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MANUEL SÁNCHEZ
Miércoles, 25 de enero 2017, 00:10
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Garbiñe Muguruza no estará en las semifinales del Abierto de Australia. Tras llegar por primera vez a cuartos en Melbourne, el sueño de pisar la penúltima ronda como ya ha hecho en París y Londres se desvaneció. Y no fue por su culpa, sino por tener enfrente a una rival como Coco Vandeweghe, que no dio ninguna opción a la hispano-venezolana.
Como tocada por una varita, la estadounidense mostró un ejercicio de precisión digno de su tío, el exjugador de la NBA 'Kiki' Vandeweghe. Una agresividad a la que Muguruza no está acostumbrada a tener que hacer frente, ya que es ella la que la administra. Sin embargo, Coco Vandeweghe tiene algo que se echa de menos en el circuito femenino y es un dominio del saque y la volea que la convierten en una extraña en un mundo donde el juego de fondo domina.
La estadounidense propuso un juego rápido sin apenas intercambios y cerró el primer set por 6-4. En la cara de Muguruza se reflejó la impotencia de quien juega contra alguien al que le entra todo. Y el segundo set fue un paseo para Vandeweghe, ya que Muguruza perdió el hilo del partido entre tanto 'palo' a las líneas de su contrincante. Cerró el partido la estadounidense por 6-4 y 6-0 y accede a sus primeras semifinales de 'Grand Slam'.
Por su parte, Roger Federer también estará en semifinales al derrotar a Mischa Zverev en tres sets (6-1, 7-5 y 6-2) y se enfrentará al suizo Stan Wawrinka, que derrotó al francés Tsonga por (7-6 (2), 6-4 y 6-3.
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