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Varios miembros de la plantilla de Tenneco esperaron en su fábrica para unirse a la marcha.
Verallia se compromete con el Principado  a «seguir trabajando con Gijón Fabril»

Verallia se compromete con el Principado a «seguir trabajando con Gijón Fabril»

Cientos de personas salieron a la calle para apoyar a la plantilla, que acusó al propietario de la factoría de intentar «dinamitar las negociaciones»

AIDA COLLADO

Viernes, 5 de febrero 2016, 04:03

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Horas antes de que los trabajadores de Gijón Fabril marchasen por las calles de la ciudad clamando contra el cierre de la factoría, el consejero de Empleo, Industria y Turismo convertía su intervención en el pleno de la Junta General en un balón de oxígeno para la plantilla. En presencia de algunos empleados que asistieron como público, Francisco Blanco informó a los parlamentarios asturianos del recién adquirido compromiso de Verallia -hasta ahora, principal cliente de la empresa asturiana- de continuar trabajando con la planta gijonesa. Era esa la noticia que el comité esperaba ya con más ganas que esperanza, tras haber intentado reunirse con los responsables de la cristalera (antes filial de Saint-Gobain) sin que estos accediesen a mantener un encuentro con los representantes de los trabajadores. Cuando el Principado intermedió, sin embargo, Verallia explicó que no tendría ninguna objeción «en seguir trabajando con Gijón Fabril, en las condiciones normales de mercado, independientemente de que haya vencido el contrato que les obligaba a ello».

Fue el director general de Industria, Luis Ángel Colunga, quien se reunió con el presidente de Verallia, Pablo Pinto, en Madrid, para trasladarle la «inquietud» de los empleados. La respuesta fue positiva. De hecho, Pinto se confesó el «primer sorprendido» por la decisión de cierre. Algo que no parece encajar con la versión del propietario de Gijón Fabril, que cuando anunció que echaría la persiana al negocio argumentó que Verallia le había anunciado sus intenciones de dirigirse, a partir de ahora, a los mercados del este en detrimento de los europeos.

Así las cosas, el compromiso de Pinto, ahora, podría garantizar cierta carga de trabajo y despeja «una de las incógnitas», quizá la más importante. En este sentido, apuntó Blanco, «podemos pensar que existe una demanda para los productos de esta empresa». Por eso, habrá que estudiar los motivos de que la facturación se haya reducido en una fábrica, señaló, que acumula «dos años sin inversiones».

El Gobierno regional ya ha informado al administrador concursal de la existencia de clientes potenciales, que podrían posibilitar la continuidad de la actividad. Por esa razón, le ha solicitado que «reconsidere el inminente cierre de la empresa y dé un margen para seguir buscando una solución».

Las buenas noticias no evitaron que la diputada regional de Podemos Lorena Gil reprochase al Ejecutivo que continúe «sin articular un protocolo para intervenir en estas situaciones». Criticó también, un modelo empresarial «caduco e insostenible» e instó a la Administración a «tomar medidas para no dejar caer el tejido productivo y ofrecer apoyo» a estas compañías.

«Debe velar tanto por las empresas sanas como por las que están en crisis. Para eso es consejero de empleo», le lanzó a Blanco, junto a las cifras de los muchos ERE registrados en la región durante los duros años de crisis. El titular de Empleo no tardó en responder: «No sé por qué dice que no ayudamos a las empresas en crisis. Por respeto a los trabajadores de Gijón Fabril, no utilice los problemas de una empresa para atacar al Gobierno», le espetó. Ya caldeados los ánimos, continuó defendiendo la intervención del Ejecutivo en la resolución de un problema que se planteó en enero. «No hago camisetas ni me hago fotos. Sé lo que pasa, me preocupo de ello. Hacer una camiseta es muy fácil, estamos haciendo bastante más que ustedes: ayudar», dijo.

Blanco aseguró que el Principado está «abriendo las puertas» que se cierran a los trabajadores e intentó zanjar la polémica con Podemos: «No estamos haciendo política para intentar sacar un rédito electoral a costa del sufrimiento de los trabajadores. Le pediría que ayude y no les instrumentalice», concluyó.

Los desencuentros políticos no agriaron el primer momento dulce en días para la plantilla, que confía en que el compromiso de Verallia le sirva para ganar algo de tiempo y encontrar así un inversor interesado en la planta. Los trabajadores saben que el administrador concursal «no se va a pillar los dedos y, si dejamos de facturar» comenzará a liquidar contratos, por lo que confían en que «estos días Verallia empiece a encargar ya obra» para continuar con la actividad normal de la fábrica.

Cargaron, además, contra el propietario, Juan Cervera, a quien acusaron de «intentar dinamitar las negociaciones» con la cristalera, dejándoles «en mal lugar» y provocando que los responsables de Verallia desconfiaran en un principio de las verdaderas intenciones de los empleados.

Apoyos a la marcha

Con el compromiso de Pinto en el bolsillo, los trabajadores salieron esperanzados de la fábrica de Porceyo, en una manifestación contra el cierre que recorrió las calles de Gijón hasta el Ayuntamiento y fue ganando apoyos a medida que los vecinos de los barrios que atravesaba se unían a la marcha. El estruendo de los petardos solo se acalló para que se escuchasen los aplausos de algunos miembros de la plantilla de Tenneco, que esperaron a los manifestantes para sumarse a quienes deseaban larga vida a «la lucha de la clase obrera» tras la pancarta de la cabecera.

Llegaron a la plaza del Humedal a las 19 horas, de lo más puntuales, y de ahí, a la Plaza Mayor tan solo tardaron 25 minutos más, entre el humo y el ruido que iba en aumento.

Una vez a la vera del Consistorio -donde se reunieron, según la organización, cerca de 2.500 personas-, el delegado de personal de Gijón Fabril, Felipe Rodríguez, dio un repaso a la historia de la planta. «Han pasado muchos años y seguimos siendo referencia en rentabilidad, producción y competitividad», defendió. Elogió, además, su «ejemplo de profesionalidad y buen hacer», para salir en defensa de la industria asturiana y de Gijón como «uno de los pilares de crecimiento, de riqueza y de empleo» de la región, «que no puede permitirse perder otra fábrica». Ante representantes de todos los grupos municipales, apeló a la cualificación de los empleados y agradeció a quienes acudieron a la convocatoria su demostración de que «queremos, necesitamos y exigimos una comarca con industria y con empleos. Una comarca con dignidad».

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