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Esther Alonso, Andrés Barceló y Juan José Fernández Díaz.
Unesid vincula la supervivencia de la siderurgia en Asturias a  la política energética de la UE

Unesid vincula la supervivencia de la siderurgia en Asturias a la política energética de la UE

«Si se plantean objetivos irreales para las emisiones de CO2 no se cumplirán y Europa dejará de ser un escenario seguro para los inversores», advirtió su director, Andrés Barceló

AIDA COLLADO

Miércoles, 22 de octubre 2014, 00:16

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Asturias se juega mucho mañana y el viernes, cuando el Consejo Europeo apruebe el nuevo marco normativo sobre clima y energía. Tanto, como la supervivencia de su industria siderúrgica. Así lo cree que el director general de la patronal Unesid, que aglutina a 46 empresas del sector, Andrés Barceló. Las compañías siderúrgicas llevan semanas alertando de que los elevados costes de emisión de CO2 planteados en la nueva normativa son, en muchos casos, inasumibles. Ayer, Barceló reconoció en Oviedo que «el último borrador es mucho menos dañino para nuestros intereses, porque habla de la necesidad de evitar deslocalizaciones y de dar asignación gratuita de derechos a las instalaciones más eficientes», pero aún queda mucho por hacer.

El riesgo, en su opinión, es que «si la Comisión Europea plantea objetivos irreales, no se podrán cumplir y eso pone a la siderurgia asturiana y española en grave peligro de supervivencia». Una amenaza que no se materializará mañana, «sino a partir de 2030».

Las inversiones en la industria siderúrgica suelen plantearse a largo plazo y «tanto las empresas que se deben a sus accionistas, es el caso de Arcelor, como las compañías familiares que necesitan a los bancos para invertir, requieren la seguridad de que van a recuperar su dinero». Por eso, si el europeo deja de ser un escenario previsible y seguro, «se irán a otra parte».

Así las cosas, desde la patronal tienen claro que suceda lo que suceda esta semana «tendremos que seguir hablando». Saben que ésta va a ser «una batalla larga», en defensa de la industria como elemento necesario para la prosperidad del territorio europeo. Por el momento, Unesid ha elaborado un estudio sobre cuáles serían los límites de reducción de CO2 «razonables y asumibles» para las empresas que representan. «Creemos que hasta 2050 la línea está en el 15%», muy por debajo de las intenciones de la Unión. «Si se produjese un cambio tecnológico enorme que hoy no está previsto -informó Barceló- a lo mejor se podría mejorar esta cifra, pero hoy por hoy los objetivos de una reducción del 20% en 2020 y del 40% en 2040 son imposibles».

Barceló hizo estas declaraciones en la rueda de prensa que ofreció junto al decano del Colegio Oficial de Ingenieros de Minas del Noroeste de España (COIMNE), Juan José Fernández Díaz, y de la presidenta de la Comisión de Medio Ambiente y miembro del consejo de dirección de Unesid Esther Alonso. Ambos apoyaron la posición de la patronal de las empresas de la siderurgia. En esta línea, Fernández recordó que las políticas sobre cambio climático «no deben venir solas, es decir, deben ser compatibles con el crecimiento económico y una agenda más amplia sobre desarrollo sostenible». Argumento que coge fuerza con las 60.000 empresas a las que el sector da empleo, directo o indirecto.

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