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El Principado y Portugal defienden la opa china frente a un posible despiece del grupo

N. A. E.

GIJÓN.

Domingo, 27 de mayo 2018, 12:09

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Todo son incógnitas sobre qué pasará finalmente con EdP, pero lo que está claro hasta ahora es que las posiciones de las distintas autoridades que se han pronunciado son muy diferentes. Si el Gobierno español no quiere oír ni hablar de que el Estado chino controle la eléctrica, el presidente del Principado, Javier Fernández, se mostró muy desconfiado sobre la posibilidad de que acabe troceado en manos de una empresa española como Endesa o Iberdrola. Esta preferencia por descarte por el grupo estatal chino casa con la de la administración portuguesa, que defiende que la lejanía de CTG permitiría mantener la sede en Lisboa y no tocar la estructura actual.

Si un grupo europeo se hace con EdP se incrementaría también la posibilidad de que las autoridades antimonopolio comunitarias obliguen a realizar algún tipo de desinversión, como han hecho recientemente con Arcelor e Ilva, aunque tampoco se descarta que pongan condiciones a CTG. Pero, además, una fusión entre iguales o una integración dentro del viejo continente aumenta las posibilidades de superposición de actividades y con ello de recortes de personal o de concentración de sedes. De hecho, cuando Isidre Fainé, aún al frente de Gas Natural, apostaba por la fusión de su compañía con EdP, proponía que la sede central estuviera en Madrid. El Gobierno portugués se opuso a la operación.

Lo que está claro es que la suerte de EdP y la de EdP Renovables están íntimamente ligadas. De hecho, cuando CTG hizo el anuncio de opa el pasado 11 de mayo lo hizo sobre las dos empresas, ya que de acuerdo con la ley portuguesa, si se impulsa una operación para controlar una compañía que, a su vez, tiene la mayoría del capital de otra adquiere el compromiso de dominar ambas.

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