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J. L. CALLEJA / J. A. GARCÍA
GIJÓN.
Martes, 7 de noviembre 2017, 09:56
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Hay deportistas que cada año elevan un poco más el listón de la exigencia al mismo tiempo que acumulan éxitos en su currículum. Difícilmente entran una hoja los méritos de Saúl Craviotto. El piragüista ilerdense, afincado en Gijón donde reside con su familia y trabaja como policía nacional, tiene un nuevo reconocimiento del que puede presumir. Ayer se dio a conocer el fallo del jurado de los premios nacionales del deporte que otorgan al ganador de cuatro medallas olímpicas el Premio Rey Felipe que distinguen al deportista español que más destacó durante la temporada 2016, tanto a nivel nacional como internacional.
«Es una motivación más para seguir entrenando y alcanzar nuevos objetivos», valoró Craviotto para EL COMERCIO al término de su sesión vespertina de entrenamiento. «No todos los días el Rey te da un premio», asegura el piragüista catalán que el pasado mes de febrero recibió emocionado el premio de los deportes que entrega EL COMERCIO.
El pasado ejercicio, Craviotto prolongó su idilio con los Juegos Olímpicos tras conseguir en la cita de Río una medalla de oro en K-2 200 junto a Cristian Toro y una de bronce en K-1 200. A pesar de todos los años que lleva a bordo de la piragüa, no quiere oír hablar de retirada y mira de reojo al horizonte con la ambición que siempre le ha acompañado a la hora de plantearse desafíos deportivos. Tokio asoma dentro de tres años y ahí espera estar Craviotto, que el próximo año, según desvela, preparará el Europeo y el Mundial dentro de lo que él califica como año de «transición», antes de jugarse el billete olímpico en las pruebas del calendario de 2019.
«Intentaré meterme en una embarcación K-4 para tomar parte en las próximas competiciones internacionales», desgrana agradecido por el consenso que ha suscitado su nombre y el galardón que reconoce los triunfos de la pasada campaña pero también su ejemplar trayectoria deportiva.
En la categoría femenina, galardonadas con el premio Reina Letizia, comparten la distinción la leonesa Lidya Valentín (halterofilia) y la también piragüista (en este caso en la modalidad de de aguas bravas) la vasca Maialen Chourraut.
No fue el único reconocimiento para el deporte del piragüismo, porque también fue premiado el equipo olímpico español, en el que figuró el palista parragués del Grupo Covadonga Javier Hernanz, que obtuvo diploma en los Juegos de Río en 2016 y se quedó muy cerca de los metales. Dentro del staff técnico que se desplazó a Brasil también destacó la presencia del entrenador luanquín Miguel García.
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