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JOSÉ LUIS CALLEJA
Lunes, 27 de marzo 2017, 01:47
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No hay peor cuña que la de la misma madera. Un tanto de la exjugadora del Biesca Natasha Lee Suárez dio la quinta Copa de Europa al Voltregá, que se impuso ayer al Hostelcur Gijón (0-1) en la final continental femenina de hockey sobre patines celebrada ayer en el Palacio de Deportes ante casi tres mil espectadores que disfrutaron de un gran espectáculo y al final lamentaron un resultado que no hizo justicia a los méritos del cinco de La Calzada.
A veces en el deporte suceden episodios como el vivido ayer. Las gijonesas, que actuaban como anfitrionas, venían de sentenciar el sábado anterior la Liga contra el conjunto catalán, vengándose así de lo ocurrido siete días antes cuando fueron derrotadas en la final de la Copa de la Reina, que se decidió con el gol de oro.
Pero, tras haber conquistado este trofeo en 2010 en el mismo escenario, las fabriles ni se imaginaban que se les podía escapar la victoria y celebrarla el trono europeo por todo lo alto ante su afición, en su ciudad.
La final europea de hockey sobre patines, que supuso el quinto título para el Voltregá -que rompe así el empate con las gijonesas, que se quedan con cuatro-, se desarrolló con el guión previsto, exhibiendo una gran igualdad. No en vano se trata de los dos conjuntos más importantes del continente y que han acaparado la mayoría de títulos durante la última década.
El equilibrio de fuerzas fue máximo en todo momento y solo un error podía decantar la balanza como así fue. Un fallo en un pase de las locales puso la bola a pies de Natasha Lee, que en jugada personal se plantaba ante la portería gijonesa para batir por bajo a la meta local Elena González.
A partir de dicho momento, el Hostelcur se lanzó al ataque en busca del gol, imponiendo mucha velocidad en sus acciones e intentando sacar provecho de los contraataques. Sin embargo, las intervenciones de la portera internacional Laia Vives fueron decisivas. María Díez 'Peke' y Anna Casarramona pudieron conseguir el empate antes del descanso pero faltó fortuna en los últimos metros para equilibrar el marcador.
El Voltregá, en este caso, tuvo a su favor la profundidad de banquillo, algo de lo que adolecen las gijones, pero también a los árbitros suizos que tomaron decisiones muy rigurosas como una tarjeta azul a Marta que pudo sentenciar la final. Tras la falta directa, Nara López se encontró con una gran Elena González, que realizó un encuentro sobresaliente, desbaratando las ocasiones que sumaron las catalanas a la contra.
Tras la reanudación, el Hostelcur presionó mucho más sobre la portería del Voltregá, dejando en ocasiones desguarnecida la defensa. Había que asumir riesgos si querían empatar. La fortuna, no obstante, se puso del lado de las catalanas, que cerraron muy bien todos los espacios, protegiendo a su portera Laia. Pudo llegar la igualada en una acción de Sara González, que fue derribada por Laia Vives.
Los colegiados, que recibieron una enorme pitada, no quisieron señalar la falta, que pudo significar el empate y propiciar una prórroga que hubiera hecho justicia con el esfuerzo de las gijonesas. Al final, pese a la derrota, la afición premió a sus jugadoras con una enorme ovación reconociendo el esfuerzo realizado. Pulgui y sus pupilas, desconsoladas, ya piensan en asegurar la OK Liga. La temporada, al margen de las dos finales perdidas, merece un sobresaliente.
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