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Varios trabajadores de la empresa tras conocer la noticia.
La empresa gijonesa Agalsa cierra y despide a sus 150 trabajadores

La empresa gijonesa Agalsa cierra y despide a sus 150 trabajadores

La compañía solicita el concurso de acreedores y el juez deberá decidir entre su cierre o la búsqueda de un comprador

A. COLLADO / S. BAQUEDANO

Lunes, 13 de febrero 2017, 21:04

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El Grupo Agalsa camina a pasos agigantados hacia su liquidación. Ante la imposibilidad de estructurar la deuda de la empresa, su dirección presentó ayer por la mañana la solicitud de concurso voluntario de acreedores en el Juzgado de lo Mercantil número tres, con sede en Gijón. Ya por la tarde, comunicó al comité la apertura de un ERE de extinción para la totalidad de la plantilla, unos 150 trabajadores. Ahora, la firma gijonesa espera a que, en el plazo de unos 10 o 15 días, el juez dicte el auto de admisión, designando administrador concursal.

La compañía se enfrenta con este proceso a una deuda de algo menos de 12 millones de euros. Una cantidad que, en principio, se debería de poder cubrir, ya que su patrimonio neto positivo alcanza casi los diez millones de euros. Y una buena parte de este lo forman bienes inmuebles. A la factoría, las naves y los 88.000 metros cuadrados de suelo industrial hay que sumar, además, el valor de las instalaciones industriales y la maquinaria del grupo. No obstante, debe tenerse en cuenta que en los procesos de liquidación los activos suelen devaluarse.

En este momento, según los servicios jurídicos de la empresa, se adeudan dos nóminas a la plantilla, correspondientes a los meses de diciembre y enero. Y, en el momento en el que comenzaron las movilizaciones y «los piquetes paralizaron la actividad», puntualiza el letrado José Luis Menéndez Llana, «solo se acumulaba un retraso de unas dos semanas en el pago de una nómina». También rechazó las acusaciones de ocultación de patrimonio por parte del comité:«Agalsa es una empresa absolutamente transparente, que audita sus cuentas, y eso es una absoluta tontería».

Agalsa atribuye su crítica situación a un problema de financiación. Las deudas ordinarias de la empresa vencieron en julio de 2016 y su intención era renovarlas. Pero no pudo ser. El grupo tenía una deuda antigua con Sogepsa, a la que había comprado 55.000 metros cuadrados de suelo industrial colindante al suyo. Tras profundas discrepancias sobre las condiciones de la entrega de la parcela, se celebró un juicio en el que se condenó a Agalsa a pagarle un total de 4,5 millones de euros. El fallo, ahora recurrido en casación, salió solo un mes antes de que venciese la deuda ordinaria de la compañía y esta tuviese que negociar con los bancos su refinanciación. Los retrasos a la hora de llegar a un acuerdo, informan desde Llana Cossío y Colunga, colocaron a Agalsa en una situación de colapso. El administrador concursal será quien decida en última instancia si asume la liquidación de la sociedad o intenta buscar un comprador, como pretenden los sindicatos. El juzgado de lo mercantil también será quien decida sobre el despido de la plantilla.

La versión de los sindicatos difiere, y mucho, de la de la dirección. Ayer, los representantes del comité estaban indignados con la actitud de la compañía. «Nos hemos tenido que enterar de la apertura del ERE por los medios de comunicación, porque hasta las cinco de la tarde no nos lo han comunicado». Según las mismas fuentes, la previsible liquidación de Agalsa obedece a «una mala gestión y al interés de su dirección en cerrar la empresa». «Nos echan a nosotros la culpa. Es vergonzoso ¿También somos responsables de su deuda? Hace más de un año comenzaron con los atrasos de nóminas. Se veía venir».

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