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Justo Rodríguez Braga, ayer, en la sede de UGT en Oviedo.
«Que el SOMA mantenga o no las siglas no debe ser el impedimento principal»

«Que el SOMA mantenga o no las siglas no debe ser el impedimento principal»

«Con mi salida y la de otros, como Donaire, se va la generación de los 70 y vendrán compañeros con más facilidad para conectar con los nuevos trabajadores»

AIDA COLLADO

Jueves, 5 de mayo 2016, 04:49

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«Lo que soy se lo debo a UGT». Justo Rodríguez Braga abandona este viernes la secretaría general de la organización en Asturias, tras 16 años de liderazgo y 40 de trabajo sindical. Se va «satisfecho», convencido de que ha ayudado a defender los derechos de los trabajadores, y agradecido, «de todo lo que se me ha dado». Pero, sobre todo, tranquilo, por el «nivel de formación y de compromiso» de los que vienen detrás.

La primera pregunta resulta algo manida, pero hoy se impone. ¿Qué balance hace de estos 16 años?

Hemos hecho un sindicato más participativo. Hemos afrontado el desarrollo de planes de formación para el empleo, la negociación colectiva y la concertación social. En la última fase, hemos actuado de forma contundente para frenar las políticas de ajuste del PP. Tras una primera parte de desarrollo económico, llegó otra de recuperación de derechos. Esta última ha sido dura, complicada y de mucha movilización. Hemos planteado dos huelgas generales y, ahora, hay que seguir defendiendo el Estado del bienestar. Es necesario un cambio de gobierno.

¿Dará la talla el nuevo secretario general?

Las dos personas que están dispuestas a presentarse dan el perfil para hacerse cargo de la dirección de UGT en Asturias. Iñaki Malda tiene una larga trayectoria en una gran empresa, la mayor sección sindical de UGT, y ha firmado dos acuerdos marco. Además, es secretario general de la segunda mayor comarca de Asturias (Avilés). Javier Fernández Lanero fue secretario de organización desde muy joven, con 20 años, y también suma una gran trayectoria de trabajo y responsabilidad sindical. Ambos tienen un recorrido que les hace valiosos y el conocimiento suficiente para dirigir el sindicato.

El elegido tendrá que afrontar la reestructuración del sindicato. ¿Cómo se trasladará el proceso de fusiones a Asturias?

En el 42º congreso federal se acordó pasar a tres federaciones. Ese proceso ha de culminarse en mayo. Primero, hay que ponerlo en marcha en España, en las federaciones estatales. Luego, esos acuerdos irán de arriba a abajo.

Pero aquí hay organizaciones, como el SOMA, con identidad propia.

Yo espero que, al margen de las tensiones normales, ambas -MCA y SOMA-Fitag- se sientan a gusto y haya una integración total. Con la reducción de estructura, se pretende alcanzar una mayor cercanía a los problemas de los trabajadores. No debe ser el problema principal que el SOMA mantenga o no las siglas, no debe ser el impedimento para que esto se haga de forma consensuada.

Deja el sindicato en un momento complicado, con la Fiscalía investigando un posible fraude en las subvenciones para formación.

Tenía previsto dejarlo hace tres años, pero creí que, ante la situación de dificultades externas (con el cierre masivo de empresas) e internas (con la caída paulatina de la afiliación), no era lo adecuado. Durante estos años, hemos asumido muchas de las labores de un sindicato de clase, como, por ejemplo, la formación. Ahora, tras la crisis, se está retirando esa formación y la estructura con la que habíamos crecido tiene que decrecer. Hay que adaptar nuestra estructura orgánica a las nuevas circunstancias y vamos a depender mucho más de la cuota. En lo que se refiere a las demandas, han sido producto de ese ERE que hemos tenido que plantear. Las presentaron unos extrabajadores descontentos, a ver hasta dónde llegan. Nosotros hemos sido transparentes en la gestión de la formación y de los programas y esperamos demostrar que no hay nada irregular. Queremos que se resuelva pronto y evitar el circo mediático, que se trate de forma seria y se deje trabajar a la Justicia.

¿Está seguro de que no hubo irregularidades?

Estamos tranquilos y convencidos de que hacemos las cosas bien. Somos la única organización a la que se está abriendo en canal, debido a estas denuncias. Resistimos cualquier comparación, en todos los programas, con cualquier organización que los haya hecho. Además, todo ha sido evaluado y revisado por los órganos competentes.

Llegó al frente de UGT antes que el euro. Hoy, Asturias y España son muy distintas.

Uno se tiene que adaptar. La UGT no es un problema, es parte de la solución a los problemas que generan otros. Somos la organización con el mayor número de afiliados de Asturias. Ahora ya no hay empresas de 30.000 trabajadores, hay otro tipo de empresas y de trabajo, hace falta adaptarse y dar solución a los problemas actuales. De ahí, el cambio de modelo, de personas y la reducción de estructura, para dar más participación a las federaciones. Queremos que los secretarios generales de las federaciones estén en el órgano dirección UGT Asturias, reforzar diálogo institucional, la participación, la negociación colectiva... Y para eso también hace falta cambiar a las personas. Hay una nueva generación de trabajadores, de empresarios, de políticos y de sindicalistas. Con mi salida y la de otros, como Eduardo Donaire en MCA, se acaba la generación de los 70 y damos paso a otros compañeros que tendrán más facilidad para conectar con los nuevos trabajadores.

Aún no hemos salido del pozo y ya se habla de una ralentización de la economía. ¿Da la crisis por zanjada?

No creo que sea cierto que esté mejorando la economía real. Hay un pequeño repunte que hace ocho meses podía tener visos de cambiar el panorama económico, pero ahora de nuevo hay un parón que está afectando al empleo. Mientras no bajen el alto nivel de paro, la precariedad y los niveles de pobreza no habrá una mejora real de la economía. En cualquier caso, lo poco que está mejorando no se está trasluciendo en empleo estable y de calidad. España y Asturias no pueden competir con un modelo socio laboral asiático, sino mejorando la competitividad de sus empresas, con investigación y desarrollo, pareciéndonos más a Alemania que a China.

¿Cree que este nuevo parón se debe a la incapacidad para formar gobierno?

Si realmente hubiese un repute de la economía, esto no sería determinante; pero sin duda está influyendo.

¿Cuál es su previsión para junio?

Las encuestas están dando unos resultados parecidos a los de diciembre. Mi deseo es que los asalariados no dejemos de participar. El Gobierno en funciones está agotado, hay que cambiarlo, no ha acertado con los elementos que había que poner para el desarrollo del país. Pediría a la nueva izquierda que manifieste ya sus propuestas reales y diga con quién está dispuesta a comprometerse. Basta de planteamientos vacíos y huecos que solo sirven para llenar minutos de televisión.

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