La recaudación en Sociedades cae al nivel más bajo desde 2008

En la semana elegida por el presidente Mariano Rajoy para anunciar que si sigue en La Moncloa tras las elecciones bajará dos puntos el tipo mínimo y máximo del IRPF (del 19% al 17% y del 45% al 43%, respectivamente) y en el que Hacienda consideró factible que ese alivio fiscal se produzca ya desde el próximo enero, aunque de manera gradual, los ingresos del Impuesto sobre Sociedades en abril se desplomaron un 48,1% hasta los 2.971 millones en términos de caja, el peor resultado desde el inicio de la crisis. Un dato tan negativo que arrastró la recaudación tributaria total en el primer cuatrimestre y la llevó a un retroceso del 3,6% en un momento en el que España vuelve a estar en el candelero comunitario para mal por el incumplimiento del déficit de 2015 y su posible sanción.

El Ejecutivo insistió en que gran parte de este hundimiento de Sociedades era una cuestión coyuntural y que se debía a un «efecto escalón» provocado por la eliminación de unas medidas transitorias aprobadas en 2012 que, en la práctica, provocaban un aumento del primer pago fraccionado del impuesto (que se realiza en abril). Sin embargo, los datos de abriles anteriores a 2012 -y por tanto sin esas medidas excepcionales- también son superiores al registrado en abril de 2016. De hecho, hay que remontarse hasta el primer año de la crisis, 2008, para encontrar unos ingresos peores con 1.701 millones, según los datos aportados por la Agencia Tributaria.

A pesar de este mal dato, desde el Gobierno insisten en que la recaudación del impuesto se irá recuperando durante el transcurso del año con los siguientes pagos fraccionados, aunque eso no significa que la resolución final sea positiva. De momento, la próxima fecha clave será en julio, cuando se liquide el impuesto del pasado ejercicio. En ese momento se verá el efecto real de la bajada de tipos del 30% al 28% incluida en la reforma fiscal y que continúa este año hasta el 25%. En este caso, en el Ministerio de Hacienda señalan que en dicha reforma también se suprimieron algunas deducciones que permitirán un aumento de las bases imponibles, algo que en principio debería notarse en los ingresos.

Con esa estadística se podrá estimar mejor la evolución de este tributo. Sin embargo, parece complicado que se consiga el aumento de la liquidación del 10% previsto en los Presupuestos Generales de 2016.

Las pymes, peor

Más allá del problema puntual (o no) registrado en abril, los problemas de ingresos de esta figura son más generales. Y es que el Impuesto de Sociedades es el único de los grandes tributos que todavía no ha recuperado los niveles de recaudación anteriores a la crisis. De hecho, se encuentra muy lejos de ellos. En 2007 los ingresos alcanzaron la friolera de 44.823 millones y, sin embargo, en 2015 la cifra todavía se encontraba en los 20.649 millones. Es decir, menos de la mitad. En este sentido, cabe destacar que la brecha se sitúa sobre todo en las pymes, que todavía realizaron unos pagos a cuenta en 2015 un 61,8% inferior a los de 2007. Por contra, en las grandes empresas la diferencia sólo era del 9%. Unos datos que muestran cómo las grandes corporaciones se aproximan cada vez más a los beneficios precrisis y las pequeñas y medianas empresas todavía tienen un gran camino por recorrer.

Por otra parte, desde el departamento que dirige Cristóbal Montoro siempre han justificado que la comparación con respecto a 2007 no es del todo válida debido a que hace referencia al momento de máximo apogeo de la burbuja inmobiliaria, lo que llevó a las empresas de ese sector a disparar la recaudación de Sociedades. En cualquier caso, este comportamiento contrasta con la evolución del IRPF, que en 2015 se situó en los 72.346 millones frente a los 72.614 de 2007, y del IVA, que el año pasado cerró en 60.305 millones, por encima de los 55.851 de 2007 (con dos subidas de tipos entre medias).

La evolución de Sociedades será clave para el resultado final de los ingresos tributarios. Y es que un retroceso en este indicador haría muy complicada otra bajada de impuestos. De hecho, la coletilla que el Gobierno de Rajoy siempre ha puesto para afrontar una nueva rebaja tributaria ha sido que estén ligados a una evolución de los ingresos impositivos. Algo en lo que ahora surgen las primeras dudas.