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AIDA COLLADO
GIJÓN.
Sábado, 25 de noviembre 2017, 08:51
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El todopoderoso 'Black Friday' consolidó ayer su lugar propio en el espacio comercial asturiano en el que, año a año, gana peso. El tiempo animaba más a largos paseos a cubierto por los grandes centros comerciales que a recorrer las calles mojadas en busca de las mejores ofertas aunque, al final, todos aprovecharon la jornada. Quizá no acumularon las imponentes colas que se formaron en las principales cadenas de textil y tecnología, pero casi todos los negocios pudieron sacar rendimiento a la bienvenida costumbre norteamericana, que adelanta el inicio de la campaña de Navidad a noviembre.
Sin embargo, el pequeño comercio advierte de que el viernes negro es un arma de doble filo. Como estrategia publicitaria, su tirón para sacar a la gente a la calle en busca de chollos es indiscutible. El hecho de que incrementa las ventas de una semana cualquiera de noviembre o, al menos, concentra el gasto, también. Es su rentabilidad lo que algunos ponen en duda. Porque, tal y como comentaba ayer Miguel Ángel Vidal desde Calzados Boston, en Gijón, para los que no trabajan con marca propia -al contrario que las grandes superficies- y asumen las condiciones impuestas por proveedores y firmas, «cuanto mayores son los descuentos, más bajos son los márgenes» de beneficio. Y a eso hay que añadir que en los últimos días muchos clientes acudieron a las tiendas a probar, pero prefirieron esperar hasta hoy para realizar sus compras.
Vidal, que se une por primera vez a esta tradición estadounidense, denuncia la picaresca de algunos que estos días marcan sus productos a la venta con precios más elevados de los que lucían hace semanas en los escaparates, para aplicarles luego grandes porcentajes de descuento. «Nosotros no cambiamos los precios. Aplicamos el descuento en caja», comenta.
A no muchos metros, The Phone House evidenciaba como uno de los grandes vencedores del 'Black Friday' al sector telefónico e informático. Ese y otros: «Contraten nuestra luz/gas y le regalamos...», requería a los viandantes con un cartel a la entrada de la tienda. También es un buen filón para el sector textil. La Buena Pepa celebró ayer su tercer viernes negro y «cada año funciona mejor». «Al principio la gente desconocía las promociones, pero ahora está a tope. De cara a Navidad, anima a ir comprando y es un modo de no quedarse sin modelos o tallas para los regalos de Reyes», comenta la sonrisa al otro lado del mostrador, Mónica Estévez. Eso sí, también han notado que la semana pasada «la cosa estuvo más parada, porque la gente espera al gran día».
Perfumerías Isaac confirma las sospechas: «El jueves ya comenzó a notarse más afluencia de clientes. Pero, hasta el momento, ha funcionado mejor en nuestras tiendas de los centros comerciales», que en las de a pie de calle. Aún queda el fin de semana por delante.
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