«Para tener innovación, hay que comprarles a las empresas jóvenes y pagar puntualmente»

El fundador del centro de emprendedores del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), Ken Morse, cree que «un buen emprendedor debe destacar por su integridad». También está convencido de que ha de ser «adicto» al trabajo. Tiene, incluso, una prueba de fuego: si en su tarjeta de visita no incluye su teléfono móvil, «no es un emprendedor, es solo un burócrata». Porque, su única forma de sobrevivir a la globalización será «trabajar 24 horas al día». Estas son algunas de las claves que Morse dio ayer a los asistentes al acto organizado por el Centro Europeo de Empresas e Innovación del Principado, que repartió sus premios y celebró su 20 aniversario en el Hotel de la Reconquista.

Dio una receta sencilla para crear un sistema innovador en Asturias: «Hay que comprarles a las empresas jóvenes y hay que pagarles puntualmente». Una de las urgencias, completó, es «invertir en gente, en ambición». Falta hace, porque a su parecer «lo único que los españoles odian más que el fracaso es el éxito». Hasta ahora, «las madres y abuelas querían que sus hijos y nietos fuesen funcionarios». Pero España está cambiando y «hay que ponerse las pilas». Si lo que quiere el país, en general, y Asturias, en particular, es cambiar y crear empleo de calidad y con valor añadido «nunca tendremos suficientes emprendedores».

Morse incidió en la necesidad de reconocer la ambición pero, matizó, «un buen emprendedor aprecia las victorias de los otros. El trabajo en equipo es esencial. Los lobos solitarios crean empresas que siempre serán pequeñas». En este sentido, lanzó un mensaje para los ingenieros allí presentes: «Los comerciales, los de ventas, no son una forma de vida inferior». Son una parte esencial del éxito de una empresa.

Reparó en que las grandes empresas del Ibex-35 «no están creciendo en España (sí lo hacen fuera) y la Administración tampoco parece que vaya a crecer en los próximos años», por lo que vaticinó que «2015 será un año fabuloso para los emprendedores en España. ¿De dónde va a venir el crecimiento? De las nuevas empresas». Una filosofía optimista, sin miedo al fracaso -«necesario» en el proceso emprendedor- e íntimamente ligada al concepto de innovación. Porque «las vacas sagradas pueden acabar siendo hamburguesas».