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De izquierda a derecha, Cristina Fanjul (CEEI), Javier Iglesias (BBVA), Eva Pando (IDEPA), Rosa Menéndez (CSIC), Eugenia Suárez (Universidad de Oviedo) y Adrián Alonso y Joaquín Cuetos (USM Space). IMANOL RIMADA
Un radar para la innovación

Un radar para la innovación

El proyecto USM Space logra el premio del CEEI que fomenta el emprendimiento entre investigadores«No se ha ninguneado a la mujer en la ciencia, creo que es un tema de invisibilidad. Necesitamos ser valientes», asegura la presidenta del CSIC

NOELIA A. ERAUSQUIN

GIJÓN.

Jueves, 5 de julio 2018, 01:08

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En unos tres años esperan que su proyecto se materialice en una empresa que compita desde Asturias en el complicado y global sector aeroespacial. De momento, USM Space se ha alzado con el IV Premio Radar Spin-Off que convoca el Centro Europeo de Empresas e Innovación (CEEI) para fomentar el emprendimiento entre investigadores asentados en la región. Este proyecto, que nace del Centro de Investigación en Nanomateriales y Nanotecnología (CINN), propone el diseño y fabricación de materiales ultraestables para instrumentos ópticos aeroespaciales. «Con la ventaja de que soportan todo el rango de temperatura con el que operan los satélites», destaca Adrián Alonso, uno de sus impulsores, junto a Adolfo Fernández y Ramón Torrecillas.

El premio, patrocinado por BBVA y el IDEPA y que cuenta con la colaboración de la Universidad de Oviedo, tiene una dotación económica de 2.000 euros, pero solo la convocatoria ya ha servido a este equipo para reflexionar sobre la potencialidad de sus investigaciones en el mercado. Precisamente, este es el objetivo final del galardón, facilitar la transferencia científica e impulsar a los científicos a convertirse también en emprendedores.

En las cuatro ediciones de este premio ya se han presentado 37 candidaturas de nueve entidades diferentes que involucraban a más de cien investigadores, subrayó durante la presentación la directora del Instituto de Desarrollo Económico del Principado (IDEPA), Eva Pando. En esta ocasión, fueron seis, detrás de las cuáles hay 24 científicos.

Menéndez defiende que se valore la transferencia científica en el CV de los investigadores

USM Space tuvo que competir con otros cinco proyectos procedentes de la Universidad de Oviedo y que abordaban campos muy diferentes. Así, Geograph desarrolla aplicaciones informáticas de geografía computacional con aplicaciones industriales; eDetect localiza especies y comunidades a través de restos de ADN mediante muestras de agua o sedimentos; RadioUAV propone drones con aplicaciones para detectar objetos enterrados, como minas antipersona, o realizar inspecciones de antenas; EASE crea prótesis articuladas, personalizadas y dotadas con el sentido del tacto para facilitar el día a día de personas con manos amputadas o con anomalías en su desarrollo y EnergyMod diseña una estructura flotante y modular para recargar barcos eléctricos mediante fuentes renovables.

Mayor transferencia

A la entrega del premio, acudió la presidenta del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), la asturiana Rosa Menéndez, que hace siete meses y medio se convirtió en la primera mujer en liderar esta institución, aunque según aseguró, no cree que «se haya ninguneado a la mujer» en la ciencia, sino que es un tema de «invisibilidad», que por distintas cuestiones, desde culturales a sociales, las féminas no han promocionado como los hombres. «Necesitamos ser valientes, no tener miedo a no ser tan competitivas», defendió, tras explicar que el colectivo femenino supone la mitad de la plantilla del CSIC, pero la cifra «baja sustancialmente» a medida que se sube en los escalafones hasta un 32%. Algo que está cambiando, ya que en su ejecutiva hay mayoría de mujeres y de los nueve delegados institucionales, con los nuevos nombramientos, entre ellos el de la asturiana Ángeles Gómez Borrego, la presencia femenina es mayor.

Por otro lado, Menéndez recordó que antes de que le toque dejar el cargo espera que la Unidad Mixta de Investigación en Biodiversidad pueda convertirse en el cuarto centro del CSIC en Asturias. «Otra de mis ilusiones es ver al IPLA (Instituto de Productos Lácteos de Asturias), que tiene problemas tremendos de infraestructuras, con un buen centro en el campus de La Corredoria, que es un proyecto que espero que sea realidad muy pronto» , anunció.

Pero en un premio que fomenta que la investigación llegue al mercado hizo una defensa férrea de la transferencia científica, tanto a través de patentes como de contratos con compañías, un aspecto que prevé impulsar dentro del plan estratégico que va a renovar el CSIC. El objetivo es que las empresas compartan «el día a día del desarrollo de nuevos proyectos». También apoyó que en la evaluación de la carrera científica no solo se tengan en cuenta las publicaciones. «Montar una planta semipiloto de C02 tiene valor», recalcó, un tema que conoce bien como exdirectora y antigua investigadora del Instituto del Carbón (Incar).

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