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Esther Alcocer Koplowitz
FCC ampliará capital en 1.000 millones tras refinanciar Koplowitz su deuda

FCC ampliará capital en 1.000 millones tras refinanciar Koplowitz su deuda

Su participación de control (50,03%), sin embargo, se podría reducir a la mitad

José Antonio Bravo

Domingo, 19 de octubre 2014, 21:49

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El consejo de administración de FCC acordó este domingo, tras una reunión extraordinaria, iniciar los trámites para lanzar una ampliación de capital por valor de 1.000 millones de euros, los cuales utilizará fundamentalmente para amortizar el tramo más costoso en intereses de su pasivo (unos 1.350 millones, el 20% del total), cuya refinanciación se cerró a finales de junio. La decisión llega tras conocerse la esperada fumata blanca en la pugna que mantenían desde hace meses Esther Koplowitz y la banca sobre la deuda personal que arrastra la empresaria, vinculada precisamente a su participación de control en FCC (50,03%) tras hacerse años atrás con los títulos de su hermana Alicia y de la multinacional francesa Vivendi.

La primera accionista del grupo pactó este fin de semana con BBVA y Bankia extender el vencimiento de su pasivo (unos 950 millones de euros) otros cinco años (hasta finales de 2019) con un interés anual de euribor más el 2,5%. Las entidades financieras recibirán a cambio los pagos pendientes del crédito que venció el 15 de septiembre y hubiera pasado a moroso en tres meses y simplifican su estructura para, en caso de futuros impagos, ejecutar directamente las acciones del grupo de construcción y servicios que figuran como prenda. Para costearlo, Koplowitz tendrá que revender sus derechos de suscripción preferente en la ampliación de FCC.

Esa cita con el mercado tendrá que ser aprobada antes en una junta extraordinaria de accionistas ya convocada para el 20 de noviembre, que también habrá de refrendar la letra pequeña de la ampliación como, por ejemplo, el descuento con que saldrán los nuevos títulos o cuántos corresponderían a cada uno de los socios actuales si quieren adquirirlos. El principal destino de los fondos que recabe la compañía será pagar de forma anticipada una quinta parte de su deuda (los referidos 1.350 millones, incluidos en el llamado tramo B, mientras que otros 3.162 millones corresponden al A), incluidos en un crédito convertible (si no se paga antes de 2018, se podría ejecutar su valor en títulos del grupo) que devenga altos intereses anuales;_desde el 11% al 16% de forma progresiva, lo cual supondría un coste mínimo de 140 millones anuales.

Esa amortización por adelantado permitirá reducir a un 6% el tipo aplicable a las cantidades que se paguen que, además, podrían terminar recibiendo una quita si el grupo opta finalmente por una recompra con descuento en una subasta inversa. Los ejecutivos de FCC también pretenden dedicar parte del nuevo dinero a atender compromisos de aportación de fondos de menor cuantía con varias filiales, que supondrán a su vez una reducción de la deuda consolidada. Su efecto sobre el apalancamiento se sumará al del plan de desinversiones, que ha aportado ya 1.800 de los 2.200 millones previstos, apunta la compañía.

Las previsiones que contemplan el equipo liderado por el consejero delegado, Juan Béjar, pasan por cerrar 2016 año de finalización de su actual Plan Estratégico- con un beneficio bruto de explotación (ebitda) de 1.100 millones, una caja de 850 millones y un endeudamiento neto de otros 5.300 millones, lo que supondría un recorte de 1.800 millones respecto al pasivo con que cerró 2012. Para ello será necesario, aparte de las desinversiones ya realizadas, culminar la venta de la inmobiliaria Realia y de la concesionaria Globalvia, donde precisamente es socia de Bankia en ambas y por las que espera obtener 400 millones.

Koplowitz bajaría al 25%

Con estos movimientos, la participación de Koplowitz se diluiría previsiblemente hasta el 25% -la empresaria mantenía un tira y afloja con la banca acreedora de su deuda para que las condiciones fijadas no le forzaran a bajar de la frontera del 30% ante la posible entrada en el grupo de compañeros de viaje no deseados (Acciona llegó a rozar el 10% en 2003)-, e incluso puede que algo menos en función de los vaivenes bursátiles que sufra la compañía, que ha sido penalizada estos días por el retraso en la ampliación. En lo que va de año, la capitalización de FCC_ha caído casi un 15% -el jueves se desplomó un 5%, aunque al día siguiente casi lo recuperó (cerró la semana en un precio de 13,7 euros por título)- y se sitúa en 1.751 millones de euros.

La conocida empresaria canaliza sus títulos en FCC a través de la sociedad patrimonial B-1998 (creada ese mismo año cuando Koplowitz conformó un núcleo duro para asegurar la mayoría de FCC), de la que tiene casi el 90% y a la que correspondía la deuda que ahora se renegocia. Sus otros dos socios, los herederos de las Bodegas Faustino y Caixabank (que entró tras ejecutar un crédito impagado de la familia Aguinaga), saldrán en principio de la firma reconvirtiendo su parte en acciones del grupo, a razón de un 2,5% cada uno. Luego tendrían libertad para venderlas, precisamente aprovechando la referida ampliación de capital.

Otros dos accionistas destacados de FCC, los magnates estadounidenses Bill Gates (6,7%) y George Soros (3,8%) aún no tienen decidido sí harán uso de sus derechos preferentes en esa cita con los inversores, bien para que no se diluyera su participación actual conforme al nuevo reparto, bien para ampliarla. Su primera intención era hacerlo, según fuentes del mercado, pero en las últimas fechas les han venido surgiendo dudas sobre todo, al segundo- por la incertidumbre generada ante la situación de Koplowitz, ahora despejada. En cualquier caso, ya hay varios fondos de inversión interesados en la operación, como el estadounidense Guggenheim Partners, aunque el temor es que antes algunos fondos buitre logren acceder por la puerta trasera recomprando parte de la deuda a bancos extranjeros.

Es lo que ya ha ocurrido con una de las filiales del grupo, Portland, que está refinanciando ahora su deuda de 1.260 millones con el objetivo de lograr un pacto antes de enero. La mitad de ese pasivo ya ha sido adquirido por firmas como Apollo, GSO y Avenue Capital, especializadas en hacerse con empresas en serios problemas económicos o activos dañados para luego trocearlas y revenderlas.

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