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JOSE MANUEL CORTIZAS
Viernes, 24 de febrero 2017, 00:09
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Silverstone en estado puro. Mal tiempo, pista húmeda y un viento que llevó a Mercedes a poco más que sacar de su guarida a la nueva fiera que le colma de satisfacción. Jornada de puesta de largo del coche más esperado. El nombre oficial se las trae: F1 W08 EQ Power Plus. Coloquialmente, la última versión de las 'flecha de plata', los bólidos a los que nadie ha logrado toser las tres últimas temporadas.
Desde luego es lo que piensan los pilotos que deberán domar a las bestias. Para Lewis Hamilton, el mundo conoció ayer «el coche más avanzado tecnológicamente que he visto en mi vida». El tricampeón analiza los cambios más evidentes sin entrar en detalles. «Aerodinámicamente y como concepto es muy parecido al anterior. Pero la potencia que encierra y cómo la aporta con los neumáticos tan grandes de ahora te llevan a otra dimensión. La tracción es brutal».
Su nuevo compañero, Valtteri Bottas, no podía ocultar la satisfacción de verse en un evento con un caché increíble, como todo lo que toca la estrella alemana. «En términos de diseño diría que es limpio», añadió.
Pero no hay que olvidar una realidad que será realmente la que ponga a cada uno en su sitio. La nueva reglamentación y su incidencia en los monoplazas convierten este 2017 en un año no de tránsito, pero sí la menos de expectación hasta que los bólidos rueden cuestionados por el crono en el trazado urbano del GP de Australia. «Las reglas del juego han cambiado. Puede que alguien haya logrado lo que Ross Brawn en 2009, una fórmula mágica que sea la clave», advierte la cabeza visible y máxima autoridad de la escudería, Toto Wolff.
Inteligencia artificial
El jefe supremo del equipo de la estrella ha concentrado en la intersesión parte de su trabajo en la adecuación de la relación entre los dos pilotos del equipo. Reconoció ayer que Hamilton se tomó «bien» el anuncio de la llegada de Bottas y cree que la pareja puede funcionar con menos fricción que la que saltaba a la vista entre el británico y Nico Rosberg. «Eran rivales desde hacía veinte años y eso se acaba notando. Creemos que ahora se abre una oportunidad para una relación amistosa y saludable entre Lewis y Valtteri».
Acostumbrados a monopolizar el podio (en 40 carreras de los dos últimos años sólo cedió cinco victorias), no creen en la mesa de operaciones del equipo germano que tenga por qué cambiar la situación.
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