Secciones
Servicios
Destacamos
NOELIA A. ERAUSQUIN
GIJÓN.
Sábado, 23 de junio 2018, 04:07
Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.
Compartir
Junio está siendo un mes negro para Arcelor. A las inundaciones que anegaron la acería de Avilés el pasado 11 de junio, se suma ahora un nuevo problema de calado: la paralización de parte de la reconstrucción de las baterías de cok de Gijón por fallos de suministro.
La falta de calidad de varias partidas de los ladrillos del refractario procedentes de China, encargadas por la ingeniería luxemburguesa Paul Wurth, adjudicataria del proyecto, ha obligado a parar la construcción del interior de los hornos. Pero no solo eso, también es posible que haya que demoler parte de la obra ya hecha y esperar a que lleguen nuevos materiales, algo que no es tan sencillo como pudiera parecer.
Fuentes de la compañía, que no confirman los defectos de calidad, atribuyen los problemas a la falta de suministro debido a una demanda mayor que la oferta a nivel global y advierten de que la normalidad tardará semanas en recuperarse. El refractario de los hornos de las baterías, al igual que el de los hornos altos, está formado por ladrillos, pero con unas características muy especiales para que sean capaces de soportar los más de 1.000 grados de temperatura que se alcanzan en el interior.
La primera consecuencia de estos problemas es que la compañía tiene que mandar a casa a la mayoría de los 150 trabajadores de la UTE Imasa-Liz, encargada de la colocación del refractario. Una parte pequeña del personal será recolocada, pero el grueso irá al paro. Según trasladan fuentes sindicales, no se espera que regresen al tajo hasta el mes de agosto. Un portavoz de Imasa justificó ayer el parón por «retrasos en el suministro del refractario», pero aclaró también que este problema no entra «en el alcance de Imasa» y que el resto de montajes que tiene encargados «siguen su desarrollo normal»
Más allá del problema laboral, hay otro añadido. Arcelor no tiene demasiado margen temporal para acabar la obra. La multinacional sufrió importantes retrasos burocráticos hasta recibir los permisos medioambientales necesarios y no puede permitirse más aplazamientos. No obstante, tanto desde la compañía como fuentes sindicales esperan que se recupere la normalidad lo más pronto posible y poder recortar los tiempos que se manejan para que las baterías estén listas el año que viene, como estaba previsto.
Según el calendario del gigante siderúrgico, a finales de junio o principios de julio de 2019 empezará a funcionar la primera de las baterías, con 45 hornos, y en el segundo semestre, la otra. Cuando estén a máximo rendimiento producirán 1,1 toneladas de cok destinadas a los hornos altos. Dos o tres meses después de que estén funcionando a plena capacidad, cesará la actividad en las baterías de cok de Avilés, ya obsoletas y que, en la situación actual, no podrían cumplir con la normativa medioambiental que entrará en vigor en 2020, mucho más restrictiva. Por ello, urge que la nueva instalación de Gijón pueda entrar en funcionamiento en tiempo y forma.
El secretario de Política Industrial de CC OO, Manuel Pérez Uría, confía en que la obra se reinicie «a la mayor brevedad posible» y pide a las empresas implicadas que «subsanen» los problemas, ya que se trata de una inversión fundamental para garantizar la supervivencia de la siderurgia integral en Asturias. La multinacional desembolsará alrededor de 150 millones de euros en ella.
Por su parte, el secretario general de UGT-FICA en la planta de Arcelor en Gijón, José Manuel García, llama a la prudencia hasta evaluar las consecuencias del problema del refractario, aunque reconoce que puede «provocar retrasos importantes» y se muestra preocupado por la repercusión que puede tener esta incidencia en toda la obra.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
¿Cómo llegó una valla de obra a lo alto del Acueducto?
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.