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Justo Rodríguez Braga, en el último congreso de UGT, que dio el relevo a la nueva ejecutiva.
El sindicalista amable

El sindicalista amable

Ex secretario general de UGT de Asturias

SUSANA BAQUEDANO

Miércoles, 18 de enero 2017, 03:13

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«Podéis estar tranquilos. Lo tenemos todo justificado. Nadie se ha llevado un euro, hemos utilizado el dinero en lo que nos comprometimos». Justo Rodríguez Braga se refería al proceso judicial abierto en Asturias y se expresaba así, en mayo del año pasado, en su último acto público, en su despedida como secretario general tras 16 años al frente del sindicato. Se celebraba entonces el congreso de la organización que daría el relevo a la nueva ejecutiva, y el hasta entonces máximo dirigente ugetista en la región trataba de calmar los ánimos de los 300 delegados allí presentes. Era inevitable no referirse al caso de un posible fraude de subvenciones con las ayudas recibidas para formación. Ni podía ni quiso orillar temas comprometidos, como la corrupción. «La organización ha trabajado con honestidad y compromiso», aseveró antes de censurar que se intentaran extender «hechos puntuales, como una manta, sobre todo el sindicato».

Ayer, a sus 67 años y después de ocho meses ya ajeno a la dirección de la actual UGT, era detenido por la Guardia Civil en su domicilio de Gijón, donde reside desde 1974. El arresto del sindicalista tranquilo y de sonrisa amable causó un tremendo impacto entre quienes han seguido de cerca su larga trayectoria dedicada al sindicalismo de clase.

Buen conversador y de naturaleza optimista, Rodríguez Braga ha defendido siempre el «entendimiento civilizado» entre empresarios y trabajadores frente a los conflictos de barricadas, lo que le granjeó la etiqueta de «amigo de los empresarios» por parte de algunas organizaciones más radicalizadas. Pero el ex dirigente de UGT, nacido en La Felguera, no dudaba en salir el primero a la calle cuando hacía falta. Su ideología y «compromiso con la izquierda» le vienen desde 1976, cuando, además de militante del sindicato, se afilió al PSOE.

Trayectoria laboral

Cuando se le preguntataba por su vocación sindical responsabilizaba de ella a «un familiar de UGT», a su afición por la lectura y a sus vivencias personales, las adquiridas en los primeros años de trabajo. En el año 66, a los 16 años, siendo aún preadolescente, entró en la Compañía Asturiana de Tubos, S. A., Cadet (Aceralia Transformados) como aprendiz y allí manejó grúas, cobró su primera nómina, de 850 pesetas, y vivió su primer conflicto laboral. Más tarde, en 1973, se incorporaría a la entonces Uninsa y luego Aceralia (hoy ArcelorMittal), donde desempeñó su trabajo como oficial y más tarde como maestro de Mantenimiento Mecánico.

A partir de ahí, iría también escalando posiciones en el sindicato. Se ocupó de la sección sindical de UGT en Ensidesa-Gijón y en 1989 fue nombrado secretario de Organización en UGT en Gijón. Ya, en el año 2000 fue elegido secretario general de la UGT de Asturias y reelegido para el mismo cargo en sucesivos congresos. En el último, en el de 2013, se alzó con el apoyo del 73,26% de los delegados. Encabezaba la única lista que se presentaba a la elección. En esa comisión ejecutiva estuvo acompañado, entre otros, por Abel Suárez, al frente de la secretaría de Organización; Carmen Caballero (Administración y Comunicación), Mar Celemín Santos (Acción Sindical), y Daniel Rodríguez (Formación y Relaciones Institucionales). En 2016 optó por no presentarse a la reelección y dio el relevo a la actual directiva encabezada por Javier Fernández.

Rodríguez Braga ha sido también miembro del Comité Consultivo de la Comunidad Europea del Carbón y del Acero (CECA); de la Comisión Mixta de la Dirección General V para 'la armonización de las condiciones de trabajo en la industria siderúrgica', y de la Comisión del Acero de la Federación Europea de Metalúrgicos (FEM) en representación de la Federación Estatal de MCA-UGT.

Asimismo, ha formado parte del Comité Confederal de UGT, ha sido consejero del Instituto de Desarrollo Económico del Principado de Asturias (Idepa), y representante de UGT en el consejo de administración de la Autoridad Portuaria de Gijón.

Con esa trayectoria, Rodríguez Braga ha sido durante 16 años una de las personalidades clave de la actualidad socioeconómica de Asturias y ha estado en la agenda informativa de forma casi permanente. Accesible y cercano, siempre ha tenido respuesta para todo aquello que se le requería desde los medios de comunicación. Se rodeó también de buenos profesionales para una labor que entendía fundamental para el desempeño de sus funciones.

Vivía el sindicalismo pero también tenía vida fuera del sindicato. Le gusta cocinar, pintar y una buena tertulia, algo de lo que deja constancia siempre que tiene oportunidad. Desde que dejó la secretaría general de UGT se ha sentido «a gusto, relajado» y con tiempo para sus aficiones, la lectura entre ellas. Pero no ha abandonado la vida social. Este verano se dejó ver, ya en un segundo plano, en diversas conferencias y jornadas en la Feria Internacional de Muestras de Asturias, en Gijón.

La noticia de su detención revolucionó ayer las redes sociales y ha causado un tremendo impacto en la opinión pública asturiana. Quien ha llegado a decir «me llamo Justo, pero no soy perfecto», tendrá que dar explicaciones a partir de ahora.

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