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Jueves, 21 de junio 2018, 00:59
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Steligence no es un tipo de acero, sino un concepto «radical y revolucionario para el sector de la construcción». Así presentó Arcelor en Londres su nueva apuesta de negocio, que plantea la posibilidad de crear una nueva generación de edificios de alta eficiencia y de nuevas técnicas de construcción, hechos básicamente de acero, lo que hará que su ciclo de vida sea más sostenible y los materiales que los componen reciclables en su mayoría.
Asturias tendrá su papel en Steligence. De la factoría de Avilés saldrá parte del catálogo de soluciones que componen este nuevo concepto, entre ellas el Magnelis, un acero con recubrimiento de zinc, aluminio y magnesio desarrollado por ArcelorMittal, que será empleado en las bandejas de conductos de ventilación, en suelos y en tuberías de los edificios construidos con esta «solución inteligente». Además, también se utilizará acero avilesino del tipo 'full hard', aunque no de forma directa, ya que será transformado en 'panel sandwich' en las plantas navarras de Lesaca y Berrioplano.
Entre las grandes novedades de Steligence se encuentra la posibilidad de crear vanos más anchos, lo que permite poner menos columnas y aumentar la entrada de luz, pero el aspecto más revolucionario es que facilita la reutilización de la mayoría de los materiales que se empleen, dado que el acero se puede reciclar de forma indefinida. De esta forma, los edificios se convierten en una especie de bancos de materiales.
A pesar de que Steligence comparte parte de su concepto con el proyecto de construcción modular 'b home', presentado por Arcelor en Avilés en 2016, este nuevo sistema está pensado para inmuebles de más envergadura. De hecho, el primero que será realizado bajo este nuevo prisma será la nueva sede corporativa de la multinacional en Luxemburgo, cuyo concurso ganó 'Wilmotte & Associés Architectes', y que estará finalizado en 2021, constituido principalmente de acero y vidrio. Además, ya hay varios proyectos en Brasil.
Por otro lado, la acería de Avilés va recuperando la normalidad después de haberse inundado la madrugada del pasado 11 de junio tras el desbordamiento del arroyo Las Llongas. Tras el arranque el domingo de la máquina de colada continua número dos y de uno de los convertidores, según fuentes sindicales, ayer se iniciaron las pruebas en el otro convertidor y la otra máquina de colada continua, la más moderna y la que más preocupaba. Se espera, por tanto, que al final de la semana la LD-III pueda haber recuperado prácticamente la normalidad. La plantilla al completo ya regresó ayer al tajo.
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