Álex Márquez, tercero tras una caída

Lo que en carrera habría sido un absoluto desastre, el clasificación ha sido una gran noticia para Álex Márquez. El líder de la categoría, que busca el Mundial en la última prueba del campeonato, rodó con el tercer mejor tiempo en la clasificación del Gran Premio de la Comunidad Valenciana, pero una caída enturbió sus sensaciones para la carrera del domingo. El '12' se mantuvo en cabeza durante buena parte de la sesión, pero fue superado por Miller, primero, y Antonelli, después, en una primera línea en la que el italiano saldrá con la 'pole' por primera vez en su carrera deportiva.

Fue una sesión bastante limpia pero que deja lecturas contrapuestas. La primera, la obvia: Álex Márquez es el gran favorito para hacerse con el Mundial, y lo es por números y porque muchos de los rivales hace tiempo tiraron la toalla. La no tan evidente, la tensión a la que se enfrenta en 20 horas terribles hasta que se encienda el semáforo verde. La tensión, ver cómo pasa la noche y, sobre todo, observar cómo asimila su caída, absurda y sin consecuencias, pero que de haberse producido un día más tarde le habría despojado de una corona de la que se ha hecho acreedor en la segunda mitad de mundial.

Al acecho está Jack Miller, esperando cualquier contratiempo rival que le permita conseguir el entorchado. «Me tengo que enfocar sólo en hacer bien mi trabajo y ver qué pasa en carrera. Sabemos que no será fácil» dijo el oceánico. Y es que Álex Márquez será campeón siempre que Miller no quede entre los cinco primeros. Si éste queda quinto le valdrá puntuar (puesto 15), si el australiano es cuarto le valdrá con ser decimotercero, décimo para replicar un tercer puesto, sexto si el oceánico asciende a la segunda plaza y tercero en el caso de que el irregular canguro se suba a lo más alto del cajón.

Tras ellos, en la clasificación, la esperanza de Miller es que algunos pilotos se metan en la lucha. Lo bueno para él es que Viñales, Rins, Hanika, Ajo y McPhee rodaron en dos décimas respecto al tiempo de Márquez, algo que alienta una débil esperanza. Su otra opción, ponerse en cabeza y ralentizar la carrera para que suceda lo imprevisible.