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Justo Rodríguez Braga, ayer, en la Casa del Pueblo en Gijón, lugar al que acudió para asistir a una jornada sobre el acuerdo sociosanitario del Principado.
«Pasamos 24 horas en un calabozo, para que en el juzgado, en un minuto, se arreglara todo»

«Pasamos 24 horas en un calabozo, para que en el juzgado, en un minuto, se arreglara todo»

Ex secretario general de UGT-Asturias

Noelia A. Erausquin

Jueves, 19 de enero 2017, 03:36

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Con 40 años de trayectoria profesional ligada al sindicalismo y ocho meses como jubilado, a Justo Rodríguez Braga, ex secretario general de UGT en Asturias, jamás se le pasó por la cabeza verse en una situación como la del martes, cuando dos guardias civiles llegaron a su casa para detenerle por las supuestas irregularidades en las subvenciones de los cursos de formación que impartió la organización. Tras pasar la noche en el calabozo, como otros cinco compañeros, y quedar en libertad, aún no se explica la actuación coordinada de la Guardia Civil que, además de los arrestos, registró durante siete horas las dependencias de la sede regional del sindicato.

-¿Cómo se produjo su detención?

-A las ocho de la mañana tocaron al timbre. Eran dos agentes de la Guardia Civil vestidos de calle que me dijeron que estaba detenido. Tuve que mirar dos veces la documentación que me enseñaron porque no daba crédito. En ese momento aún estaba en pijama y no me dieron tiempo ni a ducharme ni a tomar un café. Me pidieron que me vistiera, lo hice, y tenían abajo un coche camuflado con el que me llevaron al cuartel. En lo personal fueron muy amables, pero no me dieron alternativas ni explicaciones. Fue muy preocupante.

-¿Qué pensó en ese instante?

-Que esto no iba conmigo. Pensé de todo menos que a una persona normal, con 67 años y cuatro décadas de trabajo sindical le pueda pasar algo así. Pensé que esto pasaba en otra época, cuando te podían ir a buscar a casa a horas tempranas o tardías, pero no ahora. Estas cosas tienen que tener una medida, no se puede utilizar el mismo protocolo contra un gran traficante de drogas que contra trabajadores sencillos como nosotros.

-¿En qué momento le explicaron por qué le detenían?

-Las explicaciones llegaron en el cuartel en Oviedo, en el sótano, cuando tuve que firmar una declaración, pero fueron superfluas. No le encuentro sentido a todo esto. El caso llevaba un curso normal a través del juzgado, pero la UCO (Unidad Central Operativa de la Guardia Civil) volvió otra vez a investigar y sin auto de la jueza llegó a esto. No comprendemos la película montada el martes.

-Tras las detenciones, ayer, al igual que sus compañeros, quedó en libertad, incluso sin prestar declaración...

-Pasamos 24 horas en el calabozo, incomunicados, para llegar al juzgado y que en un minuto se arreglara todo. ¿Es esto un Estado de derecho? No entiendo nada. Me parece que ayer la jueza tuvo una actuación valiente, porque este caso depende de ella y no se puede hacer nada al margen de sus decisiones. Esto era un procedimiento normalizado, pero la UCO actuó de forma autónoma y da la sensación de que quiere sacar algo de donde no lo hay. Nosotros colaboramos con la justicia.

-En el auto la jueza asegura que han desaparecido los motivos que originaron la detención y que esta se queda sin efecto, pero desde el Tribunal Superior de Justicia se informa de que están siendo investigados. ¿En qué situación se encuentran realmente?

-El auto asegura que nos retrotraemos a cómo estábamos antes de la detención, el lunes. Los más interesados en aclarar todo somos nosotros y la UGT. Les damos toda la información que precisen.

-¿Por qué cree que la UCO podría tener interés en encontrar algo irregular en UGT?

-Todo es simple intuición. La UCO depende del Gobierno de España y la Guardia Civil no puede aparecer, metralleta en mano, rodeando la sede de UGT, donde no hay nada más que trabajadores y bolígrafos. Y todo esto cuando hay un procedimiento normal. Luego no se llevaron casi nada. La mayoría de las cajas que sacaron estaban vacías porque la documentación ya la tenían. La tienen ellos y también el Gobierno regional, el PP, Podemos... La solicitaron y se la dimos. Es pública. Hay un interés en magnificar esto.

-¿Considera entonces que existe una caza de brujas contra UGT?

-Hay poderes que no quieren que vayamos más allá de nuestras cuatro paredes sindicales, que no salgamos en defensa de los trabajadores, los parados y las personas más necesitadas, pero los sindicatos tenemos esa labor. UGT no es un sindicato de ir a las barricadas, llegamos a acuerdos y lo que más ofende es que las personas detetenidas somos conocidas por nuestro trabajo y nuestra honestidad.

-¿Es esto la puntilla a la formación que impartían los sindicatos?

-Ya nos la han quitado, desde hace dos o tres años ya no ofrecemos formación, pero ahora las empresas que la desarrollan dicen que no cubren los gastos, así que tanto negocio no sería.

-Pase lo que pase, la imagen de UGT y la suya propia ya quedan tocadas...

-Quien quería hacer daño, ya lo ha hecho. Entre ellos, aquellos que como cuervos esperan a que no nos salgan bien las cosas, como algún partido político asturiano. Pero a esos hay que decirles que nunca podrán llegar donde quieren poniendo zancadillas.

-¿A quién se refiere?

-A Podemos y a las declaraciones del señor Ripa (aseguró que su formación advirtió al Principado de que «un sindicato podía estar haciendo negocio» con los fondos de formación, que «miró para otro lado» y que se personará como acusación popular). Es una persona impresentable y no es de fiar.

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