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Lewis Hamilton, con su gorro ruso, junto al presidente del país, Vladimir Putin.
Hamilton acaricia la gloria

Hamilton acaricia la gloria

Se impone en Rusia y será campeón si gana por delante de Rosberg y Vettel

DAVID SÁNCHEZ DE CASTRO

Lunes, 12 de octubre 2015, 00:25

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Muy mal se le tiene que dar a Lewis Hamilton para no proclamarse campeón del mundo de Fórmula-1 por tercera vez en su carrera deportiva en la próxima fecha de la competición. El británico se impuso en el Gran Premio de Rusia con su ya habitual superioridad, pero además ayudado por un problema mecánico de su compañero Nico Rosberg. El alemán, por segunda vez este año, se vio fuera de carrera, esta vez por culpa del pedal del acelerador de su monoplaza, y no pudo concretar su 'pole' con una victoria que le hubiera dado vida a la clasificación. Con este resultado, unido al segundo puesto de Sebastian Vettel, no sólo tiene complicado arrebatarle el centro a Hamilton, sino también la plata al propio piloto de Ferrari, que le ha superado en esta carrera.

La cita de Rusia fue bastante más entretenida de lo que se esperaba. Con Carlos Sainz en pista, una vez superados los problemas físicos tras el accidente del sábado, fue otro choque al principio de la carrera el que puso picante a la carrera. Nico Hülkenberg y Marcus Ericcson acabaron pronto su participación, con un accidente que afectó a Max Verstappen, que pinchó. No fue la única vez que el coche de seguridad hizo su aparición: Romain Grosjean se estrelló contra el lateral del circuito en el que fue, según sus propias palabras, «uno de los peores accidentes de su carrera». El arreglo de las barreras destrozadas, con cinta americana, fue un ejemplo perfecto del absoluto desastre de la organización de este gran premio.

Mientras tanto, Sainz, sin hacer mucho ruido, estaba firmando una remontada absolutamente colosal desde el fondo de la parrilla, hasta la zona de puntos. Incluso superó una sanción de cinco segundos por haberse saltado la línea blanca de salida. Sin embargo, como en un recuerdo doloroso de su padre, no pudo completar la 'machada' del fin de semana, ya que los frenos de su Toro Rosso reventaron. Literalmente, el disco del neumático delantero izquierdo saltó por los aires y obligó al madrileño a quedarse fuera de la carrera de Sochi, consumando su sexto abandono de la temporada.

La remontada de Sainz no le fue a la zaga de la de Fernando Alonso, que, con las limitaciones propias de un McLaren Honda -que ya ni se espera que vaya medio bien-, estuvo coqueteando con los puestos cercanos a los puntos hasta el final. No tuvo una carrera con problemas, ni siquiera sufrió adelantamientos que dejaran en cueros a su unidad de potencia, como en Suzuka. Entre una estrategia óptima y los accidentes de los de arriba, el asturiano se encontró entrando en meta en décima posición, justo por detrás de su compañero Jenson Button.

Poco se iba a imaginar que los comisarios le iban a cortar de golpe su progresión. Fernando aprovechó en exceso la parte exterior de una 'chicane', que acortó notablemente, por lo que desde la FIA decidieron añadirle cinco segundos de castigo, con la mala suerte de que esa mínima diferencia fue suficiente como para que Max Verstappen le adelantase en la clasificación final y, en consecuencia, se quedase con una insuficiente undécima posición y sin puntuar.

La enajenación de Kimi

La mayor emoción de la carrera fue por ver quién acompañaba a Hamilton y Vettel en el podio. A las últimas vueltas de carrera llegó Sergio Pérez, el que finalmente se subió al cajón, pero no sin emoción. Culpables de ello fueron la dupla finlandesa de Kimi Räikkönen y Valtteri Bottas. El de Ferrari y el de Williams lucharon hasta el último instante por el tercer puesto, una vez el mexicano que se quedó sin ruedas.

A los últimos metros llegó Bottas por delante de Räikkönen, pero 'Iceman' no estaba dispuesto a rendirse y, en una de las acciones más surrealistas que se le recuerdan, se llevó por delante a su compatriota, que acabó alucinado bajándose del coche a falta de cuatro curvas. Los comisarios no se lo tomaron nada bien y, posteriormente, acabaron sancionado a Kimi con 30 segundos, que le mandaron del quinto puesto que había obtenido al octavo, provocando a su vez una consecuencia inesperada: daba la suficiente ventaja a Mercedes para que se proclamaran campeones del mundo.

Alonso y Räikkönen sufrieron la dureza de los jueces en los últimos instantes de la carrera. Tanto para uno como para otro, la mejor noticia es que salen de Rusia y ya pueden pensar en Austin, una de las citas más entretenidas en uno de los mejores circuitos modernos del calendario. Ahí, Hamilton puede proclamarse campeón del mundo por tercera vez e igualar, al menos en títulos, a su ídolo Ayrton Senna. En victorias ya lo hizo ayer.

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