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El ministro de Economía en funciones, Luis de Guindos.
Las previsiones económicas moderan  el optimismo y previenen sobre 2017

Las previsiones económicas moderan el optimismo y previenen sobre 2017

La incertidumbre política y la atonía europea por el 'Brexit' ya empiezan a pasar alguna factura al consumo, la industria e incluso los servicios

JOSÉ A. BRAVO

Lunes, 3 de octubre 2016, 07:01

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Todavía no se han encendido las señales de alarma pero la situación económica ya ha dejado de ser tan acomodaticia como empezó el año, e incluso llegó a su ecuador. Todos los informes sobre previsiones que se han ido publicando en las últimas semanas apuntan en la misma dirección: España crecerá en 2016 de forma relativamente vigorosa.

Así lo acaba de constatar el Banco de España, al elevar medio punto su estimación del alza del Producto Interior Bruto (PIB) para este ejercicio hasta dejarla en el 3,2%, pero la gasolina se va a ir reduciendo poco a poco hasta el punto de que en 2017 el motor del país irá a ritmo de un tren regional más que el de un avión.

Un análisis más sosegado de los indicadores que manejan tanto el Ministerio de Economía como el de Industria revelan ya que la nave del país esta perdiendo velocidad. Y para muestra, un botón: el llamado indicador sintético de actividad (uno de los mejores termómetros para medir el vigor real de la economía) no ha parado de bajar desde finales del año pasado, y eso una vez descontados posibles efectos distorsionadores como las variaciones estacionales, el calendario y otros elementos atípicos.

De este modo, mientras en el último trimestre del año pasado su tasa alcanzaba el 3,2% -la más alta desde el inicio de la crisis económica siete años atrás-, finalizado el primer trimestre de 2016 se había moderado al 2,9% para quedar en el 2,6% en el segundo. Y del tercero se espera que no haya cambios en esta tendencia.

Otra variable que muestra cómo la potencia del motor económico del país no es ni mucho menos la misma, aunque en velocidad (entendida como tasa anual de crecimiento del PIB) sí parece mantenerla por la inercia positiva que ya venía del año pasado, es el indicador de sentimiento económico que elabora la Comisión Europea junto a la percepción que tienen los empresarios y los consumidores.

En una escala donde el promedio se sitúa en 100 puntos, el año pasado lo terminó con 109,6 para luego ir bajando paso a paso (107,3 el primer trimestre y 106,1 el segundo) hasta quedar a las puertas de este otoño en los 105,2 puntos, e incluso haber bajado hasta poco más de 104 en agosto. Es su nivel más bajo desde octubre de 2014.

No son las únicas pistas de que algo está pasando en la economía nacional, por más que el propio Banco de España haya confirmado que en 2016 España encadenará su tercer ejercicio consecutivo con mejoras en el crecimiento, y de que prevea que se sumen otros dos más a la lista a medio plazo -estima que el PIB subirá un 2,3% en 2017 y otro 2,1% en 2018-.

La marcha del indicador sintético de la industria también apunta a que la moderación es un hecho cierto, con la incertidumbre política -España lleva con un Gobierno en funciones desde diciembre pasado- y la atonía económica en Europa -el 'Brexit' dejará notar sus peores efectos el año próximo- como principales factores de riesgo. Así, de la tasa del 3,4% con la que cerró 2015 se pasó a solo un 2% a la finalización del primer trimestre de 2016, un retroceso de casi un punto y medio en solo 90 días. Ya en el segundo trimestre descendió al 1,5% y para el tercero se estima que no habrá pasado del 1,2%, es decir, que en apenas tres cuartos de año su ritmo ha caído a la mitad.

Y dado que la actividad de la industria va en descenso, si bien todavía en positivo, también la confianza sobre la marcha del sector ha empeorado claramente. Así, si el año pasado crecía tres décimas, algo mínimo pero al menos subida, en febrero entró en negativo y desde entonces no ha hecho más que caer (un 5,2% en agosto y un 3% en septiembre), hasta haber terminado el tercer trimestre con un retroceso del 3,8% según las primeras estimaciones.

El resto de sectores acusan igualmente la tendencia a la baja, unos más, otros menos. El indicador sintético de servicios, por ejemplo, ha pasado de una tasa del 4% terminando 2015 a otra del 3,6% empezando este otoño. En el caso del mismo tipo de indicador, solo que referido a la construcción, en el mismo período ha bajado del 6,9% al 2,5%; eso sí, igual que en los servicios aún en positivo. Y es que las cifras récord de las llegadas de turistas -aunque el gasto medio por persona ha bajado- y la recuperación de las ventas de vivienda están sirviendo como gran amortiguador.

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