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EDUARDO ALONSO
GIJÓN.
Jueves, 3 de mayo 2018, 00:18
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Si es que la había perdido, Fernando Alonso tiene motivos para recuperar la ilusión. Conocidas las formas y el decorado final del coche con el que el asturiano explorará los límites de los vehículos eléctricos híbridos, solo falta que pise el acelerador de su LMP1 del equipo Toyota Gazoo Racing, este próximo sábado, en su desafío, y estreno, del Campeonato Mundial de Resistencia (WEC).
Será una campaña alejada que cualquier pensamiento de transición, aunque la batalla del asturiano no será un paseo cómodo en el nuevo Toyota TS050 Hybrid LMP1 (la Federación Internacional de Automovilismo ha impuesto una normativa restrictiva para frenar la escalada de potencia y velocidad punta). No obstante, y pese a que la última temporada del equipo no fue todo lo bien que se esperaba, todos se esforzarán en no perder la compostura y ponerle en sus manos un prototipo de resistencia -automóviles que se fabrican expresamente para la competición, al igual que un monoplaza de F-1- competitivo, ganador, porque la nueva joya nipona, que llevará el número '8', ofrece un aspecto desafiante que debe meter miedo a los rivales, sobre todo sin la presencia de los Porche este año, y debe ser un arma competitiva en gran cita del campeonato: las 24 Horas de Le Mans el 19 de junio.
El esperado debut de Fernando Alonso en las 6 horas de Spa este fin de semana ha revolucionado el 'paddock', habitualmente tranquilo, del Mundial de Resistencia. No sólo porque el bicampeón vaya a compaginar su labor en la F-1 con el WEC, sino por los primeros datos y sensaciones que ha transmitido en las pruebas que ha realizado con Toyota. La calificación tendrá lugar mañana y la carrera se disputará el sábado, desde las 13.30 horas y a las 19.30 (retransmitido por el canal DMAX).
Buena parte del futuro de Fernando Alonso, y de sus compañeros Kazuki Nakajima y Sebastién Buemi, penderá, en cualquier caso, del TS050 Hybrid LMP1. Este coche será, digan lo que digan, el prototipo a batir. El asturiano ha comenzado el año volcado en su trabajo con McLaren, pero ha acudido a la sede de Toyota Gazzo Racing para vigilar la evolución del LMP1, intercambiar mejoras con los ingenieros y realizar ensayos en el simulador. Porque los últimos años no ha reducido el gen competitivo de Alonso, ilusionado de nuevo al verse, otra vez, con posibilidades de victoria.
El Toyota será el único coche híbrido del certamen y tendrán que batallar contra los equipos privados de LMP1, que contarán con un 69% más de energía de combustible. En este sentido, los LMP1 no híbridos pesan 45 kilos menos y cuentan con mayor energía por vuelta y mayor flujo de combustible.
El nuevo 'arma' de Alonso tiene tracción delantera y trasera, posee un motor eléctrico que proporciona 500 CV (por los 160 de los F-1), el chasis cubre las cuatro ruedas, la cabina del piloto es cerrada y es más alto y más pesado que un monoplaza de Fórmula-1.
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