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Lorenzo (i) y Rossi (d), durante una carrera.
Tres batallas para decidir una guerra
Análisis

Tres batallas para decidir una guerra

Rossi y Lorenzo dirimen el Mundial 2015 mientras aumenta la tensión entre ellos

Borja González

Lunes, 12 de octubre 2015, 16:33

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Pocos dudan en el 'paddock' del Mundial que Jorge Lorenzo es el piloto más rápido de MotoGP a día de hoy, contando con el paquete moto-piloto. Pero cada vez son más los que dudan de que el mallorquín vaya a poder conseguir su tercer título de la clase reina, que vaya a ser capaz de recortar los 18 puntos que le saca Valentino Rossi, que vaya a ser capaz de batir a su compañero de equipo y a los elementos. Porque el piloto más rápido no tiene porque terminar siendo el mejor. «Sigo pensando que dependo de mí mismo», asegura, sin embargo, Lorenzo. «Yo creo que si gano las tres carreras tengo muchas posibilidades de ser campeón porque será difícil para Valentino terminar siempre segundo en el caso de que yo las ganase. Pero no va a ser fácil», sostiene el español.

Al Mundial le quedan tres pruebas por delante. La primera este mismo fin de semana en el circuito de Phillip Island, en Australia; la siguiente, la semana que viene en el de Sepang, en Malasia; el cierre llegará el domingo 8 de noviembre en Valencia, una prueba para la que ya está casi todo el papel vendido y para la que se han tenido que añadir unas gradas supletorias para cumplir con las expectativas de los aficionados. Muchos sueñan con un cierre en la última prueba, con dos de los mejores pilotos de la historia como protagonistas. «Es casi imposible que él haga siempre primero y que yo llegue siempre detrás de él», analizó Rossi, consciente de que con tres segundos puestos en los tres grandes premios que restan sería matemáticamente campeón del mundo. «Serán tres pistas completamente diferentes, también por las condiciones atmosféricas, y las Honda son muy fuertes. Nunca he hecho cierto tipo de cálculos porque al 99 por ciento no se hacen realidad. Es mejor pensar carrera a carrera», afirma el italiano que podría ganar el campeonato por décima vez.

Condiciones atmosféricas, las Honda. Ya en 2014 Phillip Island vivió una carrera atípica por la climatología. Se espera que las temperaturas no superen en ningún momento los 20 grados en los tres días de competición. Además, de nuevo la carrera de MotoGP será a las cuatro de la tarde hora local, un momento en el que la bajada térmica es muy acusada. En la pasada temperatura ganó el que mejor supo gestionar todo esto, casi el que supo aguantar sobre la moto hasta el final con unos neumáticos a los que les costó mantener el rendimiento enfriados por el gélido frío que llega desde el mar. Y ese fue Rossi. «El azar ha decidido hoy la carrera», dijo el domingo Lorenzo, que empieza a lamentarse de la irrupción de la lluvia los días de carrera, y en este caso, de que esa lluvia fuese menguando a medida que pasaban las vueltas. «Igual que en Silverstone y en Misano no llovió en todo el fin de semana y el domingo llovió, aquí ha dejado de llover», aseguró el español. Un runrún que rodea al mallorquín, el de ese azar, y sobre el que por primera vez reaccionó Rossi, en un sentido crítico. «Me parece irrespetuoso en mis peleas echar la culpa a la suerte», espetó el domingo, en una mezcla de irritación y de echar más leña a la caldera de la guerra psicológica, un arte en el que nadie le supera. «También yo podría encontrar excusas cada vez que llego detrás. Quizás podría decir que he sido más inteligente, pero aceptemos que he tenido más suerte», terminó comentando con una de sus sonrisas socarronas. El italiano es consciente de que en un Mundial tan apretado, con un rival enfrente tan fuerte, todo va a contar.

Lorenzo ya confiesa su mosqueo por el hecho de que su compañero aproveche los datos de su telemetría para mejorar la moto, algo aceptado dentro de Yamaha desde hace muchos años. Lo que es seguro es que Rossi, después de la carrera de Motegi, sabe que ya no necesita ganar en los tres grandes premios que quedan por delante, otro factor que tratará de utilizar para presionar a su rival. «Seguramente es una ventaja, porque hay días en que es muy difícil ganar. Pero las próximas dos pistas, Phillip Island y Sepang, están entre las mías favoritas y sería bonito terminar delante. En Valencia, sin embargo, podría pasar de todo, en el pasado era uno de los peores circuitos para mí aunque el año pasado salí desde la pole y llegué segundo», avisa el italiano. Los dos Rossi y Lorenzo se miran y se miden. Queda mucho en juego y muy poco terreno por delante. Mientras, los aficionados se relamen ante uno de los mejores finales de la historia del Mundial de Motociclismo.

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