Pablo Carreño no duda en Roma

Bajo las gradas de una de las pistas que acogen el Masters 1.000 de Roma, un tenista se mostró ayer incontenible, decisivo. Ha dejado atrás los problemas en la espalda -«supongo que por acumulacón de partidos, pero no era muy grave»- y el mal de altura, por una falta de tiempo de adaptación, que le dejaron en inferioridad, 'cojo', en la reciente cita de Madrid. Porque Pablo Carreño protagonizó un partido que retrató, en esta ocasión, en su debut en la cita italiana, solo sus certezas.

El tenista forjado en las instalaciones del Grupo Covadonga escribió ayer con su raqueta el guión del partido ante el francés Gilles Simon -«con él no hay margen de error. Es muy sólido y defiende genial»-. Pero le bailó. Liberado de cualquier tipo de ansiedad, la realidad reflejó una evidencia: la superioridad del gijonés recogida en el marcador (6-3 y 6-3) en 1 hora y 16 minutos.

La victoria del jugador, número 21 del ránking ATP, fue labrada desde la estabilidad y la decisión. Sostuvo un el servicio, salvo en un juego, sin dudas. Y, además, con un notable papel en la devolución. Se mantuvo firme y respondió con soltura al juego de su oponente -«he jugado bien»-, al que se había enfrentado tres veces en su carrera: una victoria en cuartos de final de Estoril 2016 y dos derrotas en Madrid y Shanghai también el año pasado.

El gijonés tuvo que aguardar por su rival para la segunda ronda, que salió del partido entre el también español Roberto Bautista y el ucranio Aleksandr Dolgopolov. En principio, su contrario tenía que haber sido el australiano Nick Kyrgios, pero este anunció su retirada por un problema en la cadera, por lo que permitió la repesca de Dolgopolov. En cualquier caso, el rival del gijonés será el castellonense Roberto Bautista. En caso de superar la ronda, al otro lado espera Djokovic.