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Los empresarios ven factible que el Principado crezca por encima del 2% en 2015

Aseguran que ningún factor intrínseco impide que la región pueda acercarse al crecimiento previsto para España

DIANA DE MIGUEL

Domingo, 21 de diciembre 2014, 01:22

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En esta larga crisis, Asturias ha llegado a perder anualmente una media del 1,8% de su PIB (el valor de la producción interna bruta), casi una de cada diez empresas activas y en torno a 100.000 empleos. Son datos demoledores que han dejado daños severos en el tejido socioeconómico de la región. Llevará tiempo y esfuerzo recuperarse, pero el cambio de ciclo ya ha comenzado. Los pronósticos que los empresarios y algunos servicios de estudios están haciendo sobre la economía asturiana empiezan a dar un respiro alentados por los nuevos vientos favorables que han empezado a soplar en el conjunto de España.

LO QUE DICEN LOS SERVICIOS DE ESTUDIOS

  • BBVA Research

  • disminuyen en tres décimas la creación de empleo para 2015, que se queda en una tasa anual del 1,8%. Este año (diciembre sobre diciembre) se crearán alrededor de 331.000 empleos en términos EPA (no distingue entre trabajo a tiempo completo o parcial) y en el próximo ejercicio será algo superior. Sumando 2014 y 2015, el empleo crecerá alrededor del 3% (1% este año y 1,8% en 2015).

  • Hispalink

  • calcula que Asturias cerrará el año con un nivel de 105.345 parados, lo que supone una reducción del 10,4% si lo comparamos con el ejercicio precedente. Si en lugar de la EPA se consideran los datos de paro que ofrece el Ministerio de Empleo, se pasará a registrar una media de 98.548 parados, un 5,2% menos.

  • Regiolab

  • la economía asturiana creció ya el pasado verano a ritmos análogos a los del conjunto del país, gracias sobre todo al comportamiento favorable de la industria y los servicios.

  • Funcas

  • espera que la economía repunte el 2,4% en 2015. Pese al buen dato, la tasa de paro se situará de media en el 22,5% anual en 2015.

Pese a que el escenario internacional sigue plagado de incertidumbres, unos y otros coinciden en que la incipiente recuperación económica ha llegado para quedarse, que es lenta sí, pero más o menos segura, y ven «perfectamente razonable» que el PIB regional avance por encima del 2% en 2015, en línea con lo proyectado para el conjunto nacional. Un reto que, a juicio del presidente de la Federación Asturiana de Empresarios (Fade), Pedro Luis Fernández, dependerá, en exclusiva, de los asturianos porque, asegura, «no hay nada intrínseco que le quite a Asturias la oportunidad de acercarse en 2015 al crecimiento previsto para España». «Si empezamos el nuevo año en un tono gris y pesimista es evidente que no lo conseguiremos, pero si nos lo creemos vamos a acercarnos a ese crecimiento español», apostilla.

No es el único que lo piensa. Las últimas estimaciones del observatorio económico Regiolab, formado por investigadores de la Facultad de Economía y Empresa de la Universidad de Oviedo ya anticipan que la economía asturiana ha empezado a recuperarse al ritmo de la española gracias al comportamiento favorable de la industria y los servicios. Este organismo realiza de manera periódica una estimación oficiosa del PIB regional combinando los datos del PIB nacional con indicadores de coyuntura de ámbito autonómico como los aportados por la Encuesta de Población Activa (EPA) y los índices que miden la actividad de la industria o del sector servicios. En base a este método, la región empezó a cosechar después del verano resultados que convergen con los del conjunto del país, tanto si el crecimiento se observa en tasa trimestral como en tasa interanual.

Hay que tener en cuenta que desde que se inició la crisis -año 2008- hasta el 2013, el Principado había registrado el mayor retroceso de España (1,8% de media anual). Si a esto le añadimos que ese año fuimos los peores del pelotón autonómico con un retroceso del 2,1% -revisado esta misma semana a la baja para adecuar el dato a la nueva base metodológica que se ha hecho en la UE-, una pérdida que se acercó al doble de la registrada por la economía española en un año en el que se hundió el producto industrial, la construcción y hasta el gasto sanitario (-17%), la previsión que hacen desde la mayor organización empresarial de Asturias es, cuando menos, esperanzadora.

