Borrar
Jon Azua, ayer en Gijón.
«Asturias no podrá mantener de forma indefinida el mismo tipo de producción de acero»

«Asturias no podrá mantener de forma indefinida el mismo tipo de producción de acero»

«La competitividad no se consigue en dos años, se tardan décadas, y es una tarea inacabada. Nunca tiene un punto final»

NOELIA A. ERAUSQUIN

Sábado, 30 de abril 2016, 04:28

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Jon Azua (Bilbao, 1953) es un firme defensor de la 'coopetencia', una mezcla de cooperación y competencia que, para este ingeniero industrial y exvicelehendakari del Gobierno vasco por el PNV, es clave para que comunidades como Asturias sean competitivas. Alejado ya de la política, fundó en 2003 EnovatingLab, una plataforma innovadora dedicada a generar ideas para la mejora empresarial y territorial. Ayer ofreció una conferencia y participó en una mesa redonda en una jornada sobre clústeres organizadas por Femetal con motivo de su asamblea general.

-¿Qué importancia tienen los clústeres?

-Son muy útiles, pero muchas veces no han sido entendidos. Tienen que ver con algo que todos decimos que tenemos que hacer, pero que luego es tremendamente difícil: colaborar. Cómo pueden colaborar y competir a la vez las empresas, las regiones y los países para poder conseguir hacer las cosas mejor que los demás.

-¿Aún hay demasiadas reticencias para asociarse con competidores?

-Siempre. La fuerza de la colaboración está en la 'coopetencia'. Eso no es fácil porque te obliga a vivir una cierta esquizofrenia en la que todos pensamos que nuestras ideas y estrategias son únicas y no queremos compartir nada hasta generar la confianza necesaria. Pero hay una gran cantidad de cosas que no son verdaderamente diferenciales y si las compartimos nos beneficia a todos.

-¿Lo importante es asociarse? ¿Da igual cómo se haga?

-Uno de los errores es confundir clúster con un instrumento para 'clusterizar'. La gente cree que un clúster es crear una asociación y ya estamos, pero es mucho más. Se trata integrar la actividad económica y el territorio. Pero además 'clusterizar' significa que trabajes de forma 'coopetitiva' con centros tecnológicos, entes facilitadores y todos los niveles institucionales, desde el municipal al europeo. Conseguir todo esto es muy complicado, no vale con una orden, hay que desarrollarlo a lo largo del tiempo. La competitividad no se consigue en dos años, se tarda décadas, y es una tarea inacabada. Nunca tiene un punto final.

-El modelo de innovación del País Vasco siempre se pone de ejemplo...

-Se decidió ir a la contra de muchos de los planteamientos al uso, pero no es suficiente tener una estrategia para 20 o 50 años, hay que llevarla a la práctica. Para ello se necesita un liderazgo fuerte e indefinido, tener instituciones creíbles. Hace 30 años había la sensación de haber perdido el rumbo y hubo que llevar a la psicología colectiva que se podían hacer cosas. El proceso no fue una orden del Gobierno, sino que todo el conjunto de la sociedad apostó por la 'clusterización' en la que no creía casi nadie. Esto no permite el cambio automático, pero sí fue un proceso de mejora permanente. Las cosas no vienen solas.

-En la actualidad vemos los problemas por los que atraviesa la industria del acero. ¿Hay forma de luchar contra las deslocalizaciones?

-Deslocalizaciones las va a haber siempre. El mundo del acero tiene futuro, pero no se pueden seguir haciendo las cosas igual. En el País Vasco vivimos el cierre de Altos Hornos de Vizcaya. Se favoreció la siderurgia en Asturias y allí se creó una acería compacta que permitió producir las mismas toneladas, pero en vez de con 4.500 personas, con 400. El conocimiento que hay detrás del acero no es solo para fabricar chapa, sino para incorporarlo a otras industrias. Seguramente Asturias no podrá mantener de forma indefinida el mismo tipo de producción y tecnología para los mismos sectores de mercado, pero sí puede generar otro tipo de actividades con su amplio conocimiento.

-¿Cómo afecta a la empresa la falta de Gobierno?

-No afecta tanto el proceso de formación de Gobierno, como no conocer qué apuestas se van a hacer. Es decepcionante que se presenten los mismos líderes con los mismos mensajes políticos como si no hubiera pasado nada desde el 20 de diciembre. Me gustaría escuchar hablar de nuevas políticas, escuchar al PSOE y a Ciudadanos si van a desarrollar esos 30 elementos de su acuerdo, pero no, porque no se los creen. Esos son malos mensajes. El Gobierno en funciones, ajeno a todo control, está tomando decisiones que heredará otro en septiembre, como la renegociación del presupuesto a la baja o la tarifa eléctrica. Eso nos afecta. Pero pese a la desafección política, hay que poner en valor a los gobiernos. Son extraordinariamente importantes, pero necesitamos tener al frente a los mejores, tener gobiernos que lideren, que piensen en el largo plazo y que asuman compromisos.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios