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Los organizadores, anfitriones, ponentes y representantes de empresas que participaron en el quinto simposio 'Empresas con Rostro Humano', en el Reconquista.
Rufino Orejas: «Si seguimos creciendo,  es buen momento para subir los salarios»

Rufino Orejas: «Si seguimos creciendo, es buen momento para subir los salarios»

El presidente de Química del Nalón defiende un sistema de dirección en el que se pone a las personas «en el centro del desarrollo de la empresa»

VANESA MARTÍN

Sábado, 29 de abril 2017, 09:31

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Más de ciento sesenta empresarios, directivos, académicos e investigadores de toda España se reunieron ayer en el Hotel de la Reconquista de Oviedo para participar en la quinta edición del simposio 'Empresas con Rostro Humano'. Este encuentro fue organizado por la Universitat Internacional de Catalunya (UIC Barcelona) y en esta ocasión la empresa anfitriona fue el Grupo Orejas (Química del Nalón), por su pertenencia a la Cátedra de Dirección por Misiones y Gobierno Corporativo de la Facultad de Económicas de la UIC.

El presidente de la compañía, Rufino Orejas, manifestó durante el simposio que el apoyo de su firma a este tipo de encuentros está basado en su convencimiento de que es necesario «divulgar y practicar un sistema de dirección en el que se pone a las personas en el centro del fundamento de la empresa», algo que el empresario considera «muy útil», ya que así los empleados «trabajan mucho más motivados» y, en una época con tanta tecnología, el Grupo Orejas no quiere que ésta se convierta «en una ideología y que se pierda la centralidad de la persona».

Crecimiento económico

Preguntado respecto al crecimiento económico que se está produciendo en este momento en España y su repercusión en los asalariados, Rufino Orejas puso de manifiesto que «es necesario potenciar el desarrollo, pero también hacerlo efectivo, para que cada vez haya más oportunidades, más igualdad y más cohesión social» y no haya gente «que se quede un poco atrás» o en condiciones de «desigualdad». Por ello, ligado a ese desarrollo y a la situación actual, Orejas aseguró que «si seguimos creciendo en términos generales, es un buen momento para que las empresas hagan mejoras en los salarios», sin olvidar que «quizá entre los más jóvenes, que acceden a los empleos en unas condiciones peores, deberían subir más» y no solo por razones económicas, sino también «para que los empleos logren desarrollar todas las necesidades de las personas», concluyó.

En la misma línea respecto a la importancia de cada individuo dentro de las organizaciones se pronunció Pablo Junceda, director general de SabadellHerrero, durante su discurso de presentación del simposio. Junceda hizo especial hincapié en que «el verdadero liderazgo no es ni será nunca posible si no tiene una cara, un rostro humano, porque las personas lideramos a otras personas, no a máquinas ni a cosas» y defendió la ética como la única forma «de superar la brecha» que supone, por ejemplo en el sector bancario, el hecho de que «la tecnología vaya tan rápido y la legislación tan lenta». Y toda esa tecnología y evolución, «necesaria y buena», aseguró el director de SabadellHerrero, «debemos fomentarla, pero también los modelos de gestión empresarial y social deben transformarse, pensando en un futuro que no tiene por qué ser peor que un pasado o un presente que en muchos aspectos deja mucho que desear», aseguró.

Defendiendo la innovación «como el mejor camino para crecer», Junceda consideró que esta no debe servir, sin embargo, «para suplantar a lo que está funcionando y, mucho menos, para suplantar a la persona como eje vertebrador de lo que gestionemos o innovemos» porque «hoy más que nunca» -enfatizó el banquero- «es necesario contar con profesionales que tengan una sólida formación en valores, que tengan muy clara la trascendencia del trabajo en equipo y la importancia de la moral, la honradez y el respeto».

Y tomando como base estos principios, la Cátedra de la UIC que dirigen Carlos Rey y Miguel Bastons articuló el encuentro celebrado ayer en Oviedo. Porque tal y como explicó el propio Carlos Rey, «hay prácticas que en su día fueron muy buenas para ganar dinero, pero no han sido tan buenas para las personas» que integraban las empresas. Y es ahí donde nace «la evolución de la 'dirección por objetivos' hacia la 'dirección por misiones'»: enfocar esos objetivos hacia una misión que no es otra que «el servicio a la sociedad».

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