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A. CUBILLAS
Jueves, 30 de julio 2015, 00:36
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Sin sorpresa y siguiendo el guión previsto, Antonio del Valle, presidente de la Hullera Vasco-Leonesa, aseguró ayer en sede judicial que el accidente en el pozo Emilio del Valle había sido algo «absolutamente imprevisto». El máximo responsable de la minera, que accedió y abandonó los juzgados por la puerta trasera y no quiso contestar las preguntas de las acusaciones, remarcó que no había tenido conocimiento de una posible falta de seguridad.
Es más, según señaló Ramón Carro, representante de uno de los mineros heridos en el accidente ocurrido el 28 de octubre de 2013, en la empresa existían unas pautas en materia de seguridad en las que no se había puesto de manifiesto ningún posible error. Una declaración que, sin embargo, para los letrados de la defensa hace entrever que los máximos responsables «eran conscientes de que en el macizo séptimo existía una bóveda de tal envergadura que junto a la sobrecarga del carbón que soportaba provocó una desgasificación de grisú que se sumó al gas desplazado del hueco del post-taller».
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