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Detalles del casco que lucirá en EE UU.
Fernando Alonso se sube al espectáculo americano

Fernando Alonso se sube al espectáculo americano

Probará hoy por primera vez su nuevo coche en un test de 8 horas para hacerse con un oval en el que se superan los 370

EDUARDO ALONSO

Miércoles, 3 de mayo 2017, 00:09

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En Indianápolis, la ciudad donde se celebran las 500 millas de la Indy 500, Fernando Alonso completará, el día 28 de mayo, 200 vueltas a un circuito con una longitud de 4,023 kilómetros, en el que alcanzará velocidades de 370 por hora.

Si las habilidades de los conductores de F-1 son determinantes, en el óvalo americano asumen un papel más capital si cabe. Todo en busca del show. Todo en busca de incrementar el espectáculo en el Indianápolis Motor Speedway (inicialmente de ladrillo, del que solo sobrevive una yarda conocida como 'Brickyard'). Porque las 500 Milllas de Indianápolis están hechas expresamente para el aficionado que se acerque a esta localidad del medio oeste norteamericano enloquecida con el mundo del motor, que incluso le ha puesto el nombre de una calle al piloto asturiano.

Las 500 Millas de Indianápolis forman parte del calendario de la IndyCar, la principal competición de monoplazas de EE UU. Curiosamente, Alonso no pudo ganar en el circuito norteamericano durante los ocho años (2000-2007) en los que fue una de las paradas de la F-1. Ahora lo intentará en la Indy 500 con el equipo vigente campeón en este recinto, el que dirige Andretti, que, no obstante, no vive un buen momento.

Fernando hace, pues, las maletas. Momentáneamente. Se ausenta del GP de Mónaco. Renuncia, más bien, a una de las citas más glamurosas de la F-1. El asturiano, con cuatro abandonos en otras tantas citas del calendario (Australia, China, Bahrein y Rusia), busca nuevos retos en medio de la profunda crisis por la que atraviesa la alianza entre McLaren y Honda. Asume que nada bueno le deparará este 2007 en la F-1 e Indianápolis le ofrece un reto goloso.

No será una bala de fogueo. Con el respaldo de la escudería de Woking, encuadrado en el equipo campeón de la última edición y con un presupuesto de unos dos millones, se subirá al monoplaza número 29 con chasis Dallara DW12 de 2012, homologado para toda la parrilla, e impulsado con un motor Honda fogoso, potente, generoso en su entrega. Nada que ver con el de la F-1. De hecho, el propulsor nipón ha ganado frente al de Chevrolet en once ediciones desde 2004.

Las 500 Millas de Indianápolis no son una cita más del calendario. Es una fecha cargada de patriotismo -tiene lugar un homenaje a todos los norteamericanos que perdieron la vida en la guerra-, de números -más de 350.000 espectadores en 2016-, de tradiciones -entre estas últimas, el brindis con leche, no con champán-, y de curiosidades: el primer ganador, en 1911, Ray Harroun, fue quien inventó para un vehículo motorizado el espejo retrovisor; las ruedas de la izquierda son más pequeñas para facilitar el giro, y la calificación tiene lugar una semana antes de la prueba.

A Fernando le queda mucho trabajo por delante. Ya viajó la semana pasada a EE UU, a Alabama, para conocer a su nuevo equipo, el coche, hacerse el asiento, intercambiar datos, estrategias y asistir en directo a la tercera prueba del campeonato. También se subió al simulador de Honda.

Pero será hoy cuando tendrá su primer contacto con el asfalto. Serán ocho horas de test, siempre que no llueva. Desde las 15 horas a las 23 horas (horario español). Pero, pese a su palmarés, Fernando deberá pasar posteriormente el 'Rookie Orientation Program', obligatorio para todos los pilotos que no han participado en las Indycar o lo hacen de forma esporádica. A partir del 15 de mayo dispondrá de cinco entrenamientos no clasificatorios. Y, una semana antes de la gran cita, la calificación.

El ovetense observará esta tarde de primera mano la cercanía del muro, siempre a la derecha, tendrá en cuenta el sentido del giro (a la izquierda), conocerá las fuerzas que deberá soportar y se hará una mapa en su mente sobre cómo afrontar las dos rectas del óvalo (de más de un kilómetro) y sus cuatro curvas (con una inclinación del nueve por ciento).

Expilotos de F-1

No se lo pondrán fácil rivales como los equipos Penske y Ganassi, y expilotos de F-1 como Bourdais, Sato, Rossi, Chilton y Montoya. Ni, incluso, el otro español de la parrilla: Serviá.

Se trata de uno de los grandes eventos del motor mundial, junto al Gran Premio de Mónaco de F-1 y las 24 Horas de Le Mans. De hecho, una de las grandes ambiciones del asturiano es sumar a su larga lista de trofeos la 'Triple Corona'. Es decir, subir a lo más alto de estas tres grandes pruebas del automovilismo.

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