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El edificio de Duro Felguera en el Parque Tecnológico de Gijón.
El futuro de Duro,  en manos de la banca

El futuro de Duro, en manos de la banca

El G-6 reclama un refuerzo de la dirección, con un consejero delegado de perfil fuerte y profesional que garantice un rumbo sin los recientes sobresaltos

OCTAVIO VILLA

Domingo, 26 de marzo 2017, 11:33

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Duro Felguera lo tiene todo para remontar el vuelo. Es una de las principales 500 empresas de España, está entre las 30 más relevantes de su sector de actividad y tiene una reputación de calidad en sus proyectos ejecutados en medio mundo. Por eso, resulta difícilmente explicable la situación en la que se encuentra, con una deuda viva de 225 millones de euros y negociando desde hace medio año una solución con la banca acreedora. Tres proyectos en los que se ha complicado el cobro (unos 173 millones por el de Vuelta de Obligado, en Argentina; otros 140 por el de Roy Hill, en Australia, y los 78 millones de Termocentro, en Venezuela, aunque en este caso se están ya recibiendo liquidaciones parciales) son una pesada losa, por la que la empresa busca, sobre todo, un aplazamiento de los vencimientos más inmediatos de pago a la banca.

LAS CLAVES PARA DURO

  • 1

  • Conseguir avales por un valor de 200 millones de euros. Es una exigencia de la banca para asegurar el mantenimiento inmediato de la actividad de la empresa.

  • 2

  • La empresa asturiana debe sindicar su deuda a cinco años. Tiene concedidos créditos por un importe total cercano a 300 millones y su deuda es de 225 millones. Busca algunos aplazamientos de los vencimientos más inmediatos.

  • 3

  • Ampliar el capital social en unos cien millones de euros. Esta ampliación deberá definirse y aprobarse en la junta de accionistas del próximo junio.

  • 4

  • Plan de desinversión de activos, con el objetivo de ingresar al menos 30 millones de euros. Se tratarán de conseguir mediante la venta de inmuebles, como la sede en Madrid, que la banca considera de fácil venta. El taller de Barros y otros inmuebles fuera de la región no son tan fácilmente liquidables.

  • 5

  • La banca quiere que la empresa refuerce su equipo directivo, mediante la contratación de un consejero delegado, cargo que hasta ahora también asumía el presidente de la compañía, Ángel Antonio del Valle.

Pero hay algo más. Un vistazo a la evolución bursátil de los últimos años resulta especialmente sintomática. Desde el pico de 9,34 euros por acción que marcó Duro el 3 de septiembre de 2010, con un intenso desplome inmediato hasta el nivel de los 5,50, Duro Felguera no ha hecho más que caer en valoración de forma sostenida en el largo plazo. Y de forma muy marcada durante 2015 y 2016, cuando comenzó la negociación de la reestructuración de la deuda, hasta marcar un mínimo de 1,03 euros por acción el 2 de diciembre del pasado año, mientras que esta semana la ha cerrado con una mínima recuperación respecto a esa mala cifra. Cotiza a 1,26.

Los fríos números bursátiles ocultan algún otro aspecto llamativo. Pese a que no hay un crecimiento consistente en la valoración (una ojeada a la evolución de los últimos nueve meses dibuja una perspectiva casi plana, tras las grandes pérdidas anteriores), lo que sí ha habido son intensos movimientos diarios en números de acciones negociadas, con dos días por encima de los cinco millones de títulos negociados y muchas jornadas por encima del millón en los últimos tres meses. Hay quien apunta que hay movimientos accionariales soterrados en esta dinámica.

Ahora bien, los acontecimientos se han disparado esta semana. El jueves, EL COMERCIO adelantó los cinco puntos de que se compone la solución que negocia la empresa con la banca. Básicamente, Duro deberá negociar un aval por 200 millones de euros para garantizar la actividad inmediata y afrontar las nuevas condiciones que negocia con las entidades financieras para amortizar la deuda, mediante una sindicación de los créditos bilaterales que tenía suscritos con Bankia, BBVA, CaixaBank, Popular, Sabadell y Santander (el conocido como 'G-6'). Otro punto es proceder a un programa de desinversión, que pasaría fundamentalmente por vender su sede madrileña, un activo inmobiliario atractivo y valorado.

También deberá afrontar una ampliación de capital por unos cien millones de euros, un punto especialmente controvertido, dado que conllevaría o bien una aportación de fondos por parte de los actuales accionistas de referencia o bien la entrada de nuevos accionistas, lo que devaluaría la participación de los primeros y podría privarles del control.

Por ello, la dirección de Duro Felguera ha ordenado a la consultora Rothschild & Company que proceda a buscarle un socio estratégico, que podría ser solo financiero, pero que también podría ser industrial. Duro ha hecho ver que pone la condición de que la sede social siga en Asturias y que se mantenga el nivel de empleo (aproximadamente 2.000 trabajadores), pero diversas fuentes consideran estas condiciones un brindis al sol de la empresa, puesto que no está garantizado que la entrada de un socio estratégico no suponga una pérdida, siquiera parcial, del control por parte de los actuales dirigentes de la empresa. Y la plantilla tiembla ante un futuro incierto.

El presidente

Por otra parte, la banca ya ha dejado claro que quiere que haya cambios en la cúpula directiva. Apuntan ya sin ambages a Ángel Antonio Del Valle, presidente de Duro y yerno del máximo accionista, Gonzalo Álvarez Arrojo. Las entidades financieras quieren ver al frente de Duro a un «consejero delegado fuerte» y de un marcado perfil profesional. Del Valle compagina aún hoy la presidencia con el título de consejero delegado, pero algo se mueve bajo sus pies. La propia empresa ya anunció en la reciente presentación de resultados de 2016 que nombrará un consejero delegado.

El pasado miércoles, la víspera de la reunión vital que Duro tenía con la banca, la empresa Inversiones Somió S. R. L., mediante la que la familia Arrojo gestiona su 24,4% de participación en el accionariado de Duro, oficializó el relevo de Del Valle y el nombramiento de su esposa, Beatriz Álvarez, como administradora solidaria. La empresa patrimonial queda ahora en manos de las dos hijas de Gonzalo Álvarez Arrojo, Beatriz y María Purificación, y serán ellas quienes decidan de forma oficial en qué medida acude la familia Arrojo a la ampliación de capital. Mientras tanto, Del Valle controla personalmente solo un 0,346% de las acciones de la empresa.

Proyectos viables y seguros

¿Qué panorama se abre para Duro? Por de pronto, el hecho de que la banca siga negociando y haya diseñado para la empresa un plan de rescate es un síntoma de que se confía en que el enfermo no es terminal, en que tiene futuro y en que volverá al terreno de los beneficios consistentes en un plazo razonable. Ningún banco se jugaría su patrimonio si no fuera así. Pero el tratamiento que se le receta a Duro es exigente y estricto.

La propia empresa, por su parte, tiene en su equipo de dirección profesionales que son bien conscientes de que los proyectos que se asuman en el futuro inmediato han de ser de dimensiones asumibles, con socios y clientes de reputación consolidada y comprobable y en entornos geosocioeconómicos que supongan riesgos menores a los asumidos por la empresa en los últimos años. Una revisión de los principales sectores de actividad, en la que crecen sustancialmente los servicios y bajan moderadamente los proyectos de minería e hidrocarburos, son síntomas de que Duro puede salir adelante y buscar su lugar al sol.

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