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Aida Collado
Domingo, 1 de mayo 2016, 11:18
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ArcelorMittal tiene previsto invertir en torno a 200 millones de euros en la construcción de una planta de cogeneración eléctrica en la factoría de Gijón. Según sus planes, la instalación, que tendrá una potencia de 220 MWh y una vida útil de veinte años, debería estar preparada para entrar en funcionamiento en 2019. En ese año la multinacional cree que las nuevas baterías de cok podrán trabajar a pleno rendimiento.
Cada vez son más las voces que apuntan al aprovechamiento de los subproductos contaminantes que proceden de la actividad industrial como una excelente solución para la producción de energía sostenible y, además, la gestión eficiente de los residuos. Con este objetivo nace la planta de cogeneración que ArcelorMittal prevé construir en Gijón.
El caso de la industria siderúrgica, en particular, es especialmente destacable. En la elaboración de acero se producen unos gases potencialmente combustibles y con alto efecto invernadero, así que utilizarlos permite reducir los costes de producción y, a la vez, un considerable descenso en las emisiones contaminantes de la instalación en cuestión.
No es un concepto nuevo en Asturias. Los gases residuales de ArcelorMittal (gases de alto horno y gases de batería de cok) se utilizan como combustible en la térmica de Aboño una central eléctrica convencional y en la planta de cogeneración de Sidergás. Estas plantas permiten la valorización de los gases y evitan la emisión directa de más de un millón de toneladas de CO2, que de otro modo se eliminarían por combustión en antorcha sin ningún aprovechamiento energético.
El cambio de estas baterías se anunció el pasado verano, enmarcado en una oleada de inversiones que según la dirección alcanzará, en una primera fase, los 275 millones de euros. Los sindicatos, sin embargo, siempre confiaron en que en 2017 se apruebe una segunda ronda que incluya, por ejemplo, otra máquina de colada para Avilés, hasta alcanzar los 400 millones.
El caso es que las nuevas actuaciones ya aprobadas plantearán nuevos retos a la factoría. Las nuevas baterías de cok provocarán un excedente de gases residuales siderúrgicos de 800 GWh, una vez realizado el aprovechamiento interno. En la actualidad, dichos gases residuales los que proceden de las baterías y los de los hornos altos se queman en la central térmica de Aboño, pero ésta podría no tener capacidad para absorber más.
Por esa razón, Arcelor ha puesto sobre la mesa este nuevo y ambicioso proyecto, pensado para aportar beneficios en los ámbitos energético, industrial y medioambiental. La eficiencia energética de la planta de cogeneración es consecuencia de que, a igual volumen de gases, generará 155 GWh/año más que la térmica de Aboño. Pero, además, la instalación aumenta la protección medioambiental, ya que evita la quema de gases excedentes en antorcha, en línea con la estrategia comunitaria Europa 2020, que promueve el crecimiento sostenible de la industria.
Los directivos de ArcelorMittal podrían haber informado de sus intenciones a la Administración asturiana el pasado mes de septiembre, cuando el presidente del grupo en España, Gonzalo Urquijo, se reunió acompañado del ahora jefe de división en el Suroeste de Europa, José Manuel Arias, y el director corporativo, Jesús Izcue, con el presidente del Principado, Javier Fernández, y el consejero de Industria, Empleo y Turismo, Francisco Blanco. Aunque no se ha hecho público, en dicho encuentro podrían haber solicitado los permisos para la construcción de la planta de cogeneración.
Permiso del Ayuntamiento
Desde el pasado 12 de marzo, el proyecto cuenta con el informe de compatibilidad urbanística, emitido por el Ayuntamiento de Gijón. En este sentido, cabe destacar que la parcela que albergaría la nueva construcción está calificada para gran industria, lo que hace que el uso previsto por Arcelor sea aceptable para el Consistorio.
Una gran obra, que consolidaría aún más la firme apuesta de la dirección de Lakshmi Mittal por la región. El pasado mes de febrero, José Manuel Arias se reunió con los responsables sindicales de las plantas asturianas y les dijo que, a pesar de la delicada situación del sector en Europa agravado en España por el elevado precio de la energía para la gran industria, las factorías asturianas partían del mejor punto de partida posible.
Aún así, por los mentideros del sector siderúrgico, acuciado por la llegada de acero chino que se vende en Europa a precios de derribo, ha comenzado a hablarse de un proceso de concentración en el que podrían estar involucrados los gigantes del sector. De hecho, ThyssenKrupp reconoció haber iniciado contactos con su rival local Salzgitter y con Tata Steel, quinto productor mundial, además de con el líder mundial del acero, ArcelorMittal.
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