De ese creciente optimismo ya daba cuenta la última encuesta de confianza empresarial difundida por el Instituto Nacional de Estadística que en octubre atribuyó a Asturias un aumento del 2%, porcentaje solo superado por Canarias, Extremadura y Cantabria.

El presidente de Fade coincide con los analistas de servicios de estudios como el del BBVA Research, Funcas o Hispalink en que pese al indudable impacto que tendrá sobre la economía la ralentización del crecimiento en Europa, hay parámetros que no solo compensarán en buena medida ese impacto sino que impulsarán el crecimiento.

Existe un consenso, más o menos generalizado, en que la mejoría de la actividad estará propulsada por la demanda interna -repuntarán tanto el consumo privado como el público y la inversión-, gracias al impacto positivo que sobre el PIB español y asturiano tendrá la conjunción de tres factores: los bajos tipos de interés, el abaratamiento del petróleo y la rebaja de impuestos, que entrarán en vigor en enero. El crudo ya ha caído más de un 50% desde los máximos de 2008.

La visión de los analistas que se refleja en los informes, como en el último de la agencia de rating Fitch, hace que la ecuación de la recuperación parezca sencilla. Si se mantienen los bajos precios del crudo y de tasas de interés, en el presente clima de bajísima inflación, se liberará renta disponible tanto para el ciudadano como para el Estado. Un ahorro que podrá destinarse tanto al consumo como a la inversión y que, en cualquier caso, impulsará la contribución positiva de la demanda interna al alza del PIB. «Un petróleo favorable y un euro más débil también ayudará a las exportaciones», razona el presidente de Fade. El abaratamiento del petróleo también acarrea un recorte en la factura energética de España lo que ayudará a compensar el mayor coste que se produce por el aumento de las importaciones, un fenómeno que se produce, recuerdan los expertos, siempre que la actividad económica repunta.

Los últimos datos del sector exterior asturiano que ha ofrecido la delegación regional del ICEX esta misma semana relativos al mes de octubre ya anticipan esa tendencia con un notable repunte de las exportaciones respecto al mes anterior que se traduce en un incremento interanual del 7,3%.

Industria y servicios

Los diferentes estudios económicos indican que de cara a 2015 se mantendrán las pautas de crecimiento sectorial del presente ejercicio, basadas en la industria y los servicios, que también han permitido una cierta dinamización del empleo que, no obstante, tardará todavía años en notarse, según reconocen los propios empresarios que consideran que la recuperación no se está produciendo con la intensidad suficiente como para producir el fuerte impacto que necesitaría el mercado laboral.

Tras un largo periodo de retrocesos, en 2015 también las tasas de actividad del sector de la construcción podrían recuperar el signo positivo, según Hispalink, que augura para este sector un crecimiento superior al 1,5%. Y el metal, uno de los sectores que mejor ha soportado las embestidas de la crisis, deberá afrontar nuevos retos para mantener su preeminencia en la estructura económica. Retos que, en buena medida, según plantea el presidente de Femetal, Guillermo Ulacia, pasan por dotar a las pymes de más intensidad tecnológica, potenciar el capital humano existente aportándole cualificación y darles más facultades para internacionalizarse.

Un efecto no menor sobre el crecimiento Español y asturiano tendrán las medidas anunciadas por el Banco Central Europeo (BCE), y cuya repercusión se espera para la primera mitad del año. Medidas, explican los economistas, que «aportarán mayor liquidez a toda Europa y que permitirán aupar la recuperación del crédito». La banca se conformará con 130.000 millones en la segunda barra libre.

Los próximos meses, aseguran los empresarios, serán decisivos para comprobar si la mejoría se extiende o consolida o, por el contrario, se materializan los riesgos a la baja que amenazan la recuperación. Particularmente, «los procedentes del estancamiento europeo, del insostenible nivel de desempleo, la escasez de financiación, las dificultades para el cumplimiento del compromiso de déficit, las reformas estructurales pendientes, la inestabilidad política, la dependencia de las políticas de estímulo o las tensiones en los países emergentes».

Empleo:

Menos paro:

Convergencia:

Crecimiento:

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