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Los trabajadores descorcharon sidra para brindar por la sentencia del Tribunal Supremo.
El Supremo anula el ERE de Coca-Cola por vulnerar el derecho a la huelga

El Supremo anula el ERE de Coca-Cola por vulnerar el derecho a la huelga

Los trabajadores creen que hay opciones para que la fábrica de Colloto se vuelva a abrir y la empresa dice que su proyecto seguirá adelante

Enrique Arenas

Jueves, 16 de abril 2015, 00:29

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Quince meses después de que Coca-Cola Iberian Partners, la embotelladora de la marca de bebidas en España y Portugal, presentara un despido colectivo que afectó a 821 trabajadores, 144 de ellos de la planta asturiana de Colloto, el Tribunal Supremo confirmó ayer la nulidad del Expediente de Regulación de Empleo. Como ya hiciera la Audiencia Nacional, el pleno de la Sala de lo Social del Supremo consideró que la empresa vulneró el derecho a la huelga de los trabajadores, lo que hace «innecesario» analizar el resto de dudas jurídicas planteadas sobre el despido colectivo.

Los trabajadores de la planta de Colloto afectados por el ERE, alguno de ellos trasladados a otras plantas del grupo, y la mayor parte despedidos e indemnizados o prejubilados, mostraron su satisfacción por la sentencia y no descartaron «ninguna posibilidad, incluida la reapertura de la planta», según dijo Israel García, portavoz del comité de Empresa. La compañía, en una carta remitida a sus colaboradores, firmada por el director general, Víctor Rufart, dejó entrever que no procederá a abrir ninguna fábrica.

Planta desmantelada

La parte productiva de la planta de Colloto ya fue desmantelada y alrededor de 45 empleados permanecen en las áreas comercial, de publicidad y almacenes. Alrededor de 24 trabajadores aceptaron los traslados a otras plantas del grupo, entre las que se encuentran Bilbao, Coruña, Barcelona y Madrid. El resto de los empleados fueron despedidos, con indemnizaciones de 33 días por año trabajado, o prejubilados. Alguno de estos trabajadores se concentraron ayer frente a la fábrica para celebrar la sentencia del Supremo y brindaron con sidra. El portavoz del comité de empresa señaló que todavía no se conoce la sentencia completa, pero indicó que no descarta ninguna posibilidad, desde la reapertura de la fábrica hasta la instalación de una plataforma logística. Israel García precisó, sin embargo, que «la empresa se llevó mucha de la maquinaria que había en Colloto, pese a las medidas preventivas establecidas, lo que dificultará su puesta en funcionamiento». Señaló, sin embargo, que «lo que se va también puede volver y parece que la empresa busca un lugar para instalarse en Oviedo». García valoró especialmente el trabajo de los sindicatos en este proceso, que lograron ganar la batalla contra un gigante y señaló que «poderoso caballero es don dinero, pero el hecho de que el pequeño haya ganado al grande debe llenarnos de satisfacción y ahora tenemos que ver hasta dónde podemos llegar. Estamos muy contentos».

La empresa, por su parte, anunció que estudiará «en detalle» la forma de ejecutar el fallo del Supremo sin que ello suponga alterar el proyecto de futuro de la compañía que «ya es una realidad y que sigue adelante». La compañía aseguró que acatará y cumplirá con la legalidad «como ha hecho siempre» y que respeta el fallo del Supremo que, a pesar del criterio recogido en el informe del ministerio fiscal, declara nulo el proceso de reestructuración derivado del plan de consolidación.

Tras analizar la sentencia que dictó la Audiencia Provincial de Madrid en noviembre del pasado año, los magistrados del Supremo coincidieron en que durante la huelga convocada en contra de los despidos por el cierre de la planta de Fuenlabrada, la compañía sustituyó la producción dejada de realizar por la de otras embotelladoras del grupo, perjudicando así, según los jueces, el «adecuado» desarrollo del periodo de consultas del proceso del ERE.

Al Supremo no llegó el caso de Asturias, idéntico al de Fuenlabrada, porque el Juzgado de lo Social de Oviedo, que tenía que decidir sobre la denuncia de los trabajadores por la vulneración del derecho de huelga, decidió esperar a la decisión del Supremo y el juicio, que debía celebrarse hace un mes y medio, quedó suspendido.

La Audiencia, que sí estudió y valoró todos los extremos del despido colectivo, consideró también que la empresa no realizó adecuadamente el proceso de fusión por el que ocho embotelladoras se unieron en una y no comunicó el cambio de empresa a los representantes de los trabajadores.

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