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El presidente del Principado, Javier Fernández, seguido por el presidente de CAC-Asprocon, Serafín Abilio Martínez, en la inauguración de la sede de la patronal en Argel en 2013.
Los constructores asturianos dejan Argelia por el bajo beneficio y la gran burocracia

Los constructores asturianos dejan Argelia por el bajo beneficio y la gran burocracia

La patronal cerró a finales del año pasado su oficina en el país, aunque alguna compañía continúa en la zona de forma independiente

A. COLLADO/N. A. ERAUSQUIN

Jueves, 1 de septiembre 2016, 03:34

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La aventura argelina de CAC-Asprocon no ha finalizado como se esperaba. La patronal asturiana de la construcción abrió en 2013 una oficina en este país del Magreb que, con la edificación de 300.000 viviendas al año, parecía una gran oportunidad para un sector que agonizaba y que ya había perdido un 70% de su empleo en el Principado. Se trataba de un hotel de empresas en el que, en mayor o menor medida, participaron 18 compañías de la región y una oficina que tenía el objetivo de apoyar y facilitar las labores de las compañías que buscaban abrirse un hueco en el mercado argelino. Sin embargo, el negocio ha llegado a cuentagotas y con muy poca rentabilidad y la mayoría de constructoras asturianas ha abandonado el país, por lo que la sede, situada en Cheraga, un barrio de Argel, dejó de tener sentido. Alguna empresa del Principado se mantiene en la zona, pero de forma independiente.

Fuentes de CAC-Asprocon reconocen que Argelia ha resultado ser «un país con un ritmo de trabajo lento, con una extraordinaria carga burocrática y que buscaba ejecutar obra pública y vivienda con unos costes excesivamente bajos», razones por las que la patronal ha decidido cerrar su oficina allí. No obstante, las compañías asturianas del sector no renuncian a su internacionalización y siguen buscando «nicho de negocio en otros países más interesantes», sobre todo, ante la falta de despegue del mercado de la vivienda y la aún más paralizada obra pública de la región, muy afectada por los recortes y la inestabilidad política. Hasta diciembre de 2015 -los últimos datos oficiales-, tuvieron que cerrar el 58% de las empresas del sector del Principado, que pasó de 3.669 a 1.544, y se perdieron el 73% de los puestos de trabajo -de 30.896 a 8.241-.

Empresas mixtas

Las constructoras asturianas llegaron en 2013 a Argelia tras un año de prospección del mercado y con muchas esperanzas en una zona en pleno desarrollo, que tenía planificadas grandes inversiones para la obra pública y donde el sector de la región consideró que podía aportar mucha calidad y profesionalidad. Para hacer negocios allí se crearon empresas mixtas con socios locales, que por ley debían tener el 51% de titularidad de las nuevas compañías. El aterrizaje no fue sencillo, pero en los primeros meses se lograron algunos proyectos que resultaron prometedores. Sin embargo, el negocio no fue suficiente y provocó más complicaciones que beneficios, con proyectos que se dilataban en el tiempo y para los que lograr un permiso necesitaba, incluso, de un plazo de dos años.

«El camino de la internacionalización para las pequeñas y medianas empresas del sector de la construcción no es sencillo», reconocen fuentes de CAC-Asprocon, que subrayan que este proceso requiere de «importantes recursos humanos y económicos, que en el caso de estos últimos son limitados y escasos, y en muchos casos acaban por agotarse en el proceso de búsqueda de negocio».

Otro de los objetivos que no pudieron cumplirse fue el de que la Fundación Laboral de la Construcción contribuyera a implantar en el país un sistema similar al de la formación profesional. Hubo muchos contactos e incluso autoridades argelinas visitaron las instalaciones de esta entidad, pero el proyecto tampoco fructificó.

A todo esto se añadió también un cambio de orientación en los dirigentes del país, que han pasado de buscar inversiones y socios en Europa a hacerlo en Asia. Así, desde Argel cada vez se impulsan más acuerdos con China o Indonesia que con los países del viejo continente. De hecho, el gigante asiático ya ha superado a Francia como el mayor socio comercial de Argelia. Empresas chinas se han hecho, por ejemplo, con contratos para la construcción de varios miles de viviendas sociales, la autovía Este-Oeste o el faraónico proyecto de la Gran Mezquita de Argel, que será la tercera mayor del mundo tras las de La Meca y Medina y que fue adjudicado a la compañía China State Construction Engineering Corporation.

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