Borrar

Los dos grandes escollos que le quedan a Arcelor en Italia

La operación aún podría frustrarse por la falta de acuerdo con los sindicatos o si los jueces imponen medidas ambientales que el grupo no quiera asumir

N. A. E.

GIJÓN.

Lunes, 7 de mayo 2018, 12:10

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

El visto bueno de la UE a la operación de compra de Ilva por parte de Arcelor ya se da por seguro. Aunque la Comisión se haya marcado el 23 de mayo como plazo máximo, fuentes conocedoras del expediente consideran que el visto bueno del Ejecutivo comunitario está hecho, pero puede no ser suficiente para cerrar la operación. En Italia a Arcelor le aguardan dos grandes escollos: la negociación con los sindicatos para recortar plantilla y la decisión de la justicia sobre la ampliación del plazo para que la factoría cumpla la normativa medioambiental. Ninguno de los dos asuntos es baladí.

El Gobierno italiano, al adjudicar la planta, puso como condición que el comprador llegara a un acuerdo con los representantes de los trabajadores en relación a la reducción de personal. Con una plantilla sobredimensionada, 14.000 empleados para 5,8 millones de toneladas -en Asturias son 5.500 para 4,8-, Arcelor plantea un recorte de 4.000, que incluso podría llegar a 5.500 si se habla de jornadas laborables completas. Los sindicatos italianos se niegan en rotundo a esas cifras y, además, exigen que los excedentes sean empleados por la administración extraordinaria dependiente del Ejecutivo italiano. De momento, las negociaciones están enquistadas y las partes muy alejadas de un acuerdo, aunque el visto bueno de la UE podría servir a la multinacional para forzar uno, ya que la amenaza de cierre también está sobre la mesa.

Por otro lado, la región de Apulia y la ciudad de Tarento, donde se ubica la gigantesca planta de Ilva, han presentado sendos recursos ante la justicia contra la modificación del plan ambiental hecha por el Gobierno italiano que amplía el plazo para que Arcelor cumpla con la normativa ambiental hasta 2023. Las autoridades locales exigen mayor celeridad para evitar que la factoría siga «matando» a sus ciudadanos. Mientras, el ministro de Desarrollo Económico, Carlo Calenda, amenaza con el cierre del complejo si la impugnación del decreto del Ejecutivo sigue adelante y Arcelor, por su parte, también ha puesto en duda la continuidad de la operación ante la falta de seguridad jurídica. A esta guerra entre administraciones se suma que en las elecciones de marzo en Italia el Movimiento 5 Estrellas fue el más votado, aunque no puede formar gobierno en solitario, y es partidario del cierre de Ilva o, al menos, de su reconversión.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios