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Nolito y Manolo 'el del Bombo'.
El día grande de Nolito y la familia Agudo Durán
FÚTBOl | SELECCIÓN

El día grande de Nolito y la familia Agudo Durán

El delantero gaditano debutará con la absoluta en el estadio en el que ha conseguido asombrar al fútbol español con su juego forjado en la calle

Rodrigo Errasti Mendiguren

Domingo, 16 de noviembre 2014, 18:14

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«No tuve la oportunidad de debutar el sábado, pero estoy encantado de estar aquí, contento de estar en la convocatoria. El recibimiento ha sido muy bueno y me hacen sentir muy cómodo. Desde el banquillo siempre tienes la esperanza de salir. Ojalá me toque contra Alemania (el martes). En Vigo, ante mi afición», proclama sin perder la sonrisa Manuel Agudo Durán, más conocido como Nolito. Hasta el Nuevo Colombino de Huelva se habían acercado muchos de sus amigos y familiares desde Sanlúcar de Barrameda.

Lo que para otro podría ser una decepción, para él es sólo el primer paso hacia cumplir su sueño con 28 años. Ese que anhelaba cuando era niño mientras jugaba con sus amigos en las calles gaditanas. Nolito cree que «los niños están atontados» con los videojuegos y «se está perdiendo el fútbol de la calle». En su barrio muchos niños no tenían para comprar un balón y por eso tenía que buscar la complicidad de otros chicos: «Yo casi siempre jugaba con la pelota de otro amigo». No vivió una infancia fácil, ya que tuvo que ser criado por sus abuelos al renunciar su madre a su educación por estar en prisión. La abuela Dolores y el abuelo Manuel, fallecido en 2008 y a quien van dedicados sus goles, son sus «padres».

Nolito, al que quisieron gastarle en la selección la novatada de la Premier en la que se obliga al nuevo a cantar en una silla frente a sus compañeros, es una caja de sonrisas y siempre repite: «Lo mejor está por llegar. Ahora estoy en un momento especial, en el que me acuerdo de mis amigos, de mi familia y de mi mujer. Cuando llego a casa cabreado por algo lo pago con ella».

No olvida los «muchos momentos malos» vividos, las dificultades sufridas en una familia enorme (con diez tíos a los que considera sus hermanos, y más de 30 primos), porque aprendió «de todo», pasando por lo bueno y lo malo. «Éramos muchos y había que conformarse: vestirse, comer y jugar. Estoy contento de la familia que me ha tocado».

«Golito de Nolito»

El primer recuerdo que tienen muchos aficionados de Nolito es de hace ocho años, cuando marcó un gol con el Écija al Real Madrid en Copa. Para alcanzar la categoría de bronce había saltado del Algaida de Sanlúcar al Atlético Sanluqueño (donde coincidió con Jurado) y de allí al CD Mestalla, adonde llegó con sólo 16 años.

Aquel tanto -«Golito de Nolito», tituló Marca- hizo que muchos siguieran sus pasos, y ya en 2008, tras contribuir con sus goles a que el equipo disputase el ascenso, fue reclutado por el Barça de un Luis Enrique clave en su carrera. «Siempre ha sido directo y claro conmigo y me hizo ver que podía vivir de esto. Me decía que era buen futbolista, pero que me lo tenía que creer». Tras jugar con el filial, e incluso debutar en el primer equipo con Guardiola en Copa del Rey, competición en la que hizo un gol al Ceuta, asumió que no tendría opción de triunfar de azulgrana.

Viendo que era imposible jugar en el primer equipo del Barça se va al Benfica, donde brilla al principio pero se va apagando a las órdenes de Jorge Jesús, que aceptar dejarle salir cedido en enero de 2013 al Granada, y llama la atención del Celta, que le firma por cuatro campañas. En la primera marca 14 goles a las órdenes de Luis Enrique, y en la actual, ya con Eduardo Berizzo, lleva cinco en 11 jornadas de Liga.

En estos meses ha hecho amistad con el doctor del Celta y la selección, Juan José García Cota. «Hemos hablado mucho. Me da consejos al ser el médico del Celta. Al llegar me dijo: Ya estás en la selección», recuerda, sin esconder que ha visualizado mucho de ese momento. Y es que el destino ha querido que este hombre hecho a sí mismo vaya a debutar con la selección en Vigo: «Mejor no podría ser, debutar con los campeones del mundo, en mi casa... Siempre tengo ganas. Ojalá tenga la suerte».

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