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El gen que te obliga a dejar el deporte
Polideportivo

El gen que te obliga a dejar el deporte

Investigadores del CNIC descubren que la práctica de ejercicio es peligrosa en portadores de la mutación R735X del gen (Pkp2) responsable de la enfermedad hereditaria humana conocida como "miocardiopatía arritmogénica de ventrículo derecho"

Javier Varela

Lunes, 20 de abril 2015, 16:16

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Deporte es salud, pero con sentido común. Antes de practicar deporte hay que hacerse un chequeo médico que descarte cualquier problema en nuestro organismo. Así lo confirma un estudio publicado en la última edición de la revista 'Journal of the American College of Cardiology' (JACC) y llevado a cabo por investigadores del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) dirigidos por los doctores Juan Antonio Bernal y Borja Ibáñez. En sus investigaciones han identificado que el ejercicio físico en ratones portadores de una mutación genética humana resulta en un deterioro manifiesto de la función cardiaca. "Es enorme el impacto social que tiene la muerte de deportistas jóvenes; los fallecimientos de algunos futbolistas en la liga española hace algunos años conmocionaron a la opinión pública y al mundo del deporte y el recuerdo sigue presente todavía", subraya el Dr. Ibáñez, director del departamento de investigación clínica del CNIC.

El impacto del ejercicio físico en el desarrollo de un malfuncionamiento del corazón (que eventualmente pueda resultar en la muerte del individuo) en sujetos portadores de mutaciones genéticas es un tema controvertido y de alto interés clínico y social por las implicaciones que conlleva. Como recuerda el Dr. Bernal, muchos de estos deportistas fallecidos en competición estaban genéticamente predispuestos a desarrollar una rara afección cardiaca denominada miocardiopatía arritmogénica de ventrículo derecho (ARVC), que se estima que afecta a 1 de entre 2.500 y 5.000 individuos.

Aunque ya se había propuesto que el ejercicio podía acelerar el desarrollo de miocardiopatías subyacentes en individuos genéticamente predispuestos, la investigación en este campo ha estado muy limitada por la ausencia de modelos animales con mutaciones potencialmente asociadas a la enfermedad. De los genes que se han podido asociar hasta el momento a ARVC, según subraya el Dr. Bernal, cinco corresponden a proteínas desmosomales, que forman estructuras complejas que mantienen adheridos a los cardiomiocitos en el tejido cardiaco. Por ello, de las más de 360 mutaciones que se han identificado en genes desmosomales, más de 160 se han encontrado en el gen de Pkp2, que codifica la proteína desmosomal placofilina.

Abandonar el deporte

Para solventar el problema de la ausencia de modelos animales aptos para investigar este asunto, los investigadores del CNIC han usado herramientas típicas de terapias génicas avanzadas como, por ejemplo, los virus adeno asociados (AAV). "Hemos desarrollado un nuevo modelo de ARVC sin necesidad de generar animales transgénicos, lo que nos ha permitido demostrar que mutaciones específicas en Pkp2 humana inducen el desarrollo de la enfermedad sólo cuando los animales entrenan", ha destacado Ibáñez.

Se trata, puntualiza Juan Antonio Bernal, de modelos "mucho más económicos y sencillos" de generar y mantener que los animales transgénicos tradicionales, y que permiten distinguir entre mutaciones patógenas y variantes genéticas inocuas. Bernal califica los resultados obtenidos en el estudio como "importantes" para los portadores de genes desmosomales mutantes, a los que se recomienda que abandonen el deporte. "Las consecuencias de una clasificación errónea son más importantes en deportistas de élite, para los que se trunca totalmente su carrera deportiva", apostilla.

Para la caracterización de la afección cardiaca, los investigadores del CNIC utilizaron la tecnología de imagen más avanzada, presente en el centro. "El uso de resonancia magnética de alto campo nos ha permitido hacer un seguimiento longitudinal de la función cardiaca de los sujetos sometidos a ejercicio o sedentarios. Gracias a esta tecnología de imagen tan avanzada somos capaces de detectar afecciones progresivas", comenta el Dr. Valentín Fuster, director General del CNIC e investigador de este trabajo.

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