La ley de Murphy se ceba con Alonso

El fin de semana no estaba para Fernando Alonso. Ni en los libres, ni en la clasificación, ni tampoco en la carrera. El Gran Premio de Austria fue para olvidar para el piloto asturiano, que acabó, literalmente, subido de nuevo a un Ferrari. Pero no pilotándolo, sino con su McLaren encima del monoplaza rojo de su excompañero Kimi Räikkönen. La participación de Alonso y del finlandés terminó en la tercera curva del circuito de Osterreichring, por un accidente en el que la mala suerte tuvo toda la culpa de lo ocurrido.

Como relataba después el asturiano, Räikkönen salió desde el principio a carrera con serios problemas para mantener la tracción de su coche. La dificultad para encontrar temperatura en los neumáticos hizo que, ya desde la primera curva, el finlandés saliera patinando en cuarta o quinta marcha. Casi todos le esquivaron, pero en el momento más crítico, en el que perdió totalmente el control de su coche, llegaba Fernando Alonso por la parte exterior de la curva, y nada pudieron hacer para evitar el impacto. Alonso acabó mirando al cielo, con su excompañero salvando la cabeza por escasos centímetros, y afortunadamente sin ningún problema físico para ninguno de los dos.

McLaren se quedaba así sin su único coche con las novedades aerodinámicas que estaban probando, pero lo que es peor: aunque al principio se pensó que no se había visto afectado, cuando volvió a boxes encontraron que el propulsor que habían estrenado el mismo fin de semana se había partido. Inservible totalmente, tendrán que estrenar uno nuevo para la cita de Gran Bretaña, por lo que Alonso volverá a ser castigado con 25 posiciones, además del consecuente drive through y un stop&go de cinco segundos, porque llevará ya varias sextas unidades de algunas partes de la unidad de potencia. Calamitoso.

Por si fuera poco, para McLaren el fin de semana más negro del año se completó con el abandono de Jenson Button, oficialmente por culpa de un fallo en el sensor del sistema de admisión de su coche. En palabras de Eric Boullier, jefe de la escudería: «La famosa ley de Murphy dice que si algo puede ir mal, irá mal. En lo que respecta a McLaren-Honda, se cumplió al cien por cien».

Rosberg le gana la partida a Hamilton

Nico Rosberg tuvo sin embargo una carrera plácida. El alemán superó a un Lewis Hamilton que sigue maldito en el Red Bull Ring, y que tras una pésima arrancada tuvo que ir a remolque durante toda la carrera. Mientras el alemán consumaba su segunda victoria en el trazado austríaco, el británico veía cómo tenía que batallar por mantener una segunda plaza que estuvo en el aire hasta el final, por culpa de un error propio de novato: pisó la línea de salida de boxes y le metieron cinco segundos de castigo, que se añadieron a su posición final.

Esto le obligó a tener vigilado a los que venían detrás, aunque ya se encargaron de bloquearse mutuamente. Sebastian Vettel, que partía como el gran candidato para el bronce en esta carrera, padeció un problema en boxes, cuando la pistola de uno de los neumáticos de su Ferrari no encajó y le hizo perder mucho tiempo y la tercera plaza. Su acoso y derribo sobre Felipe Massa, beneficiado por este incidente, no surtió efecto, y el brasileño volvió al cajón, por primera vez esta temporada.

Aunque no fue una carrera muy movida, además del asedio de Vettel a Massa, hubo dos grandes batallas en pista. Primero la protagonizada por el reciente ganador de las 24 Horas de Le Mans, Nico Hülkenberg, y Valtteri Bottas. Al final fue el de Williams el que se llevó el gato al agua y la quinta plaza, pero el duelo entre dos firmes candidatos a ocupar el hueco de Räikkönen en Ferrari fue de lo mejor de la prueba. La otra gran batalla la protagonizaron los volcánicos Max Verstappen y Pastor Maldonado. Con el venezolano luchando por no estrellarse contra su rival y el joven holandés de Toro Rosso saliéndose de pista, curva sí y curva también, al final llegaron los dos a meta, algo que no estaba en todas las apuestas.

Sainz, KO; Merhi, OK

Además del abandono de Alonso, Carlos Sainz tampoco tuvo un gran domingo. Después de una arrancada en la que llegó a colocarse séptimo, su exceso de ímpetu le hizo pasar el límite de velocidad en boxes, por lo que le sancionaron con cinco segundos de penalización. No llegó a cumplirlos: empezó a padecer problemas de potencia y se vio forzado a abandonar por un fallo en su MGU-K.

El único español que acabó, aunque fuera a dos vueltas del vencedor, fue Roberto Merhi. Casi por eliminación -esta ha sido la carrera con más abandonos de la temporada, seis-, el castellonense finalizó decimocuarto, firmando su mejor participación desde que debutó en la Fórmula 1.