuestas personales del 'Maestro'. Eran muy jóvenes, recién llegados a Europa, pero se creía que tenían futuro. Tabárez fue fogueándolos en la fase de clasificación al lado de un Forlán que triunfaba como estrella en el Atlético de Madrid. Al mismo tiempo, otros jugadores como Muslera, Godín o Maxi Pereira iban creciendo y aumentando su importancia en la selección. Para cuando llegó el verano de 2010, Uruguay se presentó en la Copa del Mundo con un equipo para soñar, liderado en ataque por una delantera que había anotado esa temporada 92 goles: Forlán, Suárez y Cavani. Fue un éxito absoluto. Un cuarto puesto, algo que no lograba la 'Celeste' desde el año 70. El plan iba por buen camino.

En 2011, Tabárez tocó el cielo como seleccionador logrando la Copa América, arrasando en el torneo de verano, donde Luis Suárez se confirmó como estrella del combinado nacional. Fue el momento cumbre de una trayectoria, pero también un paso más en el crecimiento de la selección. En los últimos siete años Uruguay no ha vuelto a ganar ningún título, pero ha logrado ser un fijo de los mundiales, pasando las fases de clasificación sin problemas y jugando tres seguidos, algo que no ocurría desde la década de los 70. Nadie sabe cuánto le queda al 'Maestro' en el banquillo, pero está claro que los jugadores le adoran. «El 'Maestro' es palabra sagrada» dijo Suárez. Por ahora, su único objetivo es el partido contra Egipto de este viernes.

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