Borrar
Mireia Belmonte, durante una rueda de prensa.
Mireia Belmonte: «Cuanto más te obsesiones con las medallas, más te alejas»
natación

Mireia Belmonte: «Cuanto más te obsesiones con las medallas, más te alejas»

«Somos insaciables; no hay que conformarse con lo que se tiene», proclama la campeona olímpica de 200 mariposa que cuando renunció al pasado Mundial pensó «que no había salida»

Amador Gómez

Sábado, 13 de agosto 2016, 19:16

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Mireia Belmonte se declara «insaciable». Tras convertirse en la primera nadadora que conquista un oro olímpico en 200 mariposa con 25 años, ya piensa en el Mundial de Budapest del próximo año e incluso en los Juegos de Tokio 2020. «He conseguido mi sueño, la medalla de oro que deseaba toda mi vida, pero ahora el Mundial es el objetivo. Siempre tenemos nuevos retos. Me queda ser campeona del mundo en piscina de 50. Somos insaciables. No hay que conformarse con lo que se tiene», proclamó este sábado Mireia, en compañía de Fred Vergnoux. «Un entrenador muy exigente y muy duro», como lo calificó la catalana, que cuando llegó a la Villa pasadas las tres de la madrugada después de ganar el título no pudo ser felicitada en ese momento por ningún otro olímpico español. «No había gente. Estaban todos durmiendo», afirmó entre risas.

«Si en 2020 llega una medalla, estaré más agradecida, pero si no, ya está muy bien lo que he conseguido», reconoció Mireia, ya con cuatro metales en Juegos Olímpicos (dos en Londres 2012 y otros dos en Río), aunque llegó a temer perderse la cita brasileña por las lesiones en los hombros que el pasado año le obligaron a quedarse fuera del Mundial de Kazán. «Cuando tuve que renunciar a Kazán creí que no había salida y tenía que renunciar también a los Juegos. Fue bastante duro ver ese Mundial por la tele, pero fue una buena idea. No recuerdo momento más difícil en mi vida que ese, pero lo agradezco, porque me hizo reflexionar, parar a tiempo y madurar como persona y como deportista», subrayó la flamante campeona olímpica de 200 mariposa y bronce en 400 estilos en Río.

Ni Mireia ni su entrenador han asimilado aún lo que han conseguido en estos Juegos, pero ambos se quedan con una imagen memorable en la pelea por el título olímpico de los 200 mariposa. «Hay una foto muy bonita, cuando nos quedan 15 centímetros para tocar la pared. Esta fotografía define los últimos cuatro años, en los que hemos buscado la perfección. Es la que más hemos visto, la de la llegada. Cuando vea el vídeo con mi familia será aún más emotivo», subrayó la nadadora de Badalona. «Sí. Yo también me quedo con esa foto. Con la australiana (Madeline Groves) que no se mueve, y a Mireia le queda otra extensión final», coincidió en señalar su entrenador francés, quien considera que «en España hay otras Mireias, pero la diferencia es el trabajo y la determinación». «Esta es nuestra palabra, la determinación», insistió Vergnoux.

«En ese momento no asimilas mucho lo que acabas de hacer. Viene todo de golpe y no sabes asimilarlo muy bien. No sé cómo me sentí. Tenía ganar de reír y de llorar. En la entrega de medallas salió toda la emoción. En ese momento te acuerdas de todas las personas que han estado a tu lado», desveló la española al preguntarle por sus sensaciones tras verse por fin coronada campeona olímpica y responder también, con elegancia, a quienes no confiaban en ella. A los medios de comunicación que se atrevieron a pronosticar que no ganaría una sola medalla en Río, basándose algunos de ellos en que no participó en el Mundial de 2015: «Cada uno hace su predicción. Es normal que no contaran comigo, pero eso siempre te anima a conseguir cosas y estoy contenta. Al final son números, por haber disputado o no unas competiciones. Nadie había conseguido con mi edad un oro en los 200 mariposa y son retos nuevos para superarlos».

Trabajo mental

Mireia recordó también, no sólo su progresión deportiva, sino también psicológica, para reforzar su confianza y evadirse de la presión, desde los Juegos de Londres, donde se colgó la plata en 200 mariposa y 800 libre. «En Londres era más novata. Había estado ya en Pekín (en 2008), pero no sabía lo que era luchar por unas medallas. Ahora ya sé controlar más los nervios y las emociones de estar en una final olímpica y creerme que voy a ganar. Eso es lo que he trabajado mucho a nivel mental, sin pensar en lo que pueda suceder a nivel externo», confesó. «Cuanto más te obsesiones con las medallas, más te alejas. Yo he disfrutado de las eliminatorias, de las semifinales y de la final «, puntualizó, mientras Fred Vergnoux ponía nota a la actuación de su pupila en Río y a la suya propia.

«Ha sido una papel grandísimo de Mireia. Nos ponemos un 9. Mireia ya piensa en el Mundial del año que viene. Parece que no hay fin. El futuro puede ser muy bonito para ella. Eso me anima a buscar más retos para animar a Mireia. Este ciclo se acaba y empiezan otros. Mireia ganará todavía más rápido en el futuro», aventura Vergnoux, que también destaca la evolución de la catalana al entrenar en altura en Sierra Nevada. «Ha sido una buena nota. El nivel de la natación en general en estos Juegos ha sido altísimo y en Tokio también lo será», augura la campeona.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios