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La ambición ciega a Márquez

Con el piloto de Cervera por los suelos tras una táctica suicida, Lorenzo triunfa por delante de Espargaró y Crutchlow

MIGUEL SESÉ

Lunes, 29 de septiembre 2014, 01:03

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Marc Márquez definió con una sentencia para sí mismo una decisión ayer desastrosa en carrera. «El riesgo ha superado el límite», dijo tras caerse después de una negativa pertinaz a cambiar de montura, a pesar de que la incesante lluvia arreciaba en todo el trazado aragonés. En ambas ocasiones quien se llevó la victoria fue Jorge Lorenzo, un piloto que se ha acostumbrado a ir siempre por encima del rendimiento de su moto pero sin rebasar sus propios límites, y que se sube a lo alto del cajón por primera vez en lo que va de temporada.

Inmerso en cábalas acerca de cuándo logrará el bicampeonato, el de Cervera descuidó su condición de humano sujeto a las leyes básicas de la naturaleza. Es imposible conducir una MotoGP con las ruedas lisas y en un asfalto absolutamente mojado. Para todos, incluso para él. Su táctica suicida no podía acabar de otra manera que con sus huesos deslizándose por el suelo. Y así fue. La tozudez de negarse a pasar por boxes a cambiar de moto se llevó a su estela a Dani Pedrosa, primero, y acabó con una mezcla de sensaciones entre el dolor de la caída y la pérdida de parte de su ventaja y el suspiro de, al menos, saber que su cuerpo quedó intacto sin ningún tipo de lesión.

Las pequeñas y esporádicas gotas pronto se transformaron en copiosas y amenazantes. Jorge echó el freno y dejó irse a las HRC directas al acantilado, pero sin atrever a ser él el primero en tomar la determinación de cambiar de montura. Ése fue Aleix, que desde una posición retrasada vio la oportunidad de su vida ante sus ojos.

Pasó una vuelta y Marc y Dani siguieron en pista. Ahí se cayó Pedrosa. Se cumplió otra, faltaban tres para la conclusión y Márquez giró de nuevo el tambor del revólver. Fue demasiado. Todo ocurrió en una curva asequible, con la moto prácticamente recta y sin previo aviso. Al suelo. Marc demostró que no sabe frenar ni ceder, ni siquiera cuando es obligatorio. Tras Jorge, Aleix Espargaró, el primero en hacer lo correcto, fue segundo, con Crutchlow completando un podio atípico para una carrera demencial.

Rabat apuntala la guerra

Maverick Viñales supo hacer su papel a la perfección para llevarse la victoria en la carrera de Moto2, y lo hizo por delante de un Rabat que sale reforzadísimo de Motorland de cara al triunfo final en el Mundial. La carrera de la categoría intermedia, declarada en seco, fue una sucesión interminable de buenas noticias para el motociclismo español. Primero por la constatación de que Maverick Viñales no ha necesitado apenas adaptación a las 600 cc, y aunque con cierta irregularidad, es capaz de dar exhibiciones como la de Alcañiz. Después, porque el doblete certificado por Tito le posiciona de forma inmejorable para acabar haciéndose con el preciado botín del campeonato.

Polémica en Moto3

Y, en Moto3, Márquez tiró a Jack Miller. Era el español quien tenía el sitio, pero eso no le exime de la culpa de abrirse lo justo en el centro de la curva, chocar con el oceánico y mandarlo de forma escandalosa por los suelos. La victoria voló para Italia gracias a Fenati. El liderato, eso sí, se quedó en poder de Márquez, auténtico protagonista de la mañana.

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