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DIANA DE MIGUEL
Jueves, 8 de octubre 2015, 00:15
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La negociación del nuevo acuerdo de concertación social arrancó ayer con la generación de empleo como meta y una coincidencia casi plena sobre cuáles deben ser las prioridades para afrontar los problemas de Asturias y conseguir que la región se suba al tren del desarrollo económico. Pero también nació con el convencimiento de las partes -Gobierno y agentes sociales- de que el acuerdo no será fácil y de que «nacerá cojo» sin la aprobación «imprescindible» de los próximos presupuestos. Y es que no solo la situación económica ha cambiado. También, las necesidades de la región y de los propios asturianos, por lo que la nueva concertación obliga a un ejercicio de revisión y a una profunda reforma, buscando «nuevas fórmulas» y planteamientos diferentes a los realizados hasta ahora que ayuden a dar respuesta a esas nuevas exigencias. Por ejemplo, abordando cambios en su estructura dado que, por ejemplo, se han producido modificaciones en los criterios para distribuir fondos europeos, más orientados ahora a mejorar la competitividad de las empresas y a los que habrá que acudir de forma irremediable teniendo en cuenta las limitaciones presupuestarias.
Fue el director general de Fade, Alberto González, quien se encargó de remarcar ese cambio de contexto para, a continuación, advertir de que «habrá que realizar esfuerzos importantes si queremos llegar a un acuerdo». Unas palabras que dejan claro que los empresarios asturianos, muy críticos con los incumplimientos del actual acuerdo en materia de inversión, exigirán cambios de calado para rubricar el nuevo texto.
No menos importante resulta el hecho de que el contenido de dicho acuerdo tendrá que verse reflejado de alguna manera en los próximos presupuestos, como reconoció el consejero de Empleo, Industria y Turismo, Francisco Blanco. De ahí que, a buen seguro, el Gobierno, con los agentes sociales como aliados, utilizará las bondades del acuerdo para meter presión a IU y Podemos, a priori sus compañeros de viaje en la Junta de cara a la aprobación de las cuentas. Porque la concertación, recalcó Blanco, «nacería coja» sin la aprobación «imprescindible» del presupuesto del Principado para 2016 que permita dotar con fondos las medidas que se pacten. «Sin nuevos presupuestos es muy difícil hacer nada», completó Blanco quien remarcó que la voluntad del Gobierno pasa por acompasar esta negociación con la que deberá mantener en la Junta con los grupos parlamentarios para sacar adelante las cuentas de 2016 a fin de poder incorporar a estas los acuerdos que se alcancen con patronal y sindicatos. A juicio del secretario general de UGT, Justo Rodríguez Braga, la negociación se abre «sobre la base de que habrá presupuestos» aunque se podrían buscar fórmulas mediante créditos extraordinarios para consignar lo pactado en las cuentas públicas. Para su homólogo en CC OO, Antonio Pino, existe espacio para buscar lugares de encuentro dado que existe un nivel «amplio» de coincidencias en los aspectos esenciales pese a que pueda haber discrepancias cuando se concrete el desarrollo «fino» de cada una de las cuestiones.
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