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Javier Fernández Lanero, ayer, respaldado por su ejecutiva y los secretarios de las federaciones de UGT.
«No pongo la mano en el fuego por nadie, pero sí por este sindicato»

«No pongo la mano en el fuego por nadie, pero sí por este sindicato»

Fernández Lanero afirma que «todos los cursos están realizados, impartidos y justificados según los pliegos de sus convocatorias, y admitidos por los técnicos del Principado»

O. V.

Miércoles, 18 de enero 2017, 03:13

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Era la una y media de la tarde y el registro de la UCO proseguía en la sede regional de la UGT sin que se previera una hora de finalización. El secretario general que dio el relevo a Justo Rodríguez Braga, Javier Fernández Lanero, llevaba toda la mañana recibiendo a sus compañeros de las distintas federaciones y a los secretarios comarcales del sindicato. Y a esa hora, todos ellos comparecieron juntos, tratando de dar una imagen de unidad y de respaldo a la actual dirección de la central.

Lanero, tratando de hacer ver que la situación le indignaba, aseguró que el registro por parte de la UCO, máxime con agentes y vehículos en las entradas de la céntrica sede regional del sindicato, «no era necesario y nos hace un daño irreparable. Todos los cursos están realizados, impartidos y justificados según los pliegos de sus convocatorias, y admitidos por los técnicos del Principado», afirmó, si bien eludió la pregunta de si cree que ese hecho, la aprobación por parte de los técnicos de la Administración regional, podría poner en tela de juicio también a ésta, desde la perspectiva de los agentes de la UCO.

Lanero indicó que «el daño está hecho y es irreparable», y que «de nada nos servirá que denttro de dos años alguien diga que no hay causa», motivo por el cual pidió celeridad en la investigación. Tanto en un comunicado que emitió el sindicato como en la propia rueda de prensa, Lanero calificó la actuación de la Guardia Civil de «desproporcionada» y afirmó que «lo que se pretende es crear un espectáculo mediático que tira por los suelos todo el esfuerzo y todo el trabajo que hacen nuestros trabajadores y nuestros cuadros sindicales».

Es más, el líder de la UGT mostró la disposición del sindicato a «aportar cualquier documentación que nos pidan. La habríamos llevado nosotros al juzgado. Esto no hacía falta», dijo, sin querer confirmar ninguna de las detenciones que la Guardia Civil había practicado.

«Que acabe pronto este martirio», dijo Lanero, con todo su equipo, cariacontecido, respaldándole. Se le preguntó si pondría la mano en el fuego por la actuación de Justo Rodríguez Braga y la anterior ejecutiva regional, y apuntó que «no pongo la mano en el fuego por nadie, pero sí por toda la gente de este sindicato que intenta hacer las cosas bien cada día, que son la gran mayoría, y que hoy no han podido».

Mientras hablaba, la gestualidad de los miembros de la ejecutiva y los secretarios de federaciones lo decían todo, y pronto prorrumpieron en un «¡viva la UGT!» varias veces coreado. Varios, incluso, ya después de la rueda de prensa, señalaron la «casualidad» de que el registro coincidiese con la segunda jornada de declaraciones de Luis Bárcenas ante el juez.

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