Los clientes depositan 22.600millones en la banca pese a su nula remuneración

Así lo demuestran los datos extraídos de los informes trimestrales que la banca española ha publicado esta última semana en los que se muestran cómo la cuantía de recursos de la clientela (cuentas y depósitos minoristas) asciende ya a los 1,07 billones de euros. Esta cifra, correspondiente al cierre de septiembre, contrasta con los 1,04 billones que las entidades tenían en sus balances al finalizar 2018. Es decir, reflejan un incremento superior al 2% desde ese momento. En estos nueve meses, el sector ha incrementado en unos 22.600 millones el dinero que sus clientes han depositado en las cuentas corrientes y otros productos similares, según las memorias remitidas a la CNMV. El último Informe de Estabilidad del Banco de España señala que en los cinco últimos ejercicios el incremento del volumen de depósitos ha sido del 8%, frente al alza del 40% de los fondos de inversión. Pero este año se ha observado un cambio de tendencia al crecer un 5,7% en términos interanuales, según sus cálculos.

A la espera de que los bancos cierren un ejercicio que parece estar marcado por el recorte de beneficios –hasta septiembre, las seis grandes entidades han mermado un 21% sus resultados por los bajos tipos de interés y la desaceleración de la actividad económica–, 2019 puede acabar con más dinero en los depósitos del que había un año antes.

Los hogares no quieren arriesgar en un momento de dudas a pesar de que la oferta de la banca por comercializar otros productos alternativos es cada vez más llamativa. Los saldos disponibles en fondos de inversión, planes de pensiones, acciones de Bolsa o distintos tipos de seguros no termina de atraer las miradas de las familias. Fuentes de una gran entidad admiten que incluso aquellos que optan por los fondos, por ejemplo, lo hacen por las modalidades con inversión más conservadora (aquellos que menos arriesgan) y, por lo tanto, que las comisiones que se derivan de esos productos son también más pequeñas para desesperación de un sector que intenta incrementar sus ingresos en una etapa de tipos en mínimos, e incluso en negativo, como la actual.

A juicio del supervisor bancario esta situación responde a que la baja rentabilidad de los valores de renta fija ha reducido el interés por la inversión en los activos vinculados a estos, mientras que la volatilidad de los de renta variable ha desanimado la inversión directa e indirecta en estos instrumentos en un contexto de elevada incertidumbre. De hecho, no hay ningún tipo de condición que pueda resultar llamativa en las cuentas y depósitos que ofrece en estos momentos la banca a ningún cliente. Porque las entidades tienen una penalización por parte del Banco Central Europeo (BCE) por estos recursos, que hasta antes del verano era del -0,4% y que la institución ha elevado hasta el -0,5% en algunos casos. Con esas condiciones, lo máximo que puede ofrece una entidad es guardar el dinero del cliente... y poco más.

Aunque la mayor parte de los bancos ya cobran a sus grandes clientes (instituciones o corporaciones) por sus depósitos, ninguno se atreve a anunciar que harán lo mismo con los particulares. En este sentido, el Banco de España considera que estos tipos negativos aplicados a las empresas «parecen algo excepcional», a la espera de comprobar cómo evolucionan los tipos oficiales